jueves, 9 de marzo de 2017

LAS CUATRO FASES DEL DESARROLLO ADULTO

A propósito de las cuatro fases de la vida de un adulto, he querido recoger la información de dos maestros, cada uno en épocas, tiempos y evoluciones distintas y las he querido compilar para que me sirva de material de trabajo y de consulta.

Estas etapas publicadas por  Carl Gustav Jung  en su libro "El hombre y sus símbolos" y posteriormente interpretadas por Wayne W. Dyer en su libro "Construye tu destino" explican estas etapas, aunque tituladas de distinta manera.

Según Jung son 4 las etapas esenciales en el desarrollo del hombre en edad adulta son:

1.  HERCULES
2. APOLO
3. SACERDOTE
4. HERMES O EL ESCENARIO DEL ESPIRITÚ

Mientras que Dyer las titula:

1. EL ATLETA
2. EL GUERRERO
3. EL ESTADISTA
4. EL ESPÍRITU

Veámoslas:



LAS CUATRO FASES DEL DESARROLLO ADULTO - SEGÚN WAYNE DYER
Todos conforme vamos avanzando por la vida vamos modificando la percepción que tenemos de la misma, y en base a este cambio de percepción modificamos también la conducta como parte del proceso de evolución o madurez. Las cuatro fases de este desarrollo adulto serian:

1. EL ATLETA  
No corresponde a la definición del atleta en sí sino a ese período de nuestra vida adulta en la que nos identificamos con el cuerpo físico más que con otro aspecto de nuestro ser. Medimos nuestro valor en base a aspecto físico y capacidades atléticas. Por ejemplo, la rapidez al correr, lo lejos que puedo lanzar una pelota, el tamaño de los músculos, la textura de la piel, el tamaño de algunas partes del cuerpo, el color y brillo del cabello, etc.
En esta etapa la aprobación de los demás es la que nos brinda seguridad. Lo común es que se deje atrás esta etapa muy poco tiempo después de ese iniciar el camino como adultos, para pasar a considerar importantes aspectos más significativos de nuestro ser.
Algunas personas entramos y salimos de esta fase durante toda la vida y algunas más permanecen en esta etapa por toda la vida.
Evidentemente es sano cuidar de tu físico, pero cuando éste cuidado se convierte en una obsesión que va más allá de brindarle un trato amable, alimentarlo sanamente y ejercitarlo por salud, te encuentras entonces atrapado en esta fase. Estar permanentemente en la fase de atleta no permite practicar el arte de la manifestación, del conocer y utilizar esa energía divina que posees y con la que puedes crear una maravillosa realidad. Se tiene que superar la idea de que sólo se es un ser físico, un cuerpo.

2. EL GUERRERO
Posterior a la fase del atleta entramos a la fase del guerrero. El EGO domina la vida y hay una necesidad de sentirnos "superiores" a los demás. Es una etapa en la que la competencia es el factor principal y en donde aplica la ley de la selva: "Sobrevive el más fuerte". Hay un impulso a derrotar a los otros, de alcanzar objetivos más pronto que los demás o de mejor manera. Esta fase está llena de estrés y ansiedad debido a las permanentes comparaciones de nuestro ser con los demás.
Existe una continua preocupación por el futuro, el estatus y la posición en la sociedad son obsesiones. Si lo que te mueve es el deseo de conquistar, de superar a otros, de derrotar al que supones más débil, triunfar o ganar a toda costa, entonces te encuentras en esta fase. De igual manera que la fase del atleta, si no es superada, no podrás ejercer la manifestación divina en tu vida.

3. EL ESTADISTA
Es la fase en la que logras dominar al EGO y empieza un cambio de conciencia. Se empiezan a tomar en cuenta las necesidades y deseos de las otras personas antes de los propios y empezamos a sentir que el verdadero sentido de la vida es el dar y no el recibir. El estar en la fase de estadista no supone una renuncia al triunfo y con frecuencia es atlético también, sólo que su principal impulso, ese que lo lleva a triunfar y a ser atleta es el de servir a los demás y no sólo por su propio beneficio.
Esta fase tiene mucho que ver con el servicio y con el nivel de gratitud por todos los logros propios en la vida. En este nivel se está más cerca de tu ser superior y en lugar del sentido de competencia y poder existe una gran necesidad de encontrar una paz interior. Existe un muy alto nivel de satisfacción al actuar en beneficio de los demás. La paz interior que se experimenta no puede sentirse en las fases de atleta y guerrero.

4. EL ESPÍRITU
Al entrar en esta fase en la vida, se reconoce a ese "yo superior" y empiezas a hacer conciencia de que tú eres el co-creador de tu mundo. Empiezas a convertirte en un manifestador de tu realidad reconociendo tu propio poder. Dejas atrás definitivamente la fase del atleta, del guerrero e incluso la del estadista.
Tomas conciencia de que eres un ser energético, espiritual, inmortal, universal y amoroso. Aprecias la vida y la muerte como dos estadios de esa energía y no como un nacer y morir. Existe un gran interés de viajar hacia el interior de uno mismo, los temores se desvanecen hasta desaparecer y empiezas a ejercer más el papel de observador del mundo.
Comprendes que tu eres espíritu y que no estas contenido ni atrapado en ese cuerpo físico. Eres consciente de todos los pensamientos condicionados que te hacían actuar y vivir en las otras fases y empiezas a pensar en como estar en este mundo de la mejor manera con el conocimiento de que no perteneces a él.
"Esta energía que eres, y que puedes llamar como quieras, espíritu, alma, no puede morir nunca y nunca ha muerto en el pasado. La mayoría de la gente piensa en el mundo espiritual como algo que sucederá en el futuro, que conocerán después de la muerte. A la mayoría de nosotros se nos ha enseñado que el yo superior es algo que no se puede conocer mientras nos encontremos atrapados en un cuerpo en este planeta. No obstante, el espíritu es ahora. Está en ti en este preciso momento y la energía no es algo que terminarás por conocer, sino que es lo que tú eres aquí y ahora"

LAS CUATRO FASES DEL DESARROLLO ADULTO – SEGÚN JUNG

1. HERCULES O EL ATLETA
En esta etapa estamos principalmente preocupados por nuestra apariencia, por la forma en que nuestro cuerpo se ve. Durante esta etapa podríamos permanecer horas mirándonos y admirando nuestro reflejo en el espejo. En esta etapa nuestro cuerpo y aspecto son la cosa más importante para nosotros, nada más.

2. APOLO O EL GUERRERO
Durante esta etapa nuestra principal preocupación es salir y conquistar el mundo, hacerlo lo mejor posible, ser el mejor y conseguir lo mejor, para hacer lo que hacen los guerreros y actuar como los guerreros actúan. Esta es una etapa en la que pensamos continuamente maneras de conseguir más de todos los demás, una etapa de comparación, de derrotar a los que nos rodean para poder sentirnos mejor porque hemos logrado más, porque somos los guerreros, los valientes.

3. SACERDOTE O LA DECLARACION
En esta etapa te das cuenta de que lo que has logrado hasta ahora no es suficiente para que puedas sentirte realizado y feliz, ahora estás buscando maneras de hacer una diferencia en el mundo, maneras de servir a los que están a tu alrededor. En esta etapa estás preocupado por la manera de empezar a dar. El dinero, el poder, las posesiones, etc., seguirán apareciendo en tu vida pero ya no les otorgarás el mismo valor que antes, ya no estarás apegado a esas cosas porque te encontrarás en otra etapa de tu vida, donde se sabe que hay más en la vida que lo material. Estarás buscando maneras de dejar de pensar sólo en ti mismo, maneras de recibir y empezar a centrarse en vivir una vida de servicio. Todo lo que quieres hacer en esta etapa es dar. Ya sabes que dar es recibir y es hora de que dejes de ser egoísta, egocéntrico y ególatra y pienses en maneras de ayudar a los necesitados, para dejar este mundo mejor de lo que era cuando llegaste.

4. HERMES O EL ESCENARIO DEL ESPIRITU.
Según Jung, esta será la última etapa del “animus”, una etapa en la que nos damos cuenta de que ninguna de estas etapas somos realmente quién o qué somos. Nos damos cuenta de que somos más que nuestro cuerpo, somos más que nuestras posesiones, más que nuestros amigos, nuestro país y así sucesivamente. Llegamos a la conclusión de que somos seres divinos, seres espirituales teniendo una experiencia humana y no seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Ahora somos capaces de observarnos a nosotros mismos desde una perspectiva diferente. Ahora somos capaces de salir de nuestra propia mente, fuera de nuestro propio cuerpo y entender lo que realmente somos, para ver las cosas como son. Nos convertimos en el observador de nuestras vidas.

FUENTES
Facebook. Vita Terapia Integral. Chihuahua, Chih.

http://pijamasurf.com/2015/09/las-4-etapas-de-la-vida-segun-jung/

lunes, 13 de febrero de 2017

EL SENTIDO DE LA VIDA. LA LIBERACION DEL SUFRIMIENTO.

La realidad que creemos que es no deja de ser dura, no terminamos de entender  porque del sufrimiento diario y constante, que no llegamos nunca a comprender. Éste  por unos motivos una veces, por otros motivos otros, parece no dar tregua.


En la vida pasamos por muchas etapas, unas mejores que otras, mejores para unos, peores para otros, pero es algo que compartimos todos los seres humanos y en todas permanece inequívocamente estable el deseo de lo que no tenemos y la infravaloración de lo que si tenemos, pero siempre permanece nuestra búsqueda… y ese anhelo de felicidad que creemos no llega nunca.

Para Buda este es el sentido de la vida: la liberación del sufrimiento.

Despojarnos no sólo del sufrimiento en esta vida, sino también del acumulado en vidas pasadas (karma) y dejar, finalmente, de reencarnarnos, para ser libres por siempre. “La experiencia de la vida nos enseña a cambiar, a mejorar, a apaciguar nuestros deseos, a equilibrar el alma. Poco a poco nos vamos haciendo más comprensivos con nosotros mismos y con los demás, más autoconscientes, más despiertos. Sin duda, eso es algo a lo que aspira toda persona espiritual, esto es, a su evolución”

Aurobindo nos habló de la Evolución Futura del Hombre, de una especie de ascensión de la consciencia que nos va liberando del Egotismo y nos ubica en el Yo-Verdadero, ese que aspira a lo Divino, a la Unión de su Ser con el Ser Cósmico.

Quizá todo esto parezca arduo, costoso... una tarea para la que se requiere muchísima dedicación, quizá de cientos de vidas errando y aprendiendo, adquiriendo el conocimiento de la Verdad de la condición humana y espiritual. Quizá tengamos bastante con un poco de paz interior, de equilibrio, de prosperidad, de dicha. ¿Por qué pedir más?


Quizá sea suficiente con estar agradecidos por la vida, con ir superando, sin prisa pero sin pausa, los pequeños y grandes obstáculos que el existir nos presenta. Puede ser suficiente con valorar esas pequeñas cosas que nos ocurren y que, por un segundo, nos hacen sentirnos felices y plenos. Pero no habrá liberación sin lucha. El precio de la libertad es esfuerzo y sufrimiento. Ese fue el precio que pagó Jesús. Y ese es también el precio nuestro.


NVA