jueves, 21 de agosto de 2014

CUANDO CREEMOS QUE NO HAY SALIDA.

Decimos muchas veces, no se si por acción u omisión que vamos creando nuestro futuro con el pensamiento del presente, es lo que llamarían algunos libre albedrío, pero que pasa cuando no estamos capacitados para crear un futuro cierto dentro de una normalidad a la que estamos acostumbrados.

Que pasa cuando cansados de pensar lo mismo y lo contrario no damos margen a que se materialice ningún pensamiento.

Ciertamente en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido tan perdidos que no podíamos elegir camino, tal era la indecisión que no habíamos terminado de decidir cuando ya habíamos cambiado de parecer, esta indecisión te bloquea. Y no vale decir: ¡Anda, que ya iras encontrando!  pues no tenemos la capacidad de reflexionar en nada, que no sea el inicio del siguiente pensamiento.

Hay momentos en la vida que atrapados en lo que sabemos o creemos saber no somos capaces de levantar la mirada al horizonte porque sinceramente creemos que no existe.

Hoy hay muchas personas enrocadas en situaciones difíciles y muy preocupadas que no saben continuar, que solo saben mirar la dualidad, aquí o allí, y no tenemos capacidad de elección, simplemente porque creemos que no la tenemos.

Para salir de ese agujero os propongo los siguientes pasos que espero os ayude.

1. Tener Fe.

Tener Fe el Altísimo, en Dios, o en aquello que creáis que mueve los hilos de la consciencia, yo me quedo con mi Dios, ya lo negué una vez y no pienso  volver a hacerlo.

2. Tener Fe en ti.
Has llegado hasta aquí, porque no vas a poder seguir al siguiente control cíclico.

3. No crear más futuro.
Seguir haciendo lo que haces, en tu búsqueda de lo que andes buscando pero no desear, ni imaginar como será tu vida dentro de un tiempo, so pena que lo tengas tan claro que en ti no haya dualidad, sino un objetivo.

4. Tener paciencia. Si miras para atrás, justo cuando pensabas que ya era el final, se abría otra puerta, siempre se abre otra.

5. Procura tener la cabeza libre de pensamientos hasta que sepas en que pensar.

6. Estate atento a las señales y escúchalas.

7. Haz deporte, pasea, escucha la naturaleza, no repitas los mismos patrones.

El motivo de haber escrito esto es que muchas veces no damos tiempo a que se materialicen los pensamientos cuando ya estamos creando otro objetivo o solución, no damos tiempo a que llegue la ayuda.


Prometo ponerlo en práctica.

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