sábado, 3 de enero de 2015

VIDA, CONSCIENCIA, CONOCIMIENTOS SABIDURIA….RAYO

El propósito de la vida es alcanzar conocimiento. Cuando la monada, esa fracción  individualizada del misterio eterno, "probó la fruta del árbol del Conocimiento"  y aprendió a hacer comparaciones entre dos o más cosas, se inició el gran  esquema de la evolución humana. En lo que respecta a este concepto, la creación ha terminado, pero el proceso de llevarla a la manifestación y evidenciarla corresponde a la evolución.


Conocimiento es consciencia. Consciencia es el resultado de las observaciones hechas en lo que concierne a la relación que existe entre los objetos. Sólo  tenemos conocimiento de aquello de lo que somos conscientes. La información no  es necesariamente conocimiento, sino aceptar como verdaderas las observaciones  que han penetrado en la consciencia de otros individuos, las cuales son de  valor, pues proporcionan una base para la observación personal. Si no son  refutadas por la investigación basada en tal información, ésta puede aceptarse  como conocimiento. Sin embargo, lo que no entra definidamente en la consciencia  del individuo mediante la observación, no puede considerarse como conocimiento.

Vida, consciencia, conocimiento, son sinónimos basados en un proceso esencial.  El propósito de la vida es demostrar consciencia por medio de la observación y  la comparación, y a esto se lo denomina conocimiento. En el universo, las formas  son vehículos que tienen el propósito de demostrar la vida y la consciencia. A  medida que la vida se demuestra y manifiesta gradualmente como consciencia y  conocimiento, tanto más compleja es la forma para expresarla; por lo tanto, debe  considerarse a la forma como que indica una cualidad o nivel de consciencia, que  la emplea como instrumento de expresión. Vida, conocimiento, consciencia, forma,  se unen en un todo sinónimo y sintético. Cuando las mónadas, avanzadas de la naturaleza de Dios, iniciaron el proceso de  evolucionar su esquema, cada una escogió determinada línea de procedimiento o  método de investigación y observación, mediante el cual la consciencia pudiera  desarrollarse. Esta línea de acción se llama técnicamente RAYO. Existen siete  rayos, cada uno tiene una denominación técnica, pero los tres métodos  prominentes en función son el científico, el esotérico y el místico.

El método científico consiste en observar y clasificar las relaciones existentes  entre las vibraciones que componen las formas del plano físico. El universo está  compuesto de vibraciones, que son oscilaciones entre los dos polos magnéticos.  El grado de velocidad de estas oscilaciones determina la naturaleza de la  vibración. La vibración de la materia, a cierto grado de velocidad, se llama  física, y el campo de tales vibraciones, plano. Otro campo y plano de vibración  se denomina astral o emocional, y los otros planos: mental, espiritual,  intuitivo, monádico y divino.

Estos planos tienen también subdivisiones. La  investigación científica limita sus observaciones a los siete subplanos de  materia más inferior. Cualesquiera sean las observaciones, clasificaciones y  comparaciones hechas, constituyen acrecentamiento y ampliación de la  consciencia, algo que se suma a la plenitud de la vida manifestada.  El método esotérico de observación va más allá del plano físico de vibración, y  mediante métodos definidos de concentración y atención se alcanza el  conocimiento y la consciencia de los procesos que tienen lugar en otros campos o  planos.

El hecho de estar informados de que existen dichos planos no significa  conocimiento, y tal información sólo puede ser útil para expandir la consciencia  cuando se la emplea como base para la investigación individual. Cuando un  individuo es consciente de tales vibraciones y puede observarlas, el  conocimiento logrado se agrega a la totalidad de la consciencia. Los procesos  necesarios para lograr este conocimiento son difíciles, pero sólo requieren el  mismo grado de determinación y devoción que muestran los investigadores  científicos.

El método místico se utiliza en un esfuerzo por estudiar e investigar la  naturaleza del impulso eterno, del cual cada individuo se siente parte  inherente. El estudio de las vibraciones materiales proporciona una información  que no satisface, debido al conocimiento de la absoluta relatividad de las cosas  materiales. No existe verdad absoluta en lo material. Lo inestable e irreal de  todas las formas materiales produce desaliento en algunos individuos, lo que  sólo puede vencerse mediante el esfuerzo realizado para alcanzar una zona donde  las comparaciones son innecesarias y la verdad descansa en un plano abstracto.  Los investigadores han descubierto que es posible apartar la atención del reino  de las vibraciones materiales y, por la concentración, hacer contacto consciente  con el reino de las causas.

Mediante continuos y cuidadosos procesos puede  obtenerse la unión con la mente divina, responsable de todo el esquema  planetario, y llevar a un mundo desilusionado la seguridad de la naturaleza  eterna de cada individuo. Quienes emplean este método para expandir la  consciencia se convierten en instructores de la humanidad, trayéndole valor y  paz. Su método no se ocupa de la expresión dinámica de la vida, sino de obtener  información para estimular a la humanidad escéptica acerca del resultado final  del enigma de la vida. Debido a su naturaleza unificadora y a que no hace  comparaciones para adquirir información, se lo denomina método de  amor-sabiduría, pues combina la clara comprensión intelectual con la ferviente  devoción a un ideal.



Saelas Jarrel. Revista ALCIONE. Santiago de Chile
NVA

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