sábado, 31 de enero de 2015

SIMPLEMENTE AGUA...

Simplemente agua, este elemento del que disponemos alegremente y que a veces no sabemos valorar, este elemento aparentemente tan sencillo que sin el no hay vida, es el gran desconocido, no es simplemente H2O.

El ser humano, el mayor depredador, se encuentra ante el agua y comienza a descubrir la gran dependencia que de ella tiene, que la ha estado utilizando como estercolero y depuradora de todas sus inmundicias, que la ha pretendido transformar, manipular, poseer, y manejar sin darse cuenta de que es un ser vivo, su más preciado bien, la base primordial de su existencia, y fundamental para su supervivencia.


Después de haberla ensuciado hasta casi la saturación, empieza a surgir la necesidad de ocuparse de ella, cuidarla, mimarla y respetarla y si me apuran un poco, hasta pedirle perdón, lo cual, seria un buen ejercicio de humildad ya que sin ella no somos nada, perderíamos como mínimo el 70% de nuestro organismo.

De la conciencia que tenían nuestros antepasados sobre el agua poco queda. Aquella parte reverencial, mística, respetuosa y limpiadora de cuerpo y alma ha quedado todo reducido a un simple H2O, la formula química más conocida del mundo.


Pero la relación que tenemos con ella no es solamente personal sino trascendental 

De Ella depende la vida en el planeta. El ciclo circulatorio-sanador-vivificador que realiza en este planeta lo hemos interferido y hoy, los ríos, lagos, pantanos, aguas subterráneas, lluvias y mares están envenenados, sin darnos cuenta de que este elemento es la condición previa para cualquier forma de vida. Es la sustancia más importante no solo cuantitativamente sino cualitativamente.

Es la sangre de un ser vivo (Gaia) que si enferma, lo harán también todos los seres vivos que hay en este planeta.

Si nos acercamos a  ella para contemplarla e indagar en algunas de sus múltiples facetas, como si nos acercásemos a nosotros mismos, pues es parte fundamental de lo que somos y donde nos movemos, la podemos contemplar desde tantos aspectos diferentes como la misma vida, ya que es vida líquida, es el aire para los peces y para nosotros la vida. Acerquémonos a ella y mirémosla de una forma ordenada, pero ya que tiene tanta afinidad con nuestro ser la estudiaremos bajo la idea de un ser vivo que tuviese un cuerpo físico o denso, un cuerpo energético o pránico, uno emocional, el mental y si alcanzamos, hasta uno búdico que seria el más cercano y reflejo de la divinidad o energía primigenia.

Su cuerpo más denso o químico 
El filósofo griego Aristóteles (384-322 a. J.C.) la definió como uno de los cuatro elementos constituyentes del Universo (los demás son el aire, la tierra y el fuego).  Durante mucho tiempo el agua fue considerada como un cuerpo simple, una materia prima sin posibilidad de disgregación. Todos los gases conocidos hasta entonces eran "aires" ya que se suponía que el aire podía estar contaminado por vapores y olores que lo impurificaban temporalmente.

Fue en el siglo XVIII y a partir de 1766 cuando aparecen los trabajos y descubrimientos del químico y físico Henry Cavendish, (1731-1810) que descubrió que el agua no es un elemento, al sintetizarla por combustión del hidrógeno en el aire, determinando de esta manera la composición de la atmósfera, afirmando que "el agua está compuesta por aire deflogistizado (oxígeno) unido al flogisto (hidrógeno)".
A partir de esta sintetización fueron apareciendo trabajos de varios investigadores, como la del químico y teólogo inglés Joseph Priestley (1733 - 1804) o el químico sueco de origen alemán Carl Wilhelm Scheele (1742 - 1786)...entre otros.

Posteriormente, el químico francés Antoine Lavoisier (1743-1794), al que se le acredita como padre de la química moderna, en el año 1790 aportó la prueba con la formula H2O, Desde entonces la relación 2:1 de ambas sustancias ya no se pone en duda. 


La molécula de agua, está formada por dos átomos de H de carga positiva unidos a un átomo de O de doble carga negativa por medio de dos enlaces covalentes, éste es el compuesto químico que resulta en el agua. El átomo de H puede aceptar dos electrones pero retiene sólo uno y el de O que puede aceptar hasta ocho, retiene sólo seis. El resultado es que la molécula de agua, aunque tiene una carga total neutra (igual número de protones que de electrones), presenta una distribución asimétrica al estar los electrones más fuertemente atraídos por el átomo de oxígeno que por el de hidrógeno, como consecuencia de esto, el oxígeno queda cargado negativamente y los hidrógenos positivamente.

Sobre su cuerpo pránico o su comportamiento físico
Pero la clave de muchas propiedades del agua reside en los enlaces que pueden realizar las moléculas individuales con sus vecinas formando cadenas moleculares de tamaño variable, aunque son uniones débiles.

El hecho de que alrededor de cada molécula de agua se dispongan otras cuatro molécula unidas por puentes de hidrógeno, permite que se formen en el agua (líquida o sólida) una estructura de tipo reticular y esta capacidad de agrupar o fraccionar estas asociaciones (c) moleculares, algo que no es tan fácil con otros líquidos, es la responsable en gran parte, de su comportamiento anómalo y de la peculiaridad de sus propiedades fisicoquímicas.



Gracias a esta propiedad, las moléculas de agua tienden a formar agregados como el que se muestra esquemáticamente en el diagrama, siendo ésta la razón por la que se forman las nubes y las gotas de lluvia.

Las propiedades fisicas de las que dispone son: Acción disolvente, fuerza de cohesión y de adhesión y su gran calor específico y de evaporación.  Las moléculas de agua pueden disolver la sal gracias a que son polares. Atraen a los iones de la superficie del grano de sal, rodeando y separando sus moléculas Si nos acercamos al comportamiento hidrófobo, y el hecho de que los grupos hidrocarbonados CH tiendan a ser repelidos por las moléculas de agua, nos encontramos con que este comportamiento es el responsable, en parte al menos, de las complejas estructuras espaciales que presentan las proteínas, el ADN y las bicapas lipidicas de las membranas celulares.

En ausencia de agua, todas estas estructuras serían inestables. Es como el yin y el yang de la vida y en el agua no podría ser de otra manera pues ya desde el principio la catalogábamos como “La esencia densa del existir”.

Su fuerza de cohesión, se debe a que el agua, esta formada por la unión de moléculas de agua, las cuales, tienen fuerzas atrayentes y repelentes ( cohesión/adhesión ) siendo los puentes de hidrógeno, los que mantienen a estas moléculas fuertemente unidas, manifestándose en todas direcciones, vertical y horizontalmente cuando se presentan en un medio equilibrado, formando una estructura compacta.

La propiedad de los líquidos de expandirse, de manera variable, en fisuras o tubos estrechos, se llama efecto de capilaridad. Esta fuerza de expansión, está en relación a la masa del líquido y mantenida gracias a los puentes de hidrógeno que se establecen entre las moléculas de agua y otras moléculas polares, por ejemplo, en un pequeño tubo con un diámetro de 1 mm., la superficie exterior del agua, que esta en contacto con las paredes, resulta particularmente grande en proporción con la que no esta en contacto.

La capacidad y fuerza adhesiva a las paredes del capilar es mucho mayor que la fuerza de cohesión interior que es menor, o lo que es lo mismo, cuando la adhesión (capacidad adhesiva /adhesividad interfacial) es mayor que la cohesión (tensión interior / fuerza tensora interior), el liquido se eleva/tira hacia arriba, hasta alcanzar un nivel superior al del recipiente donde la presión que ejerce la columna de agua, se equilibra con la presión capilar. En las venas de un árbol este efecto de capilaridad llega a ser un mecanismo de importancia vital. De esta manera el agua puede llegar desde las raíces hasta la más alta copa. Sin este efecto, la vida vegetal no sería posible.

Respecto a las propiedades de "calor específico" y “calor de vaporización" están relacionadas con los puentes de hidrógeno que se forman entre estas moléculas. El agua puede absorber grandes cantidades de "calor" que utiliza para romper estos puentes y como consecuencias de esto la temperatura se eleva muy lentamente.

Esto permite que el citoplasma acuoso sirva de protección ante los cambios de temperatura. Así se mantiene la temperatura constante. Para evaporar el agua, primero hay que romper los puentes y posteriormente dotar a las moléculas de agua de la suficiente energía cinética para pasar de la fase líquida a la gaseosa. Para evaporar un gramo de agua se precisan 540 calorías, a una temperatura de 20° C. 

Cuando los químicos Dimitri Mendeleiev y Julius Lothar Meyer, a finales del siglo XlX, buscaban los elementos y piezas constitutivos del universo y se centraron en los elementos, descubrieron que determinadas propiedades importantes de los elementos se repetían periódicamente. A partir del hidrógeno, cuya masa es inferior a todos los demás elementos, ordenaron, en forma de tabla, las características repetitivas de los elementos según el principio de la masa atómica creciente.

Había nacido el sistema periódico de los elementos conocidos entonces.

Del sistema periódico de los elementos también debería haber resultado el  agua pero ésta no se deja clasificar  por lo que se habla de las “anomalías del agua”.

Estas anomalías son:
·              El agua es, químicamente inalterable, lo que no es el caso ni del oro ni del platino.
·              El agua, acorde a los principios físicos, debería ser sólida y no liquida.
·              La tensión superficial del agua es diez veces superior a la que cabría de esperar según las normas físicas.
·              Ningún copo de nieve, en su estructura, es idéntico a otro.
·              Ninguna gota de agua es exactamente igual a otra.
·              El hielo, siguiendo “las normas”, debería pesar más que el agua y hundirse pero debido a que se crean vacíos, y a su densidad específica, es más ligero que el agua y permanece en la superficie.
·              Sin la capa “protectora “aislante de hielo, la vida en las aguas no sería posible. (Los lagos se helarían desde el fondo, con un efecto fatal para los seres vivos en el agua).




·              La temperatura de una sustancia, normalmente, aumenta cuando esta sujeta a presión, pero la temperatura del agua, a la presión que sea, no aumenta por encima de los 35,6° C (si no fuera así, los buceadores, en cada inmersión, se sobrecalentarían, al igual que si tuviesen fiebre).
·              Sin la capacidad del agua de almacenar calor y frío durante mucho tiempo y de librarlos de forma muy gradual, las temperaturas ambientales tendrían variaciones de más de 100° C.
·              Sin la humedad atmosférica, nada frenaría el viento, y la superficie de la tierra estaría expuesta continuamente a vientos profundamente devastadores.
·              Si el agua se comportase “normal”, es decir, según las normas básicas de las leyes físicas y químicas, no habría vida sobre la tierra.
·              En el agua, la transmisión de las ondas de sonido es 4 veces mas rápida que en el aire.
·              El agua es un solvente universal, al que con tiempo, no se le resiste ningún material sea hierro, piedra o minerales. De esto se deriva el dicho de: “la última gota rompe la piedra”.

El agua cumple simultáneamente con muchos trabajos en nuestro cuerpo. No sólo trabaja como vehículo disolvente, medio de transporte o líquido refrigerante; también actúa como portador idóneo de información, combinando y diluyendo los diferentes líquidos corporales, de forma individualizada y, reaccionando con una gran flexibilidad a influencias exteriores. 

Hasta ahora hemos visto el cuerpo denso del agua, lo que equiparábamos a nuestro cuerpo físico o que también podemos llamar cuerpo denso. También hemos visto ciertos comportamientos del agua que
podríamos equiparar a los comportamientos energéticos del ser humano y si nos introducimos más, nos encontraremos con las propiedades del agua que son equiparables a nuestros cuerpos o estructuras mentales y emocionales. Me estoy refiriendo al poder que el agua tiene para guardar informaciones y transmitirlas mediante las estructuras y los clusters.

Se denominan clusters, a la agrupación de unidades individuales interrelacionadas mutuamente en todos los sentidos (verticales, horizontales, etc.) que establecen vínculos de interdependencia funcional para el desarrollo de sus procesos.





Esta definición nos serviría para cualquier ámbito, en  el universo, acercándonos a los clusters de las galaxias que son los objetos más grandes conocidos, o los clusters empresariales donde se agrupan un número determinado de empresas con una interrelación específica etc.

Pero en este viaje hacia lo pequeño donde nace lo más simple, es hacia donde queremos acercarnos. Los clusters del agua son una cantidad de partículas individuales asociadas entre sí, y a las que se les considera una unidad uniforme, siendo variable la cantidad de moléculas que los forman. 

Las cargas diferenciadas en el interior de cada molécula (el oxígeno de carga negativa y el hidrógeno de carga positiva) representan un dipolo. Como cargas iguales se repelen y cargas diferenciadas se atraen, las moléculas se unen formando determinados diseños / patrones, cuyas agrupaciones tridimensionales se llaman “cluster”. Los enlaces de las moléculas entre sí son enlaces hidrogenicos y estos puentes de hidrógeno son los que se encargan de transmitir la información al agua. 
Las moléculas de agua que determinamos como pequeños triángulos isósceles cuyos vértices están ocupados por un oxígeno y dos hidrógenos, con las fuerzas de unión de sus enlaces covalentes, tienen algo mas.

Sir John Anthony Pople (1925 - 2004), (químico inglés, premio Nobel de Química en 1998) expuso en 1.950 una novedad extraordinaria : “Los hidrógenos de una molécula se unen al oxigeno de su vecina por medio de enlaces de hidrógeno de una fuerza mucho más débil, esto es que cada átomo de oxígeno se une a cuatro de hidrógeno, a dos mediante enlaces covalentes normales y a dos por enlaces de hidrógeno, el oxígeno en el centro del tetraedro y los cuatro hidrógenos en los vértices con cargas electroestáticas que difieren”.

Estos enlaces de hidrógeno descubiertos por Pople, operan con una fuerza mucho más débil que los covalentes normales pudiendo estirarse, doblarse, y moldearse sin romperse. De esta forma estos enlaces pueden absorber, almacenar y ceder energía como la alta capacidad calorífica. Estos enlaces se comportan como si fueran unos resortes flexibles que modificando sus características posicionales y espaciales de infinidad de maneras distintas, almacenan información en la estructura del agua de una manera similar a como puede almacenar, captar y transmitir los elementos de la memoria de un ordenador.

La mayoría de los físicos y químicos especializados en estos campos, manteniéndose en una ortodoxia conservadora, admiten que la estructura del agua está ordenada en tetraedros igual a la de un cristal de cuarzo. Si continuásemos caminando en esta dirección tendríamos que empezar a hablar de la Física Tetraédrica y del físico japonés Sinichi Seike con su teoría bautizada “Ultra relatividad “.

En base a ella se han logrado modificaciones gravitatorias e inerciales que implican curvaturas locales del espacio tiempo, naciendo de esta teoría la Física tetraédrica. De acuerdo con las leyes de la mecánica quántica y el principio de incertidumbre de Heisenberg, estos tetraedros “acuosos” que forman las unidades moleculares del agua pueden ser pulsantes eléctricamente pues estos enlaces de Hidrógeno se intercambian por covalentes con cargas eléctricas muy distintas, al mismo tiempo que los electrones que desaparecen de un vértice, aparecen en otro, según expone el Profesor Alberto Borras (energías cósmicas del agua).

Es por esto que los clusters de agua emiten señales de energía típicas que dependen del movimiento de sus moléculas individuales. En el agua, los clusters forman estructuras cuasi-cristalinas. Estas redes vibran con altas frecuencias de gran variabilidad. Pueden ser similares a las ondas de radio, pudiendo ser captadas (lo está haciendo un grupo de investigación de químicos de la University of California in Berkley, con un espectrómetro de absorción por infrarrojo, almacenándose en ellos las informaciones.

En este punto tenemos que preguntarnos sobre el poder memorizador del agua y todas las bases, que sobre esta particularidad del agua, ha establecido la homeopatía. 

La Homeopatía, como terapia médica, fue creada por el medico alemán Samuel Friedrich Hahnemann (1755-1843) el principio básico desarrollado por Hahnemann está basado en “curar con lo mismo”. Se trata de administrar una pequeña cantidad de la sustancia cuyos efectos sean similares a los de la enfermedad es decir, curar con aquello que enferma de igual manera al individuo sano.

Una serie de observaciones condujeron a Hahnemann a suponer que, cuanto menor fuera la dosis administrada al enfermo, más rápida y eficaz sería la curación, estableciéndose así, uno de los principios básicos conocido como "el principio de las dosis infinitesimales". Cualquier producto que se elaborase para administrárselo a un paciente, de acuerdo con la teoría homeopática, consistiría en una pequeña porción de la sustancia activa, prescrita de acuerdo con la materia médica, y diluida sucesivamente hasta que prácticamente no quede sustancia activa en el preparado.

La única explicación lógica que podía buscarse a este principio era que, en el proceso de dilución del principio activo, el medio en el que se diluía éste - normalmente agua - fuera capaz de “memorizar” las características del agente activo, pero evitando su toxicidad, ya que aquél desaparecía. Suponiendo cierto esto, para que el tratamiento fuera más eficaz se necesitaría agitar vigorosamente el preparado durante su proceso de dilución, de manera que todas las moléculas del disolvente entraran en contacto con la sustancia activa.

Es lo que se conoce como dinamización, y exige no sólo una intensa agitación del preparado, sino también que el proceso se realice en sucesivas fases de dilución 1/10 ó 1/100. Es decir, disolviendo sucesivamente una parte de la mezcla original en 10 ó 100 partes de disolvente respectivamente, repitiendo a continuación el proceso.

El número de repeticiones efectuadas determina la potencia de la disolución, en decimales (o centesimales) hahnemannianos: DH (o CH).

Con esto y todo lo anteriormente expuesto podríamos establecer que los clusters así emergentes constituyen a su vez, según el principio de la resonancia, unos patrones de oscilaciones que pueden llegar a tener su efecto hasta niveles insospechados, pues a mayor frecuencia de la oscilación, mayor será el impulso que encadena la curación.

El científico francés Prof. Jacques Benveniste, a finales de 1980, se hizo con renombre mundial por sus trabajos sobre “la memoria del agua”.

Su grupo, que trabajaba entonces en uno de los mayores institutos de investigación en Francia, publicó en 1988 un articulo en la revista técnica de ciencias naturales mas famosa, “Nature” (vol. 333, no. 6176), que debió confirmar el principio de acción de la homeopatía. La existencia de la memoria del agua permitiría justificar los postulados de la práctica homeopática.

El postulado fundamental de ésta es como ya expusimos, el principio de similitud que merece realmente el título de postulado, es decir, de afirmación tenida por cierta, pero no demostrable. Sin embargo, la experiencia sobre la cual Benveniste quería apoyar su descubrimiento, no tiene nada que ver con el principio de similitud.

No se trata aquí de curar absolutamente nada, ni siquiera “in vitro”.

Lo que es nuevo, es que Benveniste observó estas reacciones con disoluciones de anticuerpos de una “potencia” tal que, evidentemente, no queda el más mínimo vestigio del anticuerpo en la disolución.

En esto se basa fundamentalmente Benveniste para afirmar que el agua mantiene “memoria” de la sustancia biológica con la que estuvo en contacto, sin plantearse ninguna hipótesis alternativa que justificase el efecto observado.

Si el mundo técnico hubiese reconocido los resultados, tendría que haber sido necesaria una revisión completa de los fundamentos de la bioquímica. Lo que ocurrió fue el detonante de uno de los mayores escándalos de la ciencia. 

Unos años mas tarde, en marzo 2001, el periodista inglés Lionel Milgrom escribió en el “Guardian” sobre los experimentos llevados a cabo por la biotécnica Prof. Madeleine Ennis de la Queen's University de Belfast. Inicialmente, el objetivo de sus nuevos estudios sobre la homeopatía era poder probar como un “no-sentido” la tesis de la alegada capacidad del agua de memorizar información. Científicos de la universidad de Belfast llevaban a cabo un experimento de grandes dimensiones, tomando parte en él también universidades y laboratorios en Bélgica, Francia e Italia.

De los estudios resultó el reconocimiento de que las moléculas de agua, “Tienden a organizarse de alguna manera y de forma estable, por lo que pueden memorizar información absorbida a su vez previamente de otras moléculas”.

El Prof. Bernd Kröplin del Institut fuer Statik und Dynamik der Luft- und Raumfahrtkonstruktion (Instituto de Estática y Dinámica de construcciones aéreo-espaciales) de la Universidad de Stuttgart sugirió, casi como efecto segundario, que el agua posee memoria, en un proceso de”secado de gotas de agua”.





Muestras de agua fueron expuestas a un campo alternante electromagnético de 50 Hz. y de 500 hz. resp. (El efecto de un teléfono móvil en funcionamiento) y examinadas por el método micro-óptico y luego comparadas.
“Si se produce alguna alteración, entonces hemos de hablar de que ha habido memorización de información y de que existe una memoria”. Estos ensayos probaron que la radiación emitida por teléfonos móviles causa una reducción de la estructura básica del agua, lo que afecta a su calidad, incluso sin haberse utilizado sustancia alguna, sea química o otras. De la misma manera se examinó la saliva, demostrándose que ésta había sido afectada significativamente. Kröplin insiste en que los resultados son reproducibles y que resistirán a la comprobación científica. 

En los últimos años, en lo que concierne a la calidad del agua, se ha dado gran importancia a sus características físicas, en especial a las que involucran la estructura molecular y la capacidad del agua para agruparse de diversas formas. Los modelos actuales para el comportamiento del agua líquida proponen que las estructuras principales que explican las anomalías físicas y químicas del agua son las agrupaciones icosahédricas de un número determinado de moléculas.

Se trata de una red cerrada de moléculas de agua cuya estructura le permite contraerse y expandirse para conservar el equilibrio entre sus puentes de hidrógeno, lo que le da una elevada estabilidad por lo que también se les llama estructuras metaestables. 

Una muy interesante prueba adicional de esta fuerza ordenante que actúa en el fondo fue aportada hace poco por un grupo de investigadores de química física en la Universidad de Pensilvania. Descubrieron que estas moléculas de clusters se agrupan en estructuras de ordenación superior. Estas estructuras no son formas cualesquiera: son, exclusivamente, los Cinco “Cuerpos Platónicos”, o sea el tetraedro, hexaedro, octaedro, dodecaedro y el icosaedro. 

Una única molécula de H2O forma ya un minúsculo tetraedro (una pirámide equilateral) y puede por ejemplo, agruparse en estructuras dodecaédricas de veinte moléculas individuales, lo que se parece al dibujo de una pelota de fútbol. De esta manera se constituyen en el agua complejas estructuras estables, quedando intactas incluso en el vapor de agua; deduciéndose que poseen una gran energía en su interior.

A estas formaciones se les podría calificar también como “densidad de información extremadamente alta“. El grado de ordenación de estas estructuras de agua es tan alto como el de los cristales (la estructura de ordenación más alta conocida), por lo que estos agrupamientos se llaman también “cristales líquidos” o “agua cristalina”.

Dependiendo del grado de ordenación de la información, las fuerzas de unión para la memorización en el agua, son diferentes. 

Existen también teorías que tienen como punto de partida la tesis que el agua lo sabe todo. Por su larga historia y su omnipresencia tendría impresa el conocimiento histórico entero del mundo. Sustancias activas/activadas, cuando entran en contacto con el agua, no imprimen información nueva, sino sólo activan estructuras particulares de la memoria.

Siguiendo esta teoría el agua funcionaría parecida al cerebro humano: "Por excitación externa se genera estimulación de la memoria, lo que activa a su vez los recuerdos". Estas estructuras pueden ser comparadas a un tejido pre-tratado con pliegues: por muchos lavados que sean, no pierde los pliegues originales, para cuya eliminación haría falta proceder de forma especial. 

Casi todo el “saber” del agua es eliminado cuando se calienta el vapor hasta la temperatura de 400º C. De esta manera sería posible librar al agua de datos; algo que los usuarios de ordenadores consiguen ya mediante el formateado del disco duro. La destilación del agua podría estar basada en esta idea.


Lo que en un principio nos habíamos planteado como “Simplemente agua“se está convirtiendo en algo que ya está alcanzando unas magnitudes inmanejables por la propia ciencia. En esta vida no todo es ciencia, también existen otros métodos de investigación y de confirmación que son tan válidos como el propio sistema científico a pesar, por lógica, que ésta no lo admita.

Hasta ahora el agua tiene unas supuestas capacidades de poder llegar a tener toda la información del universo al igual que nosotros; es capaz de transmitir informaciones al igual que nosotros, es la sangre de Gaia y también nuestra "sangre". Toda la vida, en efecto, no es sino agua organizada, y el ser humano, desposeído del agua, se reduce a unos pocos kilogramos de sales minerales.

Como todos los seres estamos hechos de agua, ésta nos conecta con nuestro pasado, con todos los procesos de creación y con el secreto mismo de la vida en el Universo.

En palabras del célebre biólogo Claude Bernard (1813 –1878):
"Cuando el hombre salió del mar, se llevó el océano consigo”.

Quizás el camino para el encuentro con nosotros mismos sea primero el encuentro con el agua. Por algo somos iguales en un 70%.  Algunos científicos modernos sostienen que los ritmos y los ritos de la Naturaleza, siguen eternamente el ciclo del agua, lejos de constituir un proceso mecánico, forman parte de un superorganismo viviente, que los antiguos griegos llamaron Gea, entre otros nombres de divinidades. Hoy hablamos de Gaia, esta Madre Tierra, en cuyo claustro acuático vivimos.

Más aún: nosotros, como todos los mamíferos, nos desarrollamos, en el período de gestación, sumergidos en un microcosmos acuático, salado y cálido. Y durante el resto de nuestra vida sentiremos una atracción irresistible por el agua, que nos vincula con nuestro origen por partida doble, individualmente y como especie. En todo caso, tanta familiaridad con este elemento ha hecho que la mayoría de las personas no hayan reparado en su extraña singularidad, y en los misterios que nos plantea.  Investigadores como Theodor Schwenk, Peter Redgrove o Victor Schauberger, han reconocido en los modelos de su fluidez una dirección en relación con la naturaleza y con nosotros mismos.

Schwenk, en su obra, El Caos Sensible, una verdadera obra maestra en el campo de la investigación, escribió: "Un arroyo que serpentea murmurando alegremente sobre las piedras de su cauce, engendra una multitud de pequeños remolinos y superficies internas que son verdaderos órganos sensoriales abiertos al cielo, que perciben el río del devenir cósmico. Al ser absorbida después por todas las criaturas terrestres, las plantas, los animales y el hombre, les transmite todas las impresiones recibidas y las difunde por todas partes".

Nos estamos dando de bruces con algo grandioso y no nos damos cuenta. Nos conectamos con nuestro entorno a través de unos vórtices o chacras que son remolinos de energía y también la naturaleza así se manifiesta por extensión en  el principio del vórtice o remolino,
“capaz de disolver estructuras que forman parte de las sustancias dañinas “.


Viktor Schauberger, (1885-1958) el padre de la investigación moderna del agua, nos recordó la teoría del torbellino... para el tratamiento de agua. Él, que no era científico, sino un excelente observador y conocedor de la naturaleza, fue el inventor y “preparador de camino” de la “energía libre” posterior. Por su tecnología de implosión, contrapuesta diametralmente a nuestra actual tecnología de explosión, le llamaron también “pensador límbico” y el “científico de la mitad derecha del cerebro”.

Su capacidad extraordinaria de comprender la naturaleza y la técnica se diferenciaba profundamente de nuestra actual civilización altamente industrializada. Sus conclusiones resumidas, recopiladas durante 15 años de trabajo de investigación por el australiano Callum Coats, fueron publicadas por primera vez hace pocos años bajo el título “Energy Evolution”. 

La experimentación en el campo de la naturaleza realizada por Schauberger ha tenido ya su confirmación científica, el físico atómico, Prof. Félix Ehrenhaft (1879-1952), conocido por sus trabajos sobre “los movimientos de pequeñas partículas de materia en el campo magnético y en rayos... de luz en haz”, comentó respecto sus investigaciones lo siguiente:

”Lo que es totalmente nuevo y sorprendente, es que el movimiento de las partículas en el campo no ocurre en línea recta, si no por vía en espiral, con formas, tamaños y frecuencias de rotación muy regulares”.

Además, durante estos ensayos, en el torbellino se producía una fuerza centrífuga 130 veces mayor que la fuerza de gravedad. “(fuerzas toroidales). 

Como ya sabemos la molécula de agua, esta formada por dos átomos de H de carga positiva unidos a un átomo de O de doble carga negativa por medio de dos enlaces covalentes, este es el compuesto químico que resulta en el agua. El átomo de H puede aceptar dos electrones pero retiene solo uno y el de O que puede aceptar hasta ocho, retiene solo seis. Pues bien, concretemos un poco más y comprendamos que la mayor parte del átomo es espacio vacío, el resto consiste en un núcleo cargado positivamente de protones y neutrones, rodeados de una nube de electrones con carga eléctrica negativa.

El núcleo es pequeño y denso comparado con los electrones. Hoy día los científicos ya aceptan la existencia de un movimiento permanente, que se aplica incluso a lo que llamamos materia muerta (las piedras). Estos movimientos no son perceptibles al ojo, pero existen instrumentos de alta sensibilidad capaces de demostrar que los átomos no son las partículas más pequeñas de la materia, sino que alrededor del núcleo, giran partículas a una velocidad increíble.

En el caso de sustancias líquidas o gaseosas, la velocidad de estas partículas giratorias es todavía más rápida, y, por si esto fuese poco, también tienen un movimiento de rotación. Para que lo entendamos mejor, cualquier objeto que gira o se mueve alrededor de un punto tiene un momento angular.

La tierra, por ejemplo, tiene su momento angular orbital por su movimiento anual alrededor del sol y un movimiento angular intrínseco por su rotación diaria alrededor de su eje.







En una particula ocurre lo mismo, tiene su momento angular elemental que correspondería al movimiento alrededor del núcleo y un momento angular intrínseco, por la rotación sobre su eje. Estos giros, cuando son en el sentido de las agujas reloj se llaman “spin hacia la derecha”, y los que son en sentido inverso “spin hacía la izquierda”.

Este spin le proporciona al electrón una orientación direccional, (al proporcionarle propiedades parecidas a las de un objeto sólido girando) teniendo un momento magnético intrínseco, que lo convierte en un imán diminuto, alineándose a lo largo de su eje giratorio. Gracias a ese momento magnético, que es una propiedad de las partículas, se provoca la alineación del eje con un campo magnético, al igual que la aguja de una brújula lo hace ante un campo magnético o ante el campo magnético terrestre.

Las moléculas de agua y sus átomos también están sujetas a tales movimientos de giro. En la materia casi siempre, el spin es hacía la izquierda, lo que llevó a la suposición que esto seria el “caso normal”. Ahora bien, el caso normal no siempre es el ideal, al igual que la cantidad no es una garantía de calidad. Cuando las partículas alrededor de un átomo están en un equilibrio ideal, deberían ser capaces de girar, alternativamente, hacía la derecha o hacía la izquierda.

Con el agua, tal equilibrio de las rotaciones lo encontramos principalmente en las aguas que nacen en lugares que se han salvado del impacto negativo del medio ambiente (sobrecarga electromagnética). Es por lo que las partículas suspendidas en el agua y en rotación permanente, están bajo la influencia de los campos magnéticos al poseer cargas eléctricas.

Por este motivo, los campos magnéticos que se instalan en equipos de tratamiento de aguas, pueden actuar sobre los clusters de agua y compensar estas influencias. 


Hoy sabemos que el agua es capaz de captar frecuencias electro-magnéticas, es decir información. Mediante campos magnéticos inalámbricos ha sido posible transmitir al agua interna de nuestro organismo y también al agua corriente, las frecuencias y longitudes de ondas de piedras preciosas, colores y sonidos, y de más frecuencias existentes en la naturaleza. 

Curril W. Smith de la Universidad Stanford en Inglaterra ha podido demostrar mediante estudios a doble ciego, que las alergias son producidas por determinadas frecuencias electromagnéticas y determinadas frecuencias electromagnéticas son propias de las sustancias causantes de alergias. En dicho estudio, una solución ligeramente salina fue sometida durante 15 minutos a radiaciones de una frecuencia específica.

Cuando una persona alérgica entró en contacto con la mano, con la frecuencia de su alergia, manifestó de inmediato las reacciones típicas de defensa, de modo que no era necesario que ingiriese “agua informada”.

Sorprendentemente, también fue posible conseguir que se parase la reacción alérgica, incluso anularla, en el momento en que el paciente cogió con la mano otra ampolla con la contra-frecuencia exacta neutralizante, a pesar de que estas frecuencias existían solamente como información impresa al agua

  
El Dr. Ludwig, consultor/consejero de la World-Research-Center-Foundation de Los Ángeles, y colaborador estrecho de la Temple University en Philadelphia , dedico muchos años su atención al tema del impacto de nuestro entorno sobre los flujos de energía en la estructura humana.

Fue uno de los primeros científicos que resaltaron la fuerte influencia que sobre nuestro organismo producían las frecuencias electro-magnéticas propias de las sustancias dañinas y mantuvo que el agua posee la capacidad de desalmacenar, en niveles de determinadas frecuencias, información impresa previamente y transmitirla a otros sistemas, por ejemplo, organismos vivos.  Demostró que lo que se conoce con respecto al aire, como electrosmog, también se produce en el agua propiciando la existencia del smog de agua, o “aguasmog”, y calificaba un agua de tales características como la causante de muchas enfermedades.



De todas formas y antes de continuar abordando el agua desde un punto de vista mas global no quiero dejar de mencionar algunos científicos como el alemán Prof. Fritz Albert Popp, investigador de los biofotones o partículas de luz, midiendo las radiaciones ultra débiles en las células vivas.

Estos biofotones o partículas de luz que se encuentran desde la zona ultravioleta, pasando por el espectro de luz visible, hasta la zona infrarroja son pulsos coherentes y armónicos, que se almacenan en el ADN, y se propagan a la velocidad de la luz. La bióloga de Milano Enza Ciccolo y sus investigaciones en los campos del “agua con luz“quien después de su diversas investigaciones con el instituto  Mario Negri de la Universidad de Pisa, llegó a la conclusión de que la vibración del agua es el determinante de su calidad.

Estudiando las “particularidades” físicas, medicinales e energéticas de las aguas de manantial de los 5 lugares europeos de peregrinaje mas conocidos y mediante mediciones físicas, descubrió en Lourdes las llamadas “aguas de luz blanca“ que son las que reúnen el espectro completo de la luz. 

El médico suizo Dr. Hans Jenny, que en los años 60 del siglo pasado, y profundizando en la técnica del científico Ernst Florenz Chladni (1756-1827) (consistía en producir unas vibraciones con el arco de un violín sobre unas placas de cristal, en las que se había esparcido arena fina, para que se generasen y se hiciesen visibles las oscilaciones y figuras que conocemos hoy día como las figuras de Chladni, ) y trasladando estas técnicas al agua observo que según el sonido elegido, se hacían visibles complejas estructuras en el agua, a las que se clasificó como “ondas estagnantes". 

También el fotógrafo e investigador Alexander Lauterwasser, que con efectos de complejos sonidos y música, obtuvo unos resultados impresionantes (su técnica consistió en transmitir oscilaciones sonoras al agua a través de un recipiente, de modo que se crearon en su superficie una multitud de estructuras impresionantes llamadas “figuras”acuáticas-sonoras” haciéndolas visibles por medio de reflectancias luminosas especiales, para luego fotografiarlas y filmarlas).





O el Dr. Dieter Aschoff , inventor del conocido test sanguíneo Aschoff, que insistió en señalar la importancia de la orientación magnética de la sangre ya en todos los enfermos de cáncer examinados por él, la sangre había perdido su orientación magnética. 

El trabajo del físico ruso Konstantin Korotkov catedrático de la Universidad de San Petersburgo, desarrollando en Rusia el Sistema de Bioelectrografía GDV que permite medir los fotones y electrones de la superficie de la piel y sus parámetros cuánticos, demostrando la existencia de cuerpos energéticos o de luz.





El espectacular trabajo del doctor 
Masaru Emoto (1943) graduado en Relaciones Internacionales en el Departamento de Humanidades y Ciencias de la Universidad de Yokohama en Japón y Doctor diplomado y licenciado en Medicina Alternativa por la Universidad Internacional Abierta, que con su trabajo de investigación procedente del análisis del agua de diversos países y procedencias mediante la utilización de resonancia magnética, permitió observar el Hado (energías sutiles relacionadas con la conciencia) y que en su libro “Mensajes del Agua“ nos muestra unas magnificas imágenes de agua cristalizada, evidenciando que los pensamientos y las emociones pueden alterar la estructura molecular del agua haciéndonos comprender la forma tan intima en la que estamos conectados los seres Humanos, el Agua y el Universo.












NVA

jueves, 29 de enero de 2015

AYUDAS PARA LA AUTOESTIMA

No es fácil hablar de la autoestima en esta sociedad ya que tiene muy mala publicidad al ser identificada simplistamente con el egoísmo. Los intérpretes de la época definen este tiempo como postmodernismo y hablan de que la persona y la cultura posmoderna, tiende al individualismo, a centrarse en la experiencia sensible, a no creer en los proyectos históricos a mediano y largo plazo, etc. Se identifica mucho la autoestima con estos aspectos negativos del postmodernismo.

En el nivel educativo, muchos educadores (profesores, pedagogos, padres de familia) queriendo formar hombres y mujeres al servicio de los demás, enfatizan más el valor de la entrega y del cuidado a los demás. Y por el contrario, se sospecha del que se cuide a sí mismo.
En el ámbito religioso también encontramos dificultades para hablar y trabajar la autoestima. Se escoge del evangelio, y de manera parcial, el aspecto de la renuncia, de la abnegación, del sacrificio, de la humildad mal entendida, etc., y se concluye que tu vida la debes vivir en función de los demás sin pensar en ti. De manera indirecta se te quiere dar a entender que lo que hagas por ti es egoísmo y por lo tanto es pecado. Es muy raro el sacerdote que invita a sus fieles a amarse a sí mismos.



Iniciar el trabajo de la autoestima


Scott Peck (1994) empieza su libro La nueva psicología del amor con un realismo que ayuda mucho. Dice:

“La vida es difícil. Cuando realmente nos damos cuenta de que la vida es difícil –una vez que le hemos comprendido y aceptado verdaderamente así- la vida ya no resulta difícil. Porque una vez que se aceptó aquella verdad, el hecho de que la vida sea difícil ya no importa”. (p. 15).

Por eso yo también quiero advertir que la autoestima no es algo fácil a lo que se llega por la espontaneidad sino que es una tarea constante como veremos más adelante. Es difícil pero no imposible. Con este artículo quiero ayudar a lograrlo.

Nathaniel Branden (1995) es uno de los pioneros en USA de la autoestima, y ha escrito varios libros sobre ella.
Dice que la antesala de la autoestima es el sentido innato de nuestra valía personal. La autoestima es:

1. La confianza en nuestra capacidad de pensar y de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida y;
2. La confianza en nuestro derecho a ser felices, al sentimiento de ser respetables, dignos y el derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos (p. 21-22).

La confianza en nuestra capacidad de pensar la entiendo como el reconocer que tenemos una riqueza en nuestro propio modo de pensar (no creer que lo que pensamos automáticamente está mal), y que esto no significa cerrarse al pensamiento de los demás. Esto lo explico porque desde pequeños se nos extrae esta confianza y se pide que se confíe más en el pensamiento de los de fuera.
La confianza en nuestro derecho a ser felices la entiendo que no por sentirnos bien, por experimentar el placer de la vida, nos vendrá un “cobro” de la vida, o de Dios. Que la persona está hecha para la felicidad y esta no es un fin en la vida sino el fruto de la manera como vivimos.

La persona tiene derecho a afirmar sus necesidades y también sus límites y carencias, porque la persona tiene ambas dimensiones. Es muy importante el expresar a los demás cuando carecemos de afecto, de amistad, de respuestas, cuando no podemos realizar alguna conducta, etc.

La autoestima implica también responsabilidad pues significa lograr los principios morales que tiene la persona. No es el libertinaje ni la comodidad. Eso no es autoestima se llama cinismo.

Desaprender

Una tarea muy importante con relación a la autoestima es el realizar ciertos desaprendizajes. García-Monge (1998) presenta un aporte muy valioso para facilitar el crecimiento y la maduración de la persona: Aprender a desaprender. En la infancia recibimos una serie de mensajes, unos obsoletos, otros verdaderos y por ello tenemos que desaprender aquellos que nos estorban o impiden el crecimiento.

Dice: “Desaprender algo que hemos internalizado es muy difícil. Deshacerse de introyectos (información, interpretaciones o valoraciones que hemos ingerido sin crítica discernidora) que cuando están pegados fuertemente a nuestra piel nos deja en carne viva. Esto duele pero sana. Desaprender la sumisión sustituye a la razón, a la lógica, es difícil. El poder (del adulto) nos suplanta y nos mantiene encadenados a su verdad, que no es más que la de la fuerza”.

Por ejemplo, la mayoría de los niños varones fuimos enseñados a reprimir el llanto porque no es de hombres llorar. Necesitamos desaprender este mensaje si queremos ser personas auténticas y completas.

Más referido a la autoestima, quiero rescatar el aporte de Casarjian (1994, p. 186-189) sobre el perdón. Ella dice que “Las personas que más influyeron en nuestro desarrollo emocional e intelectual... debido a su temor e ignorancia quizá nos transmitieron mensajes fundamentalmente falsos y neuróticos sobre quiénes somos, de qué somos capaces y qué merecemos”.

Menciono ahora varios aprendizajes que tenemos que desaprender:

·  El haber aprendido a desconfiar de nosotros mismos, de nuestras capacidades, y desconocer la riqueza que tenemos por el mero hecho de ser personas.
·  El haber aprendido a identificar nuestra valoración personal con nuestra conducta El ejemplo clásico es que si el niño golpea a su hermanito se le dice “niño malo”. Conducta mala = persona mala.
·  El haber aprendido a poner nuestra valoración personal fuera de nosotros mismos. Es decir, depender de la opinión de los demás, sentirnos valiosos solamente con la aprobación de la sociedad.
·  El haber aprendido que somos amados en la medida en que damos gusto a los demás (víctimas del amor condicionado). Acoplarnos a los ideales paternos para ser amados.
·  El haber aprendido que tenemos el pecado original y que de dentro de nosotros salen casi siempre cosas malas
·  El haber aprendido que debemos amar a Dios y al prójimo descuidándonos tremendamente a nosotros por miedo al egoísmo.
·  El haber aprendido a reprimir sentimientos y a creer equivocadamente que existen sentimientos malos y buenos.

Creo que estos aprendizajes están muy extendidos en las familias y en la sociedad, y sin embargo, cada uno está invitado a revisar sus propios aprendizajes destructivos, para desaprenderlos y cambiarlos, de forma que pueda valorarse y desarrollar todas sus potencialidades.

La ayuda de la espiritualidad
Desde el punto de vista de la fe y la vida espiritual se puede hacer mucho para favorecer la autoestima.
Si nos quedamos con la realidad parcial del pecado original se nos dificultará mucho creer positivamente en nosotros y en los demás. Estaremos viendo el pecado por donde quiera a nuestra alrededor (“el valle de lágrimas”). Si, por el contrario, sólo enfatizamos los aspectos de la gracia podemos caer en la ingenuidad de creernos semi-ángeles (“el paraíso terrenal”). El teólogo Matthew Fox tiene un libro muy interesante titulado The original blessing (la bendición original) e invita a tener una teología de cara a la vida. Tenemos que unir Bendición original con pecado original.

De esta manera podremos vivir la vida con una orientación hacia el desarrollo de nuestras capacidades, sabiendo que vamos hacia la plenitud y reconociendo que no se logra de la noche a la mañana, sin atravesar por las limitaciones de ser criaturas.

En esta misma línea ayuda recuperar la visión de Grant, Thompson y Clark (1983). “En Gen 1, 26 Dios dijo: hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza. Dicen que en concordancia con los Padres de la Iglesia, “imagen” serían las potencialidades que le hombre puede llegar a ser, y “semejanza” sería la actualización o realización de ese potencial. En este sentido, el desarrollo humano es el trayecto de pasar de ser imagen de Dios a hacernos semejantes a Dios” (p.2). Tener esta perspectiva es realmente importante para nuestras vidas, pues tenderemos hacia la plenitud sin olvidarnos de nuestras limitaciones.

La fe nos dice que la fundamentación de nuestra autoestima, de nuestra valoración personal está en el amor incondicional de Dios hacia la humanidad, hacia cada uno de nosotros. Dios no se esperó a que fuéramos buenos y tuviéramos una conducta intachable para amarnos. Él sabe que precisamente lo que posibilita una vida de amor es la experiencia previa, fundante, de sentirse amado sin condiciones.

En los Evangelios, esta experiencia la confirman los pecadores que se encontraron con Jesús: desde su situación de pecado sintieron el amor “inmerecido” de Dios, ese amor sin condiciones, y por ello también pudieron amar.

Esta realidad teológica tiene también aplicaciones en la pedagogía del amor humano, y en la pedagogía infantil. Branden (p. 206) dice:
“Nunca se consigue nada bueno atacando a la autoestima del niño. Esta es la primera regla de la crítica eficaz. No inspiramos una conducta mejor criticando la valía, inteligencia, moralidad, carácter, intenciones o la psicología del niño. Nunca se ha hecho bueno a nadie diciéndole que es malo. Los ataques a la autoestima tienden a aumentar la probabilidad de que se produzca de nuevo la conducta no deseada: como soy malo me comportaré mal,”

Si como niños o adultos se nos dice que somos malos, de lo peor, que nos tenemos que ganar el amor de los demás y de Dios, no seremos libres, y nos costará mucho trabajo lograrlo. Si se nos confirma el amor incondicional de nuestros padres y de Dios, estaremos más cercanos del amor que del temor, de amar de esa manera a los demás y de realizar todas nuestras potencialidades.

Dios nos ama a cada uno de nosotros de forma integral, acogiendo no sólo nuestros aspectos claros, luminosos, verdaderos, generosos, etc. Como dice Piet Van Bremen (1992, p. 15)

“Dios me acepta como soy, como yo soy, y no como debería ser”.

El trabajo de la autoestima también atraviesa por la aceptación de mí mismo de manera íntegra y no sólo lo que me gusta y valoro. Es más fácil querer lo “querible”, lo agradable, pero no es amor pleno hasta que se ama lo que no se quiere tanto, lo desagradable de uno mismo. Este es otro desaprendizaje importante porque muchos fuimos enseñados a querernos condicionada y parcialmente: solo lo bueno. Hay una relación estrecha entre la autoestima y la autoaceptación: aquella me ayuda a aceptarme como soy, y autoaceptarme aumenta mi autoestima.


Bibliografia.
1.           Branden, N El respeto a uno mismo. México: Piados.
2.           Corkille Briggs, D. El niño feliz. Barcelona: Fedisa. Cómo lograr una vida feliz. Barcelona:
3.           Zweig, C & Abrams, J (Eds,), (1992). Encuentro con la sombra. Barcelona: Kairós.
Branden, N. (1995). Los seis pilares de la autoestima. México: Piados.
Bremen, P. (1992). Como pan que se parte. Santander: Sal Térrea.
Casarjian, R. (1994). Perdonar: Una decisión valiente que nos traerá la paz interior. Barcelona: Urano.
Fox, M. (1983) The original Blessing: A primer in creation spirituality. Santa Fem N. M.: Bear and Co.
García Monge, J.A. (1998) Aprender a desaprender. En Alemany, C. (Ed,), Catorce aprendizajes vitales. (Bilbao: Desclée De Brower.
Grant, H. & Thompson, M & Clark, T. (1983). From Image to Likeness: A Jungian path in the Gospel journey. New York: Paulist Press.
Peck, S. (1994). La nueva psicología del amor. Buenos aires: Emecé.

Autor: Luis Valdez Castellanos, s.j. Jesuita, Licenciatura en Teología, Maestría en Desarrollo Humano. Actualmente es director del Centro Ignaciano de Espiritualidad.
CENTRO IGNACIANO DE ESPIRITUALIDAD


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