jueves, 18 de diciembre de 2014

OÍR VS ESCUCHAR

Oír es pasivo, en nuestro ambiente hay muchos sonidos pero no logramos integrarlos. Sin embargo escuchar es integrar, requiere la motivación para poner atención para enfocar el oído captando selectivamente ciertos sonidos, y enmascarando los sonidos o ruidos que no nos interesan. Escuchar nos permite relacionar con el mundo, y percibir cómo el mundo se relaciona con nosotros. Es un proceso continuo que moldea nuestras conexiones con nosotros mismos, con las demás personas, y con el aprendizaje.



Escuchar implica muchas funciones. En la escucha participa todo el cuerpo: la postura de escucha involucra gran parte de los músculos del cuerpo y la voz se modifica enriqueciéndose y haciéndose más nutridora para sí mismo y para quienes lo escuchan. Otra función importante del oído es: ser una dinamo de carga para la cabeza cerebral. El oído es proveedor de la energía vital para todas nuestras actividades e incluso para aumentar nuestro estado de conciencia.

Una gran variedad de disfunciones de aprendizaje y de comunicación tienen un componente relacionado con una escucha afectada por tensiones que pueden variar desde problemas durante la etapa prenatal hasta situaciones de salud como otitis media recurrente en los primeros años de vida. 
En situaciones de estrés, la mayoría de los adultos estamos cada vez más cansados, toleramos menos el ruido y no tenemos la motivación de poner atención, ni de hablar, ni de cantar, entrando en un estado de privación sensorial y de tensión. Un cambio muy efectivo para corregirla es a través de estimulación sensorial por vía auditiva, en un programa integral. 

El oído es el primero de nuestros sentidos en desarrollarse completamente, tiene un papel primordial de estimulación sensorial en la ontogenésis del cerebro y del sistema nervioso durante la etapa prenatal. El escuchar es vital durante todas las etapas del desarrollo, la infancia, los años escolares, la vida adulta y la tercera edad. Precisamente porque el escuchar es tan básico, una distorsión puede afectar a tantas áreas de importancia en la vida humana. Afortunadamente a través de la Terapia Auditiva es posible mejorar la escucha, lo que permite al individuo realizar más ampliamente su potencial humano. 

"Oír es una acción pasiva que se ubica dentro del territorio de la sensación, mientras que escuchar es un proceso activo que se ubica dentro del territorio de la percepción. Los dos son totalmente diferentes. Oír es esencialmente pasivo; el escuchar requiere adaptación voluntaria. Cuando el oír da paso a escuchar, la conciencia de uno se aumenta, la voluntad se activa y todos los aspectos de nuestro ser se involucran al misrno tiempo. La concentración y la memoria, nuestra inmensa memoria, son testimonios de nuestra habilidad de escuchar". – 
Alfred A. Tomatis, 1987.


NVA



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