Es el espíritu el
que mantiene y sostiene la vida, es el que te hace fuerte y sólido y el que
rompe los estrechos límites entre grupos sociales, creencias, religiones y
nacionalidades. Es el que te hace consciente de que la vida está presente en
todas partes. Únicamente tomando conciencia, elevando la conciencia, podremos
eliminar las guerras y restaurar los valores humanos en el mundo actual. ¿Cómo
lograrlo? ¿Cuáles son los principios para una vida espiritual?
Confianza
Tener confianza en uno mismo. Sin confianza no se alcanza la meta. La duda se opone a la confianza. Una vez que elimines lo negativo verás que lo positivo ya sucedió. Cuando la duda se despeja surge la confianza. Para lograr más confianza hay que entender la duda. Si observas la naturaleza de la duda verás que la duda siempre surge sobre lo positivo. Nunca dudas de lo negativo. Si alguien te dice "te quiero mucho", dices, "¿en serio?". Pero si alguien dice "te odio", nunca acotas, "¿de verdad?". Dudas de la honestidad de alguien, pero nunca dudas de su deshonestidad. Dudas de la bondad de algunos, pero nunca dudas de sus cualidades negativas. Considera tu duda un cuestionamiento a lo positivo, ten confianza en lo negativo, y así sabrás que si dudas de algo bueno ya tiene que haber ocurrido. Encarada de esta forma, la duda te permite avanzar. No digo que dejes tus dudas. ¡Duda tanto cuanto desees!, ¡duda con el ciento por ciento! Esto te ayudará a atravesar la circunstancia. Sólo una vez que cruces esta barrera de duda habrá progreso.
Deja de culpar a otros y a ti mismo
El viaje
espiritual es un viaje hacia el ser, y cuando te culpes no querrás acercarte al
ser. Sin acercarte al ser, al espíritu, te quedas en un viaje hacia la materia.
La alegría derivada de la materia cansa y la alegría que te otorga el ser te
eleva. Quizás encuentres cualidades negativas dentro de ti, pero no te culpes.
Cuando te culpes, inevitablemente culparás a otros, ya que no podrás sostener
por mucho tiempo que sólo tú eres culpable; entonces encontrarás una razón para
escapar de esta situación y encontrarás a quien culpar. Esto produce odio. Cada
vez que culpes a otro te estarás preparando para culparte a ti mismo. Hoy en
día hay tanta acusación que se está arruinando la conciencia del mundo
entero.
Admira a otros y admírate a ti mismo
Alabarse y alabar
a los demás. El halagar a otros es un paso más para no culpar. El alabar aviva
el espíritu, y la presencia del espíritu te eleva, eleva al otro, y a todo tu
entorno. Al admirarte a ti mismo y a otros se genera un espacio dentro de ti
que se llena de alegría. Si puedes alabarte a ti mismo no necesitarás que nadie
te alabe. Muchos creen que alabarse es tener ego, pero no es así. De hecho, el
ego no puede alabarse a sí mismo. Es más, el ego espera alabanzas de otros.
Observa que, de cualquier forma, todos los halagos van a Dios. Si tienes ojos
hermosos, ¿quién los hizo? Cada alabanza que te hagan es para el Creador.
Cuando admiras y alabas se expande la conciencia. Algo dentro de ti se abre. El
culpar contrae la conciencia. Como la dimensión espiritual es una expansión de
la conciencia, de la mente, al culpar nos oponemos a esto. Alaba a alguien
sinceramente y observa cómo te sientes.
Sinceridad
Sé sincero en todos los aspectos. No te engañes a ti mismo y no intentes fingir con los demás. La búsqueda espiritual sin auténtica sinceridad es vacía y no aporta ningún beneficio. La sinceridad trae paz, felicidad y alegría, que no podrás encontrar de ninguna otra forma.
Sinceridad
Sé sincero en todos los aspectos. No te engañes a ti mismo y no intentes fingir con los demás. La búsqueda espiritual sin auténtica sinceridad es vacía y no aporta ningún beneficio. La sinceridad trae paz, felicidad y alegría, que no podrás encontrar de ninguna otra forma.
Responsabilidad
La espiritualidad no es una elusión de la responsabilidad, sino una asunción de responsabilidad. Cuanta responsabilidad hayas tomado en tu vida, ésa es la medida del camino que has recorrido. Si sientes que es difícil lo que se te ha dado, ¡más se te dará! Muchos creen erróneamente que el ser espiritual es una escape del trabajo duro. No. El camino espiritual está marcado por actividad concreta y dinámica.
La espiritualidad no es una elusión de la responsabilidad, sino una asunción de responsabilidad. Cuanta responsabilidad hayas tomado en tu vida, ésa es la medida del camino que has recorrido. Si sientes que es difícil lo que se te ha dado, ¡más se te dará! Muchos creen erróneamente que el ser espiritual es una escape del trabajo duro. No. El camino espiritual está marcado por actividad concreta y dinámica.
Dejar ir el pasado
Soltar el pasado.
Ve todo el pasado como un sueño. Entonces alcanzarás el momento presente. Verás
que no tienes que hacer ningún esfuerzo por estar en el presente. En el
instante en que sueltes el pasado, la mente retorna al presente por sí sola. En
el momento presente se aviva el espíritu; incluso una pequeña chispa se
convierte en llama. Cuando te aferras al pasado, la chispa se cubre con
cenizas. Quédate en el presente y sopla todas las cenizas del pasado.
Aceptación
Tienes que saber crear un entorno armonioso alrededor de ti. Quizá creas que el entorno te crea a ti, pero en realidad eres tú el que crea tu entorno. Date cuenta de que lo que es, es. Aceptar lo que ya es tiene dos aspectos. Lo primero es aceptar que el momento presente es inevitable. Lo que ya ocurrió, ya ocurrió. Si quieres que sea diferente, sólo podrá serlo al momento siguiente. Aceptando lo que ya ocurrió, te tranquilizas y puedes cambiar las cosas.
El segundo aspecto es aceptar a las personas como son. Cualquiera que sea su comportamiento, date cuenta de que es lo mejor que pueden ofrecer en ese momento. Sé analítico. Busca una posible explicación a sus acciones. Y simultáneamente asume la responsabilidad por las tuyas. De esta forma, la aceptación se transforma en algo dinámico y tu entorno se armoniza.
Confirmación de tu propia muerte
Aceptación
Tienes que saber crear un entorno armonioso alrededor de ti. Quizá creas que el entorno te crea a ti, pero en realidad eres tú el que crea tu entorno. Date cuenta de que lo que es, es. Aceptar lo que ya es tiene dos aspectos. Lo primero es aceptar que el momento presente es inevitable. Lo que ya ocurrió, ya ocurrió. Si quieres que sea diferente, sólo podrá serlo al momento siguiente. Aceptando lo que ya ocurrió, te tranquilizas y puedes cambiar las cosas.
El segundo aspecto es aceptar a las personas como son. Cualquiera que sea su comportamiento, date cuenta de que es lo mejor que pueden ofrecer en ese momento. Sé analítico. Busca una posible explicación a sus acciones. Y simultáneamente asume la responsabilidad por las tuyas. De esta forma, la aceptación se transforma en algo dinámico y tu entorno se armoniza.
Confirmación de tu propia muerte
Comprender que te
morirás un día. Como en lo más profundo de nuestro ser hay algo que nunca
muere, no tomamos conciencia de nuestra propia muerte. La confirmación de la
muerte te trae al momento presente y te aleja de todas las tentaciones que te
mantienen lejos del presente. Cuando tomes conciencia de que te vas a morir, el
futuro dejará de perseguirte.
La impermanencia de la vida
Reconocer la
impermanencia de todo lo que existe, la impermanencia de situaciones,
circunstancias, emociones y de la gente a tu alrededor. Saber que todo es
impermanente eleva el nivel del espíritu. Actuarás con más energía, entusiasmo
y vigor. Creemos que al reconocer la impermanencia perdemos el entusiasmo y
caemos en la apatía. No. La correcta comprensión de la impermanencia aviva el
espíritu. Cuando se despierta el espíritu, te sientes elevado y surgen el
entusiasmo y el dinamismo.
Confianza
Confía en la inteligencia infinita y suprema que ha formado toda esta creación, desde el despliegue cósmico hasta el juego entre átomos y moléculas. Sólo por la ubicación de los electrones algo se convierte en una flor y otra cosa se convierte en una piedra, una cosa más se hace oro y otra carbón. Observa que hay un sustrato, una base, una inteligencia superior que está sosteniendo todo, una unidad presente en toda la creación. Y ve que ésta tiene vida. No vemos el universo como algo vivo. Sólo vemos materia en todas partes; a la luz de nuestros ojos sólo existen los objetos. Sabemos que hay campos magnéticos en la creación, pero a menudo lo vemos como un campo muerto. La conciencia pura, que es la base de la mente, que es eso de lo que tú eres parte y de lo que todos son parte, eso es ese campo, y ese campo está vivo. Entender, aceptar y confiar en la inteligencia suprema que crea y sostiene todas las cosas.
Confía en la inteligencia infinita y suprema que ha formado toda esta creación, desde el despliegue cósmico hasta el juego entre átomos y moléculas. Sólo por la ubicación de los electrones algo se convierte en una flor y otra cosa se convierte en una piedra, una cosa más se hace oro y otra carbón. Observa que hay un sustrato, una base, una inteligencia superior que está sosteniendo todo, una unidad presente en toda la creación. Y ve que ésta tiene vida. No vemos el universo como algo vivo. Sólo vemos materia en todas partes; a la luz de nuestros ojos sólo existen los objetos. Sabemos que hay campos magnéticos en la creación, pero a menudo lo vemos como un campo muerto. La conciencia pura, que es la base de la mente, que es eso de lo que tú eres parte y de lo que todos son parte, eso es ese campo, y ese campo está vivo. Entender, aceptar y confiar en la inteligencia suprema que crea y sostiene todas las cosas.
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