martes, 16 de diciembre de 2014

DESARROLLO ESPIRITUAL. ETAPAS.

La sabiduría se adquiere en etapas. Se aprende cuando vas dejando lo viejo y aventurándote en un territorio desconocido. Al empezar un viaje hacia un territorio nuevo, te da seguridad, o comodidad, disponer de un mapa o un dibujo del camino que vas a recorrer. Un mapa puede darte esperanza cuando temes estar perdido. Te recuerda que debes ser creativo y arriesgado para elegir entre los muchos caminos que podrían llevarte a tu destino. Te advierte de ciertos caminos sin salidas y te dice cuáles son los atajos, para que no desperdicies tu limitado tiempo. Así como llevar un registro de tu viaje será útil para ayudar a otros que emprendan el mismo trayecto después de ti, y podría fortalecer tu paciencia y tenacidad para avanzar sobre los obstáculos, los mejores mapas son los que te advierten cuándo y cómo prepararte para las diferentes etapas del viaje. 



Un buen viajero sabe que un mapa, por más elaborado y exacto que sea, no es el territorio que describe. La dimensión social, personal, estética y sobre todo sensorial de la experiencia real, no puede ser abstraída y simbolizada por una foto o un dibujo de dos o tres dimensiones. Cuando te internas en el territorio real es cuando formas tu propia visión. Entonces te sorprendes ante tus sensaciones y tus posibilidades. 

En todo proceso de desarrollo emocional, de actividad y aprendizaje del ser humano, existen cinco etapas que son universales. En el mundo espiritual, estas cinco etapas, o pads, fueron reconocidas por los Gurus y por Yogui Bhajan Ji y son:  Saram Pad · Karam Pad · Shakti Pad · Sehej Pad · Sat Pad 

En los términos del individuo que atraviesa estas etapas hacia la maestría, hablamos de: 
Novicio · Aprendiz · Practicante · Experto · Maestro 

La naturaleza de la experiencia y el tipo de enseñanzas y pruebas que guían al alumno son diferentes para cada etapa. Una vez que comprendas estas etapas, encontrarás ejemplos de ellas en cada área de tu vida personal. 

Saram Pad: La etapa del Novicio 

La primera etapa comprende la búsqueda y el inicio. El individuo oye, consciente o inconscientemente, la "llamada del alma", e inicia un proceso de búsqueda. Para algunos la búsqueda puede durar años y para otros sólo instantes. Una vez que el alma reconoce al Maestro o la vía espiritual que va a seguir, el discípulo se inicia de lleno en el proceso de Saram Pad. 

En esta etapa tienes poca o nada de experiencia. No hay memoria del éxito o del fracaso para guiarte. Puede que hayas oído historias o hayas leído sobre el tema, pero nunca te has encontrado ante este tipo de situación. 

Tres tipos de motivaciones nos acercan al Desarrollo espiritual: 

La necesidad 
La posibilidad 
El destino 

Cuando la vida nos hace sufrir con demasiados problemas y fracasos, podemos buscar otra manera de vivir. Cuando el sufrimiento es grande, actuamos para rehuirlo. Nos arriesgamos a hacer algo nuevo porque necesitamos cambiar nuestra situación. Esta motivación nace cuando el pasado es insuficiente y buscas renovación. 

La segunda motivación nace de la posibilidad de conseguir lo que ves que otros han conseguido. O pruebas una disciplina y la experiencia es tan placentera, que quieres repetir para aumentar el placer. En el afán de tu búsqueda, te arriesgas y te pones las vestimentas del novicio para ampliar la satisfacción que esa experiencia te ha dado. 

La tercera vía es intuitiva y nace del interior del individuo. Comienza en el dolor o en el placer, en la riqueza o la pobreza, en la aceptación o el rechazo de nuestros semejantes. Es cuando sientes "la llamada". No es simplemente un deseo que nace de un sentimiento de abandono o de una necesidad de expresión. Cuando alguien responde a "la llamada" tiene la sensación de responder a su destino. Siente que elige libremente, aunque no tiene otra elección. Elige por amor y no por miedo. No teme ser diferente, porque reconoce en su diferencia la expresión singular de su alma singular. 

Sin embargo, sea cual sea la vía que nos acerca a la iluminación, todos comenzamos con los mismos desafíos. El novicio no sabe hacia dónde enfocar su atención. Todo le parece complicado y no sabe cuál de las múltiples posibilidades de la práctica atender. Por ello ha de recibir instrucciones simples, directas y absolutas. Esto le permite concentrarse sin sentirse abrumado. Es como aprender a andar en bicicleta o manejar un coche. El instructor va guiando paso a paso los detalles que permitirán conducir ese vehículo. 

En esta etapa se omiten las excepciones y las circunstancias especiales. Las reglas deben de ser simples, porque el alumno aún desconoce la experiencia. Hemos de guiarle hacia ella sin distracciones ni dudas. El deber del novicio es conocer las reglas y seguirlas. Dado que aún desconoce la experiencia, la única manera a través de la cual puede juzgar su progreso es valorando si hace lo debido o no. Los alumnos entusiastas, capaces de seguir las reglas con facilidad, que no están preocupados por los estados más avanzados que aún no son capaces de comprender, suelen pasar esta etapa con facilidad.

En el camino espiritual, las reglas ayudan a reconocer el ego y distinguirlo del Verdadero Ser. Gracias a las reglas, el novicio adquiere hábitos que le hacen elegir y mantener su conexión con su Ser interior durante el resto de su travesía espiritual. 

Karam Pad:  La etapa del Aprendiz 

A esta etapa le llamamos la del aprendiz, pues en ella somos llamados hacia la acción, haciendo y practicando dentro de un amplio panorama de situaciones especiales. 

Karam significa hacer o lograr. En esta etapa vamos introduciendo al alumno a las excepciones y a nuevos detalles y aspectos del proceso, que hubiera sido imposible enseñar en la fase de novicio. 

Los grandes desafíos del Karam Pad son: El enriquecimiento sensorial, la acumulación de experiencias en diversa índole, la redefinición de la naturaleza y expectativas de las tareas propuestas y el desarrollo de la concentración en situaciones complejas. 

El enriquecimiento sensorial es la capacidad que va despertándose de ser consciente de detalles que en la fase de novicio no se advertían. El cúmulo de información nueva que el alumno va asimilando le hace redefinir su tarea y sus nuevas opciones. 

A medida que aumenta su experiencia, crece la percepción sensorial del alumno. El enriquecimiento sensorial es clave del aprendiz. Las técnicas de enseñanza que aumentan la apertura sensorial son los catalizadores de esta fase. Es importante experimentar aquellas vías de percepción a las que habitualmente tiene poco acceso. Algunas personas son más visuales, otras son más auditivas y otras son más kinestésicas. Es recomendable utilizar el medio perceptivo que infrautiliza, descargando el que está sobreutilizado. 

También es importante desafiar su sentido del orden y de la lógica, que estos funcionan según patrones habituales y generalmente se fundaron en estrategias de funcionamiento limitadas. Este tipo de flexibilidad sensitiva es esencial para avanzar hacia la próxima etapa. También es importante advertir y comprender las mínimas pero aceptables desviaciones y excepciones de reglas y tareas. Esto ayuda a dirigir la atención a lo esencial sin dejarse distraer por detalles insignificantes, lo que el novicio no puede evitar. 

El aprendiz empieza a enfrentar situaciones con alguna acumulación de experiencias que le permiten comparar. La práctica le muestra similitudes y diferencias con el pasado. La atención aprende a identificar diferencias entre situaciones razonablemente similares a las que puede aplicar lo aprendido. 

El "buen aprendiz" ha de desarrollar lo que Yogui Bhajan Ji llama la naturaleza alerta del subconsciente. Esta naturaleza vigilante coloca al aprendiz en estado de aprendizaje acelerado, le prepara y le permite enfrentar situaciones cada vez más complejas y desafiantes. 

Para avanzar en esta etapa hay que mantener una práctica constante, una Sadhana diaria, que da la fortaleza interior para mantener una perspectiva consciente, independientemente de lo difícil de las situaciones o los cambios que van ocurriendo en la propia vida como resultado de esta práctica. 


Shakti Pad: La etapa del Practicante 
La tercera etapa del Practicante es la más crítica, trascendental y desafiante de todas. Las opciones que presenta y la transformación que impone de la propia capacidad, determinarán si el discípulo progresará hacia la maestría, permanecerá como aprendiz o abandonará el camino. En la disciplina espiritual, esta etapa es conocida como la prueba del ego o la prueba del poder. 

En esta etapa el alumno ha acumulado experiencia, ha puesto a prueba las reglas, ha almacenado consciente e inconscientemente nuevos hábitos y habilidades, y se encuentra abrumado por ello. El practicante necesita ahora fijarse una meta, una motivación y comprometerse conscientemente con una serie de valores. También necesita aprender a dar prioridad a sus opciones, para distinguir inmediatamente qué pasos son avances hacia esa meta y cuáles no lo son. 


Esta etapa es parecida a la adolescencia. El novicio es un recién nacido y el aprendiz un niño pequeño. El practicante es el adolescente dispuesto a cambiar las reglas, que se arriesga a hacer cosas diferentes a las del pasado. Es una etapa creativa y peligrosa. Como el adolescente suele querer elegir sin asumir las consecuencias de la elección, el practicante puede tomar decisiones sin compromiso. El practicante que aprende a comprometerse, a sobreponerse a las dudas y discernir los valores correctos, conquistará esta etapa. 

Shakti Pad es una prueba de poder. El practicante observa, de cada situación, todos los hechos y todas las opciones, para actuar conscientemente desde la totalidad, o desde parte de la totalidad de la situación. Esta es una habilidad crítica. La habilidad perceptiva de este momento es la capacidad de percibir las implicaciones de la totalidad de las opciones y la información disponible sobre cada caso. Actuar inconsciente o incorrectamente a partir de una parte reducida de la totalidad de cada situación, es un error fatal. El practicante yerra cuando elige un valor o meta que le "gusta", que encuentra más interesante o estimulante, en vez de aquello que lo acerca a la meta superior hacia la que se encaminó inicialmente. 

La experiencia de este tipo de decisiones es a veces incómoda y temerosa. Está llena de incertidumbre y puede llenar de dudas al practicante. Es un momento existencial tan agonizante como la pregunta por el "ser o no ser" de Hamlet, una cuestión de identidad y compromiso. Las decisiones hay que tomarlas alcanzando una visión amplia de la situación y sabiendo discernir el verdadero significado de las posibles opciones. 

El ego y los apegos del practicante son el mayor obstáculo de esta etapa. Imagínate a un conductor a quien le da tanto placer conducir su coche que se resiste a ver hacia dónde va en los mapas, a decidir su destino. La sensación de conducir le seduce tanto que no es capaz de tomar una decisión consciente. Cuando esto sucede en la vida espiritual, se produce un rechazo hacia el mentor o Maestro que te dice que continúes, que no pares si quieres alcanzar tu destino. El practicante que no pasa la prueba de Shakti Pad, negará a su Maestro o mentor. Se encontrará lleno de dudas sobre el valor de lo que ha hecho, hasta que, en consecuencia, dudará también de la sabiduría del Maestro. 

El verdadero desafío de esta etapa es conquistar la duda. Hay que crear una acción en la que toda tu mente te apoye en el camino que elegiste. O sea, hay que crear un compromiso. Hacerte responsable de las elecciones y decisiones que has tomado. El resultado de esas elecciones, para bien o para mal, será tu responsabilidad. Todo lo que hacemos es elección personal. No podemos escudarnos en una visión cósmica del desapego. Si rehuimos las consecuencias de nuestras acciones, detenemos el proceso de crecimiento y aprendizaje. 

En términos espirituales, esta etapa requiere dar un salto al vacío. Es el momento en que eliges seguir por tu propio deseo, los valores espirituales que marcan el camino que sigues. Hasta este punto, el alumno ha estado desapegado de sus elecciones. Cuando eres novicio, sigues las reglas. Cuando eres aprendiz, estás ocupado aprendiendo las excepciones. Pero como practicante tú eliges cómo usar todo lo que has aprendido y con qué conciencia y actitud lo haces. En el camino del yoga, muchos alumnos abandonan al llegar a esta etapa porque sienten que, por su empeño, han ignorado o rechazado partes de sí mismos a las que no quieren renunciar. Otros desarrollan un gran ego espiritual y se sienten completos, autosuficientes, aun cuando el maestro les advierte de la fragilidad de tal actitud. Otros desaparecen en silencio porque sienten que son la excepción a las reglas, que no necesitan seguir las disciplinas. 

Los que tienen fe sobreviven esta etapa. Los que pueden vigilar sus distracciones y reorientarse en su camino, lo pasarán con facilidad. En esta etapa se puede quedar seducido por la satisfacción y el poder alcanzados. Si no pierdes de vista el camino y el objetivo por los que comenzaste, saldrás de esta etapa con gran fuerza y con una determinación inquebrantable. 

Sejej Pad: La etapa del Experto 
La etapa del experto es un deleite. Es un cambio total de los peligros del Shakti Pad. Sejej Pad es la etapa de la gracia, la suavidad y la elegancia. El discípulo que la alcanza tiene experiencia, tiene su objetivo bien enfocado y cada nuevo desafío le sirve para crecer. 

Aquí cambia nuestra relación con nosotros mismos, pues uno comienza a fundirse con su meta. Ya no existen preguntas sobre lo que hace, o por qué lo hace, sólo existe la intensa experiencia de estar, de ser. 

En esta etapa comenzamos a dejarnos guiar por la intuición. La utilizamos para actuar y para evaluar el efecto de nuestra acción. La mente neutral se convierte en mente dominante, y, unida a la intuición, hace que cada pensamiento y cada acción sean cada vez más conscientes. 

Otro elemento importante de esta etapa es seva, el servicio. El alumno necesita identificarse con algo más grande que él mismo y servirle. También se aprende de la experiencia de otros expertos y maestros de la tradición. 

El experto aprende mediante la enseñanza. Para ser maestro de algo hay que enseñarlo. En esta etapa es vital que uno comunique y enseñe lo que ha aprendido. Ahora eres tú el que guía al novicio, al aprendiz y al practicante. La clave de esta enseñanza descansa en la compasión. Tú que has vivido las otras etapas y que has superado el Shakti Pad ahora puedes ayudar a guiar a otros. Y lo haces con un corazón compasivo, pues entiendes las dificultades y pruebas a las que se han de enfrentar. Desaparece el miedo y no hay que defenderse de nada o de nadie. Esto te permite vivir abierto a todas las sensaciones y emociones. El experto vive más para la meta que para sí mismo. 


Sat Pad: La etapa del Maestro 

La quinta y última etapa es la del Maestro. Yogui Bhajan dice que ésta es también la que corresponde a la última encarnación. No todos la alcanzan. Sat significa Verdad. Ésta es la etapa donde conocemos la Verdad Suprema dentro de nosotros mismos. Es cuando vivimos libres de las distorsiones de la realidad que el ego crea en las anteriores etapas. 

No existe separación o diferencia entre el Maestro y su trabajo. El Yogui Maestro se une con su Verdadero Ser y lo encuentra en cada instante y en cada parte del camino de su vida. Trabaja y se rige por una intuición instintiva y comprende a través de la mente neutral. En esta etapa se despierta una capacidad muy especial que podemos denominar intención consciente. 

Toda acción es consciente e intuitiva y se dirige sin ninguna duda hacia la meta final. No es una acción forzada, proviene de un estado espontáneo, creativo y muy verdadero. Actuar desde esta intención consciente significa actuar desde tu propia alma, no sólo desde la mente o las emociones. Estar totalmente presente en cada momento y cada acción que se realiza sin esfuerzo, ya que todas las resistencias internas han desaparecido. No importa lo que haces si no la intención que te acompaña. 

Es como la historia del maestro zen a quien le preguntaron que hacía cuando se inició en el monasterio y dijo: "Llevaba agua a la cocina y cortaba la leña." ¿Y ahora qué hace? le preguntaron. "Llevo el agua a la cocina y corto la leña", contestó. 

Otro rasgo que distingue al Maestro es que el tiempo que necesita entre elegir y actuar es casi nulo. Su estado presente e intuitivo le hace capaz de responder conscientemente sin intervención del ego. Es lo que le permite reconocer el estado del alumno en un instante o responder sabiamente a una pregunta mientras está ocupado haciendo otra cosa. Al novicio esto puede parecerle imposible y pensará que el Maestro no le está prestando atención, pero se sorprenderá cuando le sean respondidas hasta las preguntas que ni siquiera ha tenido tiempo de formular. El Maestro es capaz de ver la singularidad de cada persona y responderle de una manera auténticamente individual, sin comparar ni especular. 

El Maestro no vive sujeto al tiempo. Su enseñanza puede responder al futuro y no al presente. Esto el alumno lo comprenderá más adelante, cuando recuerde las palabras del Maestro en las situaciones que él anticipó. Las acciones del Maestro no están sujetas a la verdad circunstancial de cada momento sino a una realidad futura. Él sabe que esta elección de ahora tendrá cierto impacto futuro que los demás desconocemos. 

El Maestro ha convertido en realidad los conceptos abstractos que tenía cuando era novicio sobre las experiencias que aún no había vivido. La transformación de Novicio en Maestro se verá en la capacidad de vivir acciones concretas en vez de reglas abstractas, en la espontaneidad en vez de la impulsividad, y en la intuición en vez de la racionalización. 

El Maestro es amo de sí mismo, y por ende, de su entorno. 
Man Jit Jag Jit. "Quien conquista su mente, conquista el mundo". Guru Naanak 

Fuente: Conferencia impartida por el Dr. Gurucharan Singh Khalsa, Española NM 1993. Manual para Instructores de Kundalini Yoga, KRI, Española NM 1993.
NVA

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