lunes, 15 de diciembre de 2014

SALUD EMOCIONAL Y EL DESARROLLO FISICO HUMANO

El tema a tratar en este trabajo es el de la Salud Emocional. Esta decisión surge de  la relación que existe entre los procesos del desarrollo humano y la disfuncionalidad psicológica y orgánica. Ha sido una cuestión abordada desde hace muchos años si la salud física tiene que ver con procesos psicológicos, generándose diferentes posturas al respecto; desde aquellas que consideran que la enfermedad del cuerpo tiene poco que ver con la mente y las emociones, como es el caso del modelo biomédico tradicional; o aquellas posturas extremas que ven todo proceso de enfermedad física como una extensión de procesos psicológicos disfuncionales como la escuela alemana de Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke (1997). En el presente ensayo se expone  brevemente algunas ideas sobre el tema y su importancia para una mejor comprensión del desarrollo del ser humano.



Motivación, Necesidades y Salud
Abraham. H. Maslow fue sin duda uno de los primeros investigadores en insistir en la conexión que existe entre la persona psicológicamente saludable y la persona físicamente saludable. Su modelo de la jerarquía de necesidades plasma claramente la idea de que las personas que alcanzan una mayor maduración psicológica o autorrealización, viven más felices y sanas que aquellas cuyo desarrollo psicológico ha sido bloqueado o detenido en alguna etapa de la vida. Para Maslow (1968), la motivación humana, como impulsora del desarrollo, se fundamenta en un proceso continuo que inicia desde el nacimiento con las necesidades fisiológicas y de seguridad más elementales. En la medida que el individuo va creciendo, y en continua interacción con su ambiente, las necesidades psicológicas y de autorrealización tomarán mayor relevancia, y sólo podrán tener lugar en la medida que las primeras necesidades fueron satisfechas. Así, el proceso de maduración, implica que vaya predominando la motivación para el desarrollo(que impulsa a la persona a trascender las diferentes etapas de la vida), y disminuya la motivación de la deficiencia (la que lleva al individuo a frenar su proceso de crecimiento en aras de satisfacer las necesidades que han ido quedando pendientes).En su libro de la Amplitud Potencial de la Naturaleza Humana, Maslow (1982),aborda el tema de la relación mente-cuerpo, haciendo referencia a una serie de investigaciones en el campo de la biología, neuro y psicofisiología, que le permiten argumentar que quizás en pocos años sería posible llegar a entender las bases en que tiene lugar, así como dar pauta a una “biología normativa”. En sus propias palabra: “Aparentemente, es posible decir ahora que el organismo saludable por sí mismo emite señales claras e inconfundibles acerca de lo que, el organismo, prefiere o selecciona, o en las situaciones que considera deseables. ¿Será muy aventurado llamar “valores” a estas señales?, ¿valores biológicamente intrínsecos?¿valores tipo instintivo?” (Masllow, 1982:27). Y nos dice más a delante: “Podemos decir con certeza que estos datos apoyan la autorregulación, el autogobierno y la autoelección del organismo. El organismo tiene una mayor tendencia a elegir el éxito biológico, la salud, el crecimiento que hubiésemos pensado un siglo atrás. (Masllow, 1982: 28-29).

Si Maslow hubiera vivido hasta estos tiempos, seguramente vería con beneplácito como gran parte de sus ideas han germinado. Por ejemplo, las ciencias biológicas han ampliado la comprensión de la relación mente-cuerpo, al grado de definir que ciertos estado de ánimo están asociados a ciertas sustancias neurofisiológicas específicas (las endorfinas), y que emociones específicas tienes efectos específicos regulares para producir enfermedad o salud en el organismo (p.e. véase “Cómo cre ar salud” de Deepak Chopra, 1990 y “La Salud Emocional” de Daniel Goleman ,1999).

Enfermedad y Salud
El problema mente-cuerpo es uno de los más antiguos, pues lo encontramos planteado en muchos sistemas filosóficos de oriente y occidente; ha sido tema de psicólogos y neurocientíficos, dando por resultado todo tipo de posturas y aproximaciones. Y, naturalmente, sigue sin existir un consenso de la manera en que deberíamos de entenderlo. En un interesante artículo sobre el tema, Ardila (1998) plantea que al menos existen en este momento dos grandes posiciones sobre la comprensión del fenómeno mente-cuerpo, que a su vez engloban a diferentes aproximación esteóricas y filosóficas: El Monismo Psicofísico y el Dualismo Psicofísico. Dentro de las posturas Monistas las hay que consideran que todo es mental (desde Berkeley aTeilhard de Chardin), que lo físico y lo mental son aspectos de una sola entidad (de Spinoza a Feigl), que todo es material (de Watson a Quine), que lo mental es físico (de Epicuro a Feyerabend), que lo mental es sólo una propiedad emergente del cerebro (de Diderot a Bindra). En las posturas Dualistas encontramos la independencia de lo físico y mental (Wittgenstein), lo físico afecta a lo mental (deHuxley a Toulmin) y el interaccionismo de ambas realidades (de Descartes a Margolis).En cualquier caso, al abordar el tema de la enfermedad, el modelo biomédico sigue manteniendo un enfoque de no reconocimiento de la relación mente-cuerpo, pues trata al paciente siempre enfocado a los síntomas orgánicos y ve el proceso de curación como exclusivamente físico. Esto a pesar de los progresos logrados por la ciencia, especialmente en aquellas áreas de reciente aparición como la Psiconeuroinmunología, la Psiconeurocardiología, y el amplio campo de la Psicología de la Salud. Además, otras escuelas como la que dejó Milton Erikson, han sentado las bases eurísticas para profundizar sobre el origen psicológico o emocional de muchas enfermedades orgánicas (véase, p.e. las investigaciones de  Rossi, 1986, sobre el mecanismo “Memoria, Aprendizaje, y Conducta Estado-dependientes” por sus siglas “MACED”, en donde los mecanismo más sutiles de la conexión mente-cuerpo están siendo develados con cuidadosos experimentos de sólido rigor científico). El hecho es que nos estamos aproximando a una postura, digamos al menos, más lógica o de sentido común, denominada biopsicosocial del concepto de enfermedad. En esta visión se consideran factores como: los síntomas físicos, el paciente como persona, el contexto social de los síntomas, las actividades, los sentimientos, la conducta del paciente, las relaciones sociales y familiares, etc. Bajo esta perspectiva es factible establecer también una relación más estrecha entre el desarrollo humano y el problema salud-enfermedad. En el libro “La Salud Emocional” editado por Daniel Goleman, con la participación de diferentes científicos y filósofos, y especialmente del Dalai Lama (no confundir este libro con Inteligencia Emocional), se plantean una serie muy interesante de ideas sobre la conexión mente-cuerpo, que podemos resumir de la siguiente manera:


Nuestro sistema inmunológico parece actuar como otro sistema de “cerebro”, tomando decisiones sobre cómo reaccionar según las circunstancias que afectan al organismo.


Al parecer las emociones negativas (furia o enojo, estrés excesivo, depresión,etc.) debilitan el funcionamiento de este sistema de defensa, haciendo más sensible el organismo a las enfermedades o dificultando el mejoramiento cuando ya existe.


Por el contrario, las emociones positivas (alegría, expresión de afecto, serenidad, etc.) fortalecen el sistema de defensa, reduciendo las posibilidades de enfermedad, o mejorando la salud en caso de que ya exista.


Utilizando técnicas conductuales, meditación, relajamiento, etc. se obtienen grandes beneficios para fortalecer el sistema de defensa, observándose también efectos positivos en el estilo de vida y estados anímicos (reducción de la disfuncionalidad psicológica).De este tipo de evidencias y muchas más que ahora existen, comenzamos a entender un poco más sobre la conexión mente-cuerpo y su relación con salud física y psicológica.

Desarrollo Humano y Salud
Todo lo anterior nos lleva a fortalecer una visión del ser humano más integral u holística, entendiendo que la disfuncionalidad psicológica, es decir las alteraciones emocionales y mentales (según el enfoque tradicional de la psicología clínica y la psiquiatría), podrían ser concebidos más como alteraciones del proceso de maduración o desarrollo de la persona, como resultado de la falta de satisfacción de las necesidades humanas en las diferentes etapas de la vida. Como bien lo expresa La farga (1995: 3) “el crecimiento y desarrollo del ser humano son productos últimos de la satisfacción armónica e integral de las diferentes necesidades...Tal vez la salud, tanto desde una perspectiva fisiológica como desde una psíquica, esté relacionada con la satisfacción armónica de las necesidades del ser humano, en todas las culturas, Cada ser humano experimenta estas necesidades en forma peculiar, según las características individuales. Y todos las satisfacen en formas diferentes también, jerarquizándolas en distinto orden según el momento y según las circunstancias medioambientales”.

 Bajo esta perspectiva, podemos llegar a algunas interesantes conclusiones:


El pensamiento humanista y la esencia de todas las religiones nos orientan a la bondad y a la expresión de emociones positivas como fundamento del desarrollo espiritual (científicamente hablando, del desarrollo psicológico).


 Al parecer la compasión es el estado natural de la vida humana, entendiendo por ésta el respeto absoluto a toda forma de vida, comenzando por la propia.


La investigación científica de vanguardia comienza a develar las bases biológicas de la ética: aún cuando no sea una premisa normativa, ser buena persona parece asociarse con la buena salud,.


El estilo de vida de las personas y la disfuncionalidad psicológica pueden ser factores determinantes de problemas de salud física.


La salud emocional puede considerarse el manejo inteligente de las emociones y la satisfacción armónica e integral de las necesidades humanas que cadapersona logra como parte de su proceso de desarrollo.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Ardila; Rubén (1998).. El Problema Mente-Cuerpo: Implicaciones para la Psicologíade la Salud. Revista Psicología Contemporánea, año 5, vol. 5 no. 2.Chopra, Deepak. (1990). Cómo Crear Salud. Grijalbo, México.Dethlefsen, T. y Dahlke, R. (1997). La Enfermedad Como Camino. Plaza Janes,España,Goleman, Daniel. (1999) La Salud Emocional. Kairós, Barcelona.Lafarga Corona, Juan. (1995). Las Dos Caras de la Agresividad: Violencia y SaludPsicológica. Universidad Iberoamericana.Maslow, A. H. (1979). El Hombre Autorrealizado, Kairós, (de la versión en inglés de1968)Maslow, A. H. (1982). La Amplitud Potencial de la Naturaleza Humana. Trillas,México, (de la versión en inglés de 1971)Rossi, E.L. (1986). De la Mente a la Molécula: algo más que una metáfora. artículodel libro: The Psychobiology of Mind-Body Healing: new concepts of therapeutichypnosis. Norton, Nueva York.

AUTOR: JUAN ALBERTO VARGAS TÉLLEZ
Publicado en: Revista diversidades, Universidad de León, vol. 6, 34-36, 2003
http://www.academia.edu/7408257/Salud_Emocional_y_Desarrollo_Humano
NVA

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