“Alrededor de un 15% de la población mundial, o mil millones de personas, viven con algún tipo de discapacidad. El
público en general y las instancias decisorias ignoran a menudo el gran número
de personas que viven con discapacidades y deficiencias en todo el mundo y los
problemas que han de afrontar.
La misión de la OMS consiste en mejorar la calidad de vida de esas personas
mediante actividades nacionales, regionales y mundiales, y en promover
la toma de conciencia sobre la magnitud y las
consecuencias del problema.
Este día ofrece una oportunidad para recordar al mundo la situación de las personas con discapacidades y establecer una visión estratégica y un plan de acción para lograr un desarrollo que los tenga en cuenta.
La jornada tiene por objeto dar a conocer mejor los distintos aspectos de
las discapacidades y concitar apoyo a la dignidad, los derechos y el bienestar de las personas con
discapacidad.
Se pretende también realizar
un trabajo de sensibilización sobre las ventajas que pueden derivarse de la integración de las
personas con discapacidad en todas las facetas de la vida.”
Organización Mundial de la Salud
El artículo 26 de la Carta de los Derechos
Fundamentales de la
Unión Europea reconoce el derecho de las personas
discapacitadas a "beneficiarse de medidas que garanticen su autonomía, su
integración social y profesional y su participación en la vida de la comunidad"
VIVIR CON
UNA DISCAPACIDAD. ADAPTACION EMOCIONAL.
1. Acepta tu
situación.
Es
posible que el aspecto más duro de adaptarse a una discapacidad sea aceptar tu
pronóstico. Aunque siempre es bueno tener esperanza y esforzarte para
recuperarte, si lo haces mientras desprecias tu situación actual, terminarás
deprimido y no tendrás éxito. Tienes que aceptar tu situación actual, así como
tu posible futuro. Al hacer esto podrás enfocar tus esfuerzos en mejorar tu
nivel de vida, en vez de solo concentrarte en qué tan molesto estás por tu
situación.
·
No confundas aceptación con pereza. Aceptar simplemente
quiere decir entender que tu situación es así; sin embargo, aún puedes trabajar
para mejorarla.
·
Negar o ignorar la gravedad de tu discapacidad puede hacer
que las tareas comunes tanto emocionales como físicas sean mucho más difíciles.
2. No te
enfoques en tu pasado.
Si tu
discapacidad es producto de un accidente o una enfermedad progresiva, puede ser
muy difícil dejar de comparar tu estado actual con el pasado. Dejar ir el
pasado debe ir de la mano con la aceptación de tu situación actual. No tienes
que olvidar cómo fuiste antes, pero no debes mirar tu pasado con desesperación
debido a tu situación actual. Disfruta los recuerdos del pasado (antes de haber
quedado discapacitado), pero no dejes que esos recuerdos te limiten. Siempre debes
avanzar y tratar de mejorar tu situación.
·
Aún puedes pasar tiempo recordando tu pasado, pero no dejes
que eso te deprima.
·
Si te das cuenta de que te pasas todo el tiempo pensando en
tu vida anterior, debes tratar de hacer otras actividades que te obliguen a
hacer planes para el futuro.
3. Haz tu mayor
esfuerzo para mantenerte positivo.
La
gente que es optimista y tiene algún problema tiende a ser más feliz y
saludable que aquellos que son cínicos con respecto a sus vidas. Puedes hacer
una gran diferencia en tu funcionamiento mental y físico si buscas mantenerte
positivo inclusive cuando pases por momentos difíciles. Aunque esta frase
parezca muy usada, siempre debes mirar el lado bueno de las cosas. No puedes
rechazar los estímulos ni las experiencias externas que te pueden ayudar a ser
feliz; tienes que asumir la responsabilidades de tu propia felicidad o tal vez
nunca la encuentres.
·
Trata de sacar algo bueno de cada situación, inclusive si
es algo pequeño. Por ejemplo, si un viejo amigo deja de pasar tiempo contigo,
es algo bueno porque ahora sabes quiénes son tus verdaderos amigos.
·
Cada vez que sientas que quieres hacer un comentario
negativo, detente.
4. No te aísles.
Puede
ser tentador querer evitar a los demás y a las situaciones sociales cuando
estás deprimido, pero hacerlo solo hará que te sientas peor. No uses tu
discapacidad como excusa para aislarte de tus amigos, de tus familiares y de
tus actividades favoritas. En vez de eso, debes hacer todo lo contrario.
Aprovecha cualquier oportunidad para salir y experimentar algo nuevo y
emocionante. Pasa tiempo con tus amigos, ve a reuniones sociales, visita a tu
familia, ten pasatiempos nuevos. Serás mucho más feliz si haces cosas que
disfrutas con la gente que quieres.
·
Pasar tiempo contigo mismo es distinto de aislarte de los
demás. Siempre debes tratar de estar solo un tiempo, pero no pases todo tu
tiempo sin compañía.
·
Trata de tener una cita a la semana con algún amigo o
pariente cercano. De ese modo, siempre tendrás una razón para salir y ver a
alguien con quien la pasas bien, inclusive si estás muy ocupado.
5. Enfócate en
tus fortalezas.
Algo
como una discapacidad puede hacer que veas todos tus defectos y fallas con
mayor facilidad y que no veas tus fortalezas y habilidades. En vez de mirar las
cosas que ya no puedes hacer, puedes mirar las cosas en las que aún eres bueno.
Además, alienta y desarrolla estas fortalezas cada vez que puedas. Si tienes
problemas para escribir porque tu mano tiembla mucho, trata de pintar con
acuarelas. Siempre habrá cosas que sí puedas hacer y debes tratar de hacerlas
bien.
·
Cuando hables sobre tu discapacidad, no te enfoques en las
cosas que ya no puedes hacer. Siempre habla primero de tus habilidades.
·
Considera tomar clases que te ayuden a desarrollar tus
talentos y habilidades.
6. Considera ver
a un psicólogo.
Aunque
pensar en contarle tus problemas a un extraño puede parecer algo vergonzoso al
principio, no hay ninguna persona mejor preparada que un psicólogo para
ayudarte en esta transición. Los psicólogos están capacitados para ayudar a las
personas a lidiar con traumas emocionales y mentales que pueden acompañar a una
nueva discapacidad y podrán brindarte los recursos y los servicios que
necesitas para superar la tuya. Busca psicólogos en tu localidad que se
especialicen en servicios sobre discapacidad y realiza una cita con ellos. Si
prefieres algo más, ver a un consejero con regularidad también es un buen modo de
lidiar con los problemas que podrías estar afrontando que no tienen relación
con tu discapacidad.
·
Si sufres de una enfermedad emocional o mental asociada con
tu discapacidad, un psicólogo podría ofrecerte una terapia y medicamentos para
ayudarte.
·
Siempre sé directo y abierto con respecto a discutir tus
problemas con un psicólogo. Mientras más honesto seas, más ayuda obtendrás.
7. Asiste a
terapias grupales.
La
terapia grupal (como la de alcohólicos anónimos) para personas con
discapacidades no solo es una gran forma de superar tus problemas emocionales,
sino también de conocer otras personas que lidian con los mismos problemas que
tú. Es posible que parezca una pérdida de tiempo, pero está demostrado que la
gente que asiste a terapias grupales es más feliz y se adapta mejor en términos
emocionales a su discapacidad. Busca un grupo de terapia en tu localidad y
averigua si hay clases especializadas sobre la discapacidad con la que tú estás
lidiando.
VIVIR CON
UNA DISCAPACIDAD. ADAPTACIÓN FISICA.
1. No sientas
vergüenza de pedir ayuda.
Uno de
los bloques más difíciles de superar cuando acabas de quedar discapacitado es
sentirte cómodo para pedir ayuda cuando la necesitas. Aunque puede ser
frustrante o vergonzoso, pedir ayuda a menudo es algo que debe hacerse. Debes
saber cuándo es apropiado hacer algo por tu cuenta, pero no sobrepases los
límites. Presionarte demasiado para lograr algo podría ser peligroso y causarte
lesiones físicas. Aprende que no debes avergonzarte de pedir ayuda y el hecho
de obtener ayuda no quiere decir que no eres exitoso o que eres incapaz de
lograr lo que te propones.
·
Si fuese necesario, asegúrate de tener personas (o una
enfermera) cerca todo el tiempo para que puedan ayudarte.
·
Considera conseguir un perro de servicio, si fuese
necesario.
2. Busca
programas de ayuda del Estado.
No es
fácil tener una discapacidad, pero no tienes que luchar sin apoyo. Si tu discapacidad
tiene un impacto considerable en tu vida cotidiana, hay programas del estado y
de organizaciones que están disponibles para ayudarte. Comunícate con un
trabajador social de tu localidad para averiguar qué programas son adecuados
para ti y de qué forma te pueden beneficiar.
·
Recuerda que muchos programas exigen varias visitas médicas
para verificar tu discapacidad, así que no te ofendas si te piden verificar tu
estado con un doctor.
·
Busca instituciones en tu localidad que puedan ayudarte con
tu discapacidad en particular.
3. Considera
conseguir un perro de servicio.
Los
perros de servicio son muy beneficiosos por dos razones: pueden ayudarte a
realizar tareas que ya no puedes hacer debido a tu discapacidad y también te
dan terapia animal, reduciendo el riesgo de depresión y soledad. Si tu
discapacidad no te deja realizar de forma exitosa las tareas cotidianas, debes
tratar de conseguir un perro de servicio entrenado. Este te ayudará cada vez
que lo necesites y así no dependerás de ninguna persona.
·
Es posible que exista un programa del gobierno o una
organización de caridad que pueda ayudarte a conseguir un perro de servicio.
·
Algunos programas que ofrecen perros de servicio tienen
largas listas de espera, de modo que es posible que no consigas el tuyo de
inmediato.
4. Conserva tus
pasatiempos e intereses en la medida de lo posible.
Si
dejas de hacer tus actividades favoritas, solo te sentirás peor. Cuando sea
posible, haz tu mayor esfuerzo para conservar tus pasatiempos y actividades
favoritas. Si las cosas que amabas hacer ya no son tan sencillas para ti, busca
nuevas formas de hacerlas. Por ejemplo, si te encantaba leer, pero ya no puedes
hacerlo, escucha audiolibros; si ahora usas una silla de ruedas y te encantan
los deportes, busca equipos en tu localidad que incluyan jugadores en sillas de
ruedas.
·
Considera empezar pasatiempos nuevos.
·
Tomar clases como un pasatiempo nuevo es una buena forma de
socializar y de hacer algo que disfrutas.
5. Cuida tu
salud general.
Una
buena dieta y el ejercicio regular son importantes para todos, pero pueden ser
muy útiles cuando pasas por la transición de vivir con una discapacidad. Asegúrate
de ingerir comidas regulares que incorporen muchas frutas y vegetales. Trata de
hacer actividad física todos los días, dependiendo de tu nivel de habilidad.
Mantener bajo control tu dieta y tus ejercicios también reduce el riesgo de
depresión y de soledad, ya que ambos incrementan los niveles de dopamina y de
serotonina (hormonas de la felicidad) en el cerebro.
·
Si fuese necesario, evalúa la posibilidad de hacer terapia
física como ejercicio diario.
·
Siempre consulta con tu doctor antes de alterar de forma
considerable tu dieta.
·
El ejercicio regular te ayudará a formar y mantener los
músculos que podrían ayudarte a superar una discapacidad física.
6. Busca trabajos
en los que destaques.
Es
posible que como resultado de tu discapacidad no puedas mantener tu trabajo
anterior ni realizar labores que antes sí podrías hacer. Para mantenerte en
buenas condiciones económicas y no dejar de entretenerte, debes buscar un trabajo
nuevo en el que puedas tener éxito a pesar de tu discapacidad. Haz una lista de
las cosas en las que eres bueno y las posibles ocupaciones que se relacionan
con esos talentos. Busca este tipo de trabajos en tu localidad y ve cómo
resulta todo. Recuerda, es ilegal que un empleador te pregunte por tu
discapacidad, así que siempre y cuando tú puedas cumplir con el trabajo, tu
discapacidad no debe impedir que te contraten.
NVA
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