Ayudar verdaderamente a alguien significa que tú pones tu energía
al servicio de la solución del problema, no en el problema mismo.
Para hacer esto ustedes necesitan volverse más grandes en lugar de más
pequeños. Cuanta mas independencia y conciencia de ti mismo irradies, más
representarás la “energía de la solución” y más podrás interesarte por alguien sin
agotarte. Si sufres con ellos, sólo estas afirmando el
problema. Si permaneces centrado y en calma,
sin resonar con las emociones pesadas del otro, le darás a conocer otro ángulo,
otra forma de mirar el problema. Precisamente al no vibrar con la energía del problema, viertes
nueva luz sobre él.
La verdadera guía espiritual nunca se involucra con el problema a resolver de alguien más. Más bien significa ser un faro de luz y de conciencia para ellos, quien les refleja sus problemas de un modo que les permite a ellos echar otra mirada sobre eso. Les permite a ellos ver significado y valor en el problema; les devuelve a ellos una sensación de libertad y de responsabilidad. Algo dentro de ti toca su corazón y los inspira: es la energía del amor. Es la energía de la aceptación. De este modo, les ofreces a ellos la “energía de la solución”, no haciendo algo por ellos, sino irradiando esa paz hacia los demás. No se trata de llevar las cargas de los demás o de hallar soluciones a sus problemas. Se trata de llevar la energía de la solución en su propio ser y de compartirla abiertamente con los demás. Esa es la esencia de lo que significa traer luz.
Fuente: Canalizaciones de Jeshua. Pamela kribbe
NVA
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