lunes, 27 de abril de 2015

LA CODEPENDENCIA Y EL DESAPEGO

El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar, y que preocuparnos no nos sirve de nada. Adoptamos una política de no inmiscuirnos  en las responsabilidades de otras personas y en vez de ello, atender a las nuestras.

Si la gente se ha fabricado desastres a sí misma, le permitimos enfrentar las consecuencias. Le permitimos a la gente ser como es en realidad. Le damos la libertad de ser responsable y de madurar.

Y nos damos a nosotros mismos la misma libertad. Vivimos nuestra propia vida al máximo de nuestra capacidad. Luchamos para discernir qué es lo que podemos cambiar y qué es lo que no podemos cambiar.

Dios mío,
dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar las cosas que sí puedo cambiar,
y sabiduría para saber distinguirlas.

                                                                                                          Plegaria de la Serenidad.



Si no podemos solucionar un problema después de intentarlo seriamente, aprendemos a vivir con ese problema o a pesar de él. Y tratamos de vivir felices, concentrándonos heroicamente en lo que de bueno tiene la vida hoy, y sintiéndonos agradecidos por ello. Aprendemos la mágica lección de que sacarle el máximo provecho a lo que tenemos multiplica lo bueno en nuestras vidas.


El desapego implica ”vivir el momento presente”  vivir en el aquí y en el ahora -. Permitimos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho a cada día.

El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo.

Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos.

Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo. Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga. A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas (y a veces, las más dolorosas) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.

Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe, El desapego no es un alejamiento frío, hostil; no es una aceptación resignada y desesperante de todo aquello que la vida y la gente nos tire en el camino; no es una manera robótica de ir por la vida, absortos, y totalmente indiferentes a la gente y a los problemas; no es una actitud de inocente dicha infantil; ni un desentendimiento de lo que son nuestras verdaderas responsabilidades hacia nosotros mismos y hacia los demás; ni una ruptura en nuestras relaciones. Tampoco es que retiremos nuestro amor y nuestra solicitud, aunque a veces estas formas de desapegarnos pueden ser las mejores a seguir, por el momento. De una manera ideal, desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o de un problema con amor. Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano (y a menudo doloroso) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver.
Desapegarnos significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos sin volvernos locos. Dejamos de crear un caos en nuestra mente y en nuestro medio ambiente. Cuando no nos hallamos reaccionando de un modo ansioso y compulsorio, nos volvemos capaces de tomar buenas decisiones acerca de cómo amar a la gente y de cómo solucionar nuestros problemas. Nos liberamos para comprometernos y para amar de modo que podamos ayudar a los demás sin lastimarnos a nosotros mismos.

Las recompensas que el desapego nos brinda son muchas: Serenidad, una profunda sensación de paz interior, la capacidad de dar y recibir amor de una manera que nos enaltece y nos llena de energía, y la libertad para encontrar soluciones reales a nuestros problemas.

Encontramos la libertad para vivir nuestra propia vida sin sentimientos excesivos de culpa o responsabilidad hacia los demás. En ocasiones el desapego llega a motivar y a liberar a la gente que se encuentra a nuestro alrededor para empezar a solucionar sus problemas. Dejamos de mortificarnos por ellos y lo perciben, de modo que finalmente comienzan a preocuparse por ellos mismos. Cada quien atiende sus propios asuntos.

El desapego es una acción y un arte. Es un modo de vida. ¿Cómo nos desapegamos? ¿Cómo separamos nuestras emociones, nuestra mente, espíritu y cuerpo de la agonía del involucramiento? Lo mejor que podemos, y  probablemente, un poco torpemente al principio es seguir una fórmula de tres partes llamada (HOW) honesta, abiertamente y con voluntad de intentarlo. Si nos desapegamos, estamos en una mejor posición para trabajar sobre (o a través) de nuestras resentidas emociones.

“Si estamos apegados, probablemente no hagamos nada más que estar siempre irritados.”






He estudiado  la codependencia de la mano de Melody Beattie. Ella es la fuente y mi inspiración de este tema, que me parece fundamental para las personas que intentamos entender cualquier tipo de comportamiento.  Me ha sorprendido tanto el tratamiento del tema, donde se estudian elementos intervinientes tan importantes como los enganches emocionales o el apego, o cualquier tipo de adicción o dependencia, que he preparado este pequeño extracto, no obstante seguiré trabajando en ello.

Más información en su libro:

YA NO SEAS
CODEPENDIENTE
Melody Beattie
Cómo dejar de controlar a los demás y empezar a ocuparse de uno mismo.



NVA

LA CODEPENDENCIA

En un artículo del libro Co-dependency, An Emerging Issue, Robert Subby escribió que codependencia es: “un estado emocional, psicológico y conductual que se desarrolla como resultado de que un individuo haya estado expuesto prologadamente a, y haya practicado, una serie de reglas opresivas, reglas que previenen la abierta expresión de sentimientos al igual que la discusión abierta de problemas personales e interpersonales.”


Earnie Larsen, otro especialista en codependencia y pionero en la materia, la define como “esas conductas aprendidas, autoderrotantes, o defectos del carácter que producen una disminución en la capacidad de iniciar o participar en otras relaciones”

Un codependiente es una persona cuya vida se han  vuelto inmanejable como resultado de haber vivido en una relación de compromiso con un dependiente. Los profesionales también empezaron a advertir que muchos individuos que se encontraban en una relación cercana con estas personas compulsivas desarrollaban patrones para reaccionar, que se asemejaban a los patrones de las personas que se encontraban relacionadas con dependientes.

Un denominador común era tener una relación personal o profesional con personas perturbadas, necesitadas o dependientes. Pero un segundo denominador, más común aún parecían ser las reglas tácitas, no escritas, que por lo general se desarrollan en el núcleo familiar y que marcan la pauta para otro tipo de relaciones. Estas reglas prohíben la discusión acerca de los problemas; la expresión abierta de sentimientos; la comunicación honesta y directa; expectativas realistas tales como ser humano, vulnerable o imperfecto; egoísmo; confianza en las demás personas y en uno mismo; jugar y divertirse; y conducir el delicado equilibrio de la canoa familiar a través del crecimiento y del cambio, tan sano como beneficioso pueda ser este movimiento. Definir el problema es importante porque ayuda a determinar la solución. Aquí la solución es vital. Significa sentirse mejor. Significa recuperación.

La definición de Melody Beattie de  un codependiente es la más abarcadora y dice así:

Una persona codependiente es aquella que ha permitido que la conducta de otra persona la afecte, y que está obsesionada con controlar la conducta de esa persona.

La otra persona puede ser un niño o adulto o un amante o un cónyuge, un hermano o hermana, un abuelo o abuela, un cliente o un amigo íntimo. Estas personas pueden ser alcohólicas, drogadictas, gente mental o físicamente enferma, una persona normal que de vez en cuando tiene sentimientos de tristeza, o una de las personas mencionadas anteriormente. Pero el núcleo de la definición y de la recuperación no está en la otra persona, no importa cuánto lo creamos así, Está en nosotros mismos, en la manera en que permitimos que la conducta de otra persona nos afecte y en la forma en que tratamos de afectarla a ella: en los cuidados obsesivos, controladores, “ayudadores”, en la baja autoestima que raya en el odio hacia uno mismo, en la autorepresión, en la abundancia de ira y de culpa, en la peculiar dependencia de gente peculiar, en la atracción por y en la tolerancia de lo bizarro, en el estar centrado en otro que conduce al abandono de uno mismo, en problemas de comunicación, problemas de intimidad y en un continuo torbellino a través de las cinco fases del proceso de duelo.

¿Es una enfermedad la codependencia? Algunos profesionales dicen que la codependencia no es una enfermedad; dicen que es una reacción normal hacia la gente anormal. La gente siempre ha tenido problemas y otros siempre se han preocupado de sus amigos y parientes con problemas. La gente siempre se ha abrumado con los problemas de los demás desde que comenzaron las relaciones humanas.

Desde que la gente existió, hemos estado haciendo toadas las cosas que etiquetamos como “codependientes”. Nos hemos preocupado hasta enfermarnos por otras personas. Hemos tratado de ayudarlas de maneras que no sirvieron de ayuda. Hemos dicho sí cuando queríamos decir no. Hemos tratado de que los demás vean las cosas tal como nosotros las vemos. Nos hemos doblado hacia atrás para evitar lastimar los sentimientos de la gente, y al hacerlo, nos hemos lastimado a nosotros mismos. Hemos tenido miedo de confiar en sus sentimientos. Hemos creído en mentiras y luego nos hemos sentido traicionados. Hemos querido vengarnos y castigar a los demás. Nos hemos sentido tan llenos de rabia y de ira…

Hemos luchado por nuestros derechos al tiempo que otras personas decían que no teníamos ninguno. Hemos usado sayal porque no creíamos que merecíamos usar seda.  “Es natural que tratemos de proteger y de ayudar a las personas que nos importan. También es natural que nos afecten los problemas de la gente que nos rodea y que reaccionemos a ellos. A medida que un problema se vuelve más serio y permanece sin resolverse, más nos afecta y más reaccionamos hacia él.”

La palabra reaccionar es importante aquí. Sea como sea que nos aproximemos a la codependencia, como sea que la definamos, y sea cual fuere el marco de referencia que elijamos para diagnosticarla y para tratarla, la codependencia es primordialmente un proceso de reacción.

Los codependientes reaccionan en exceso o reaccionan demasiado poco. Pero rara vez actúan. Reaccionan a los problemas, las vidas, los dolores y las conductas de otros. Reaccionan a sus propios problemas, dolores y conductas.

Muchas reacciones codependientes son reacciones al estrés. No es necesariamente anormal, pero resulta heroico y un auténtico salvavidas aprender a no reaccionar y a actuar de maneras más sanas. Sin embargo, la mayoría de nosotros necesitamos que se nos enseñe a hacerlo.

Otra razón por la cual se le llama enfermedad a la codependencia es porque es progresiva. A medida que la gente a nuestro alrededor se enferma más, podemos empezar a reaccionar en forma más intensa aún. Lo que empezó como una pequeña preocupación puede disparar el aislamiento, la depresión, una enfermedad física o emocional, o fantasías suicidas. Una cosa lleva a la otra, y las cosas pueden empeorar. La codependencia puede no ser una enfermedad, pero puede enfermarte. Y también puede contribuir a que la gente a tu alrededor permanezca enferma.

Otra razón más por la que se le llama enfermedad a la codependencia es porque las conductas codependientes –como muchas conductas autodestructivas– se vuelven habituales. Repetimos los hábitos sin pensarlo. Los hábitos cobran vida propia.

Sea cual sea el problema que tenga la otra personal, la codependencia implica un sistema habitual de pensar, de sentir y de comportarnos hacia nosotros y hacia los demás que nos causa dolor. Las conductas o hábitos codependientes son autodestructivos. Con frecuencia reaccionamos a las personas que se autodestruyen; reaccionamos aprendiendo a autodestruirnos. Estos hábitos nos pueden conducir a, o mantenernos en, relaciones destructivas que no funcionan. Estas conductas pueden sabotear relaciones que en otras condiciones sí hubieran funcionado. Estas conductas pueden impedirnos encontrar la paz y la felicidad con la persona más importante en nuestra vida: uno mismo. Estas conductas pertenecen a la única persona que cada uno de nosotros puede controlar –a la única persona que podemos hacer cambiar…Nosotros mismos.





He estudiado  la codependencia de la mano de Melody Beattie. Ella es la fuente y mi inspiración de este tema, que me parece fundamental para las personas que intentamos entender cualquier tipo de comportamiento.  Me ha sorprendido tanto el tratamiento del tema, donde se estudian elementos intervinientes tan importantes como los enganches emocionales o el apego, o cualquier tipo de adicción o dependencia, que he preparado este pequeño extracto, no obstante seguiré trabajando en ello.

Más información en su libro:

YA NO SEAS
CODEPENDIENTE
Melody Beattie
Cómo dejar de controlar a los demás y empezar a ocuparse de uno mismo.


NVA

domingo, 26 de abril de 2015

SANAR EMOCIONES CON EFT

EFT o Técnicas de Liberación Emocional (por sus siglas en inglés), se basa en la sabiduría de la acupuntura China y la Kinesiología. Quienes investigaron toda ésta sabiduría fueron Gary H. Craig, un Ingeniero de la Universidad de Stanford y el Dr. George Goodheart con las aportaciones del Dr. Roger Callahan. Su objetivo fue encontrar una metodología fácil y sencilla para sanar las causas emocionales de las enfermedades emocionales (y también se pueden sanar las físicas).



La terapia se basa en el concepto de que las “Emociones Negativas” se van acumulando durante el transcurso de ésta vida (o inclusive las traemos de otras vidas pasadas) y se acumulan en el Sistema Energético del cuerpo creando bloqueos en ciertos puntos de los meridianos naturales por los que fluye la energía vital. Esto no solo afecta la salud física, sino también bloquea la capacidad de desarrollo mental y espiritual limitándonos a tener una vida en plenitud.

Todos tenemos  en nuestras emociones “afirmaciones negativas” de nuestra persona, ya sea por nuestros padres, maestros, situaciones o inclusive por nosotros mismos y que han quedado grabadas en nuestra memoria manifestando una “NO ACEPTACIÓN” de nosotros mismos.

Por increíble que parezca, esta terapia ofrece un método muy sencillo para disolver esos BLOQUEOS ENERGÉTICOS.

EFT es un sencillo ejercicio de estimulación llamado TAPPING ya que se dan ligeros golpecitos con las yemas de los dedos índice y medio sobre ciertos puntos de los meridianos de acupuntura (Doce), donde se ha descubierto que se acumulan los bloqueos emocionales. Simultáneamente haces afirmaciones positivas en voz alta, de auto-aceptación y auto-estima, en las que también se dá un mensaje específico a tu mente sobre el “problema” (bloqueo) que te aqueja y del que necesitas eliminar su carga emocional como causa original. Con ésta técnica logras liberar esos bloqueos y esas ideas fijas de tu mente obteniendo así una disolución de la causa de tu problema en específico.



Hay muchos testimonios con resultados muy positivos ya que se han eliminado cargas crónicas como fobias, enojos, tristezas, ansiedad, depresión, adicciones, memorias traumáticas, preocupación, culpas, emociones y creencias “guardadas” que bloquean el éxito como en los deportes, la profesión, las artes, las relaciones humanas, etc. Los resultados han sido muy positivos en las personas que lo practican, tanto respecto a su salud física por enfermedades (incluso crónicas), como en sus logros profesionales, deportivos  y/o relacionales.

 PROCESO para la auto-práctica (5 sencillos pasos):

1. Ubicación de puntos: 
Los puntos a estimular con el “tapping” (o golpecitos con las yemas de los dedos índice y medio juntos), son tan válidos del lado izquierdo del cuerpo como del lado derecho, se utilizan las yemas de los dedos de tu lado dominante, si eres diestro, pues haces el “tapping” sobre tu lado izquierdo y viceversa.

a) Punto Karate: Esta es el área a estimular que se encuentra sobre la parte carnosa entre el dedo meñique y la muñeca sobre el costado de la mano.
b) Ceja: A un lado del entrecejo, donde inicia la ceja
c) Ojo: Al lado externo del ojo sobre la curvatura del hueso del cráneo.
d) Craneal: Abajo del ojo (bolsa) sobre la curvatura del hueso del cráneo.
e) Nariz: Debajo de la nariz en el centro del labio superior (bigote).
f)  Mentón: En el hueco entre el labio inferior y el mentón.
g) Clavícula: Debajo de la clavícula, a unos tres centímetros de la parte central donde nacen las dos clavículas.
h) Axila: A unos 10 CMS. bajo la axila, sobre el costado toráxico.
i) Pulgar: Sobre el nacimiento de la uña a un lado dedo pulgar.
j)  Índice: Sobre el nacimiento de la uña a un lado del dedo índice.
k) Medio: Sobre el nacimiento de la uña a un lado del dedo medio.
l)  Meñique: Sobre el nacimiento de la uña a un lado del dedo meñique.





2. Preparación: 
Es necesario definir el problema que queremos trabajar y concretarlo en una frase corta, por ejemplo “dolor de cabeza” o “miedo de hablar en público” o “adicción al alcohol” o “torpeza para jugar golf”, “resentimiento con mi padre”, etc. Lo más importante es que encuentres la causa que originó ese bloqueo.
Una vez definida la “frase problema” empiezas con la preparación para entrar en cierto estado de equilibrio de nuestro sistema energético y trabajar con el asunto que buscas resolver. Esta preparación consiste en hacer “tapping” dando golpecitos con las yemas de los dedos índice y medio juntos, sobre el punto karate, diciendo tres veces  en voz alta la siguiente afirmación:  “Aunque tengo este(a) (frase problema)”, me acepto y me quiero completa y profundamente”

Repites tres veces esta afirmación en la que incluyes tu “frase problema” haciendo tapping sobre el punto de Karate.

3. 1ª secuencia de Tapping:  
Inicias con el punto de la Ceja haciendo tapping y repitiendo la afirmación completa que incluye la “frase problema”, al terminar de decir la frase, pasas al punto Ojo haciendo tapping y repitiendo la afirmación completa, al terminar la frase pasas al punto Craneal haciendo lo mismo, luego al Nariz y así en secuencia hasta terminar en Meñique y por último Karate de nuevo.

4.  Secuencia de los 9 rangos: 
Esta parte de la terapia (después de la primera secuencia de tapping), tiene como objetivo afinar los dos hemisferios del cerebro o de tu carga energética y se hace con un sencillo ejercicio: Presiona ligeramente (no tapping) con el dedo índice sobre la pequeña depresión que se ubica justo atrás de la unión de los nudillos de los dedos meñique y anular, por encima de la mano.

Simultáneamente (mientras presionas el punto mencionado), has los siguientes ejercicios:
1)      Cerrar los ojos
2)      Abrir los ojos
3)      Sin mover la cabeza, bajar la mirada y dirigirla a la derecha luego al centro
4)      Dirigir la mirada a la izquierda, luego al centro y terminar arriba.
5)      Girar la mirada lentamente en sentido de las manecillas del reloj una vuelta completa
6)      Girar la mirada lentamente en sentido contrario de las manecillas del reloj una vuelta completa
7)      Tararear la melodía de cualquier canción por 4 o 5 segundos.
8)      Contar del 1 al 5
9)      Tararear nuevamente la melodía por 4 o 5 segundos

5. 2ª secuencia de tapping: 
Haz de nuevo toda la secuencia exactamente igual que en la primera sesión del paso 3°.
Con una sola secuencia de estos pasos, la terapia empieza a dar resultados, sin embargo no sobra hacerlo una o dos veces al día por varios días, dependiendo de lo crónico que sea tu “Bloqueo”, hasta que sientas total mejoría (esto puede ser muy rápido).




Fuente: La información es pública y para la práctica y beneficio de todos, como lo menciona su autor Gary H. Craig, quien ha entregado esta herramienta para ser un bien de la humanidad y accesible fácilmente en Internet, tanto en documentos como en videos, donde la terapia se encuentra descrita ampliamente y se puede aprender muy fácilmente para la práctica personal como auto ayuda, además que ya existen especialistas que guían a las personas a llevar a cabo estas prácticas para obtener los mejores resultados. También se considera un excelente apoyo para terapeutas de par bio-magnético, Reiki, flores de Bach, quiroprácticos y demás terapias alternativas que buscan la plenitud de vida en la humanidad.



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lunes, 13 de abril de 2015

LA AYUDA COMO GUIA

Ayudar verdaderamente a alguien significa que tú pones tu energía al servicio de la solución del problema, no en el problema mismo. Para hacer esto ustedes necesitan volverse más grandes en lugar de más pequeños. Cuanta mas independencia y conciencia de ti mismo irradies, más representarás la “energía de la solución” y más podrás interesarte por alguien sin agotarte. Si sufres con ellos, sólo estas afirmando el problema. Si permaneces centrado y  en calma, sin resonar con las emociones pesadas del otro, le darás a conocer otro ángulo, otra forma de mirar el problema. Precisamente al no vibrar con la energía del problema, viertes nueva luz sobre él.



La verdadera guía espiritual nunca se involucra con el   problema a resolver de alguien más. Más bien significa ser un faro de luz y de conciencia para ellos, quien les refleja sus problemas de un modo que les permite a ellos echar otra mirada sobre eso. Les permite a ellos ver significado y valor en el problema; les devuelve a ellos una sensación de libertad y de responsabilidad. Algo dentro de ti toca su corazón y los inspira: es la energía del amor. Es la energía de la aceptación. De este modo, les ofreces a ellos la “energía de la solución”, no haciendo algo por ellos, sino irradiando esa paz hacia los demás. No se trata de llevar las cargas de los demás o de hallar soluciones a sus problemas. Se trata de llevar la energía de la solución en su propio ser y de compartirla abiertamente con los demás. Esa es la esencia de lo que significa traer luz.



Fuente: Canalizaciones de Jeshua. Pamela kribbe
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