Definición de pensamiento
Existe tal cantidad de aspectos relacionados con el pensamiento, que
dar una definición resulta difícil. De las muchas definiciones que podrían
darse, algunas de ellas lo consideran como una actividad mental no rutinaria
que requiere esfuerzo, o como lo que ocurre en la experiencia cuando un
organismo se enfrenta a un problema, lo conoce y lo resuelve. Podríamos también
definirlo como la capacidad de anticipar las consecuencias de la conducta sin
realizarla. El pensamiento implica una actividad global del sistema cognitivo
con intervención de los mecanismos de memoria, atención, procesos de
comprensión, aprendizaje, etc. Es una experiencia interna e intrasubjetiva. El
pensamiento tiene una serie de características particulares, que lo diferencian
de otros procesos, como por ejemplo, que no
necesita de la presencia de las cosas para que éstas existan, pero la más
importante es su función de resolver problemas y razonar.
Funcionamiento de la mente humana
El concepto de mente ha ido cambiando considerablemente a lo largo
de la historia. El médico francés La
Mettrie fue el primero que concibió la mente como algo
completamente material, el cerebro, provisto de una serie de células
(neuronas), que interconexionadas entre sí hacían funcionar a esa masa física
que es el cerebro. Esta idea dio lugar a principios del siglo XX, a los modelos
de procesamiento de la información, que pretendían establecer paralelismos
entre el cerebro y la informática. Hasta aproximadamente 1960, muchos
psicólogos sobre todo de EEUU, consideraban el funcionamiento de la mente
humana como el de una máquina. Todas estas teorías obviamente presentan serias
limitaciones y es por ello por lo que se añadió otro concepto, la consciencia, para
poder comprender cómo y por qué actuamos. Aunque el término conciencia es en
cierto modo confuso, existen algunos estudios científicos, concretamente sobre
el sueño, en los que se intentaba revelar los distintos estados de consciencia
e inconsciencia existentes y que tienen que ver con la mayor o menor actividad
cerebral. Colocando unos electrodos que nos permiten detectar la actividad
cerebral, en ciertas zonas del cerebro, podemos detectar las diferencias de
potencial en función del grado de activación o de consciencia. Cuando el sujeto
está totalmente despierto, el cerebro emite unas ondas determinadas y cuando
éste entra en el sueño profundo, momento en el que no se sueña y cuando cuerpo
y mente están más relajados, las ondas se hacen más grandes y lentas.
Actualmente no hay duda respecto a que todos los procesos mentales
(pensamiento, ideas imaginación, recuerdos, memoria, ilusiones o emociones en
general), son procesos cerebrales, es decir, son un producto del funcionamiento
cerebral. Es cierto sin embargo, que los mecanismos cerebrales que generan
estas actividades mentales, todavía están muy lejos de ser comprendidos por
completo.
Tipos de pensamiento
La psicología cognitiva ha basado fundamentalmente sus
investigaciones en tres aspectos:
- el razonamiento
deductivo
- el razonamiento
inductivo
- la solución de
problemas
El razonamiento
deductivo
El pensamiento deductivo parte de categorías generales para hacer
afirmaciones sobre casos particulares. Va de lo general a lo particular. Es una
forma de razonamiento donde se infiere una conclusión a partir de una o varias
premisas. El filósofo griego Aristóteles, con el fin de reflejar el pensamiento
racional, fue el primero en establecer los principios formales del razonamiento
deductivo. Por ejemplo, si se afirma que todos los seres humanos cuentan con
una cabeza y dos brazos y que Fernando es un ser humano, debemos concluir que Fernando
debe tener una cabeza y dos brazos. Es éste un ejemplo de silogismo, un juicio
en el que se exponen dos premisas de las que debe deducirse una conclusión
lógica. Pero no todos los ejemplos son tan claros. La lógica convencional,
parte de que hay dos valores únicos de verdad en los enunciados lógicos:
"verdadero" o "falso", sin embargo algunos lingüistas
admiten un tercer valor: "ni verdadero ni falso". Lo que ocurre es
que en todo enunciado lógico hay unas presuposiciones, o lo que es lo mismo, se
parte de unas suposiciones a priori. Por ejemplo, analicemos las siguientes
frases:
a-El actual rey de
Francia es calvo.
b-El actual rey de
Francia no es calvo.
¿Cuál es verdadera y cuál es falsa? Estamos presuponiendo
ya desde el principio que hay un rey en Francia. Bajo este presupuesto
podríamos pensar: si una es verdadera la otra es falsa y viceversa. Sin
embargo, ambas frases ni son verdaderas ni falsas, si tenemos en cuenta que no
hay tal rey en Francia.
Otro ejemplo podría ser:
a-Luis ha dejado de
fumar.
b-Luis no ha dejado de
fumar.
En este caso presuponemos que Luis ha fumado alguna vez y bajo
este presupuesto podemos cometer el error de considerar una de las dos frases
como verdadera.
Otro tipo de error, se ve reflejado por ejemplo, cuando decimos
"Luis mide 1,70
metros y es alto". La frase igualmente puede ser
verdadera o falsa, dependiendo del contexto. Si a Luis se le compara con un
grupo de hombres pequeños es verdadera, si se le compara con un grupo de
deportistas de baloncesto, es falsa.
Para finalizar, vamos a utilizar como ejemplo la famosa frase del
poeta griego del siglo VI a. de C., Epiménides: "Todos los cretenses son
mentirosos", siendo él mismo cretense. Fácilmente puede verse que la frase
da lugar a una contradicción lógica. La frase no puede ser verdadera porque
entonces Epimérides sería mentiroso y por tanto lo que él nos dice sería falso.
Por otro lado, la frase tampoco puede ser falsa porque se deduciría entonces
que los cretenses son veraces y por tanto Epimérides diría la verdad, y él es
cretense. Por tanto este enunciado no puede ser ni verdadero ni falso.
De todo esto concluimos que la lógica, llena de razonamientos
aparentemente impecables, tiene algo de arbitrario y que es un formalismo que
no necesariamente refleja las leyes del pensamiento, conduciéndonos muchas
veces a obvias contradicciones.
El pensamiento inductivo
Por otro lado, el pensamiento inductivo es aquel proceso en el que
se razona partiendo de lo particular para llegar a lo general, justo lo
contrario que con la deducción. La base de la inducción es la suposición de que
si algo es cierto en algunas ocasiones, también lo será en situaciones
similares aunque no se hayan observado. Una de las formas más simples de
inducción, ocurre cuando con la ayuda de una serie de encuestas, de las que se
obtienen las respuestas dadas por una muestra, es decir, por una pequeña parte
de la población total, nos permitimos extraer conclusiones acerca de toda una
población.
Con bastante frecuencia realizamos en nuestra vida diaria dos
tipos de operaciones inductivas, que se denominan predicción y causalidad.
La predicción consiste en tomar
decisiones o planear situaciones, basándonos en acontecimientos futuros
predecibles, como por ejemplo ocurre cuando nos planteamos: ¿qué probabilidades
de trabajo tengo si hago esta carrera? Con las
evidencias de que disponemos inducimos una probabilidad, y tomamos una
decisión.
Muchos filósofos han puesto de manifiesto la insuficiencia lógica
de la inducción como método de razonamiento.
La causalidad, por otro lado, también
nos induce a error en muchas ocasiones. La causalidad es la necesidad que
tenemos de atribuir causas a los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor. Por
ejemplo, la atribución causal que hacemos ante un accidente de coche va a
depender de quien la realice, enfatizando así una de las causas y minimizando
el resto. Si la atribución la hace un meteorólogo es posible que considere que
la causa del accidente fue la niebla, si la hace un psicólogo,
posiblemente lo atribuya al estrés, si la
hace un mecánico sería el mal estado del coche, etc. Lo cierto es que ese día,
probablemente hubiera algo de niebla, el conductor estuviera algo estresado y
las ruedas del coche seguramente no estarían en perfecto estado. ¿No podría
hacerse una atribución multicausal?, Es decir ¿no podría ser que todos los
factores, cada uno en cierta medida, hubieran podido influir en que se
desencadenase el accidente? Lo cierto es que hay una tendencia en general a
darle fuerza a una única causa, minimizando al resto, y eso trae como consecuencia
lo que podríamos llamar errores de
pensamiento.
Para resumir, podemos concluir diciendo que en el razonamiento
deductivo, se parte de lo general para llegar a lo particular, que la
conclusión está siempre contenida en las premisas de las que se parte y que
además las conclusiones obtenidas corresponden con la lógica, sin embargo, en
el razonamiento inductivo, se parte de lo particular para llegar a lo general,
se obtienen conclusiones que sólo resultan probables a partir de las premisas y
que además las conclusiones extraídas se fundamentan en la estadística.
La solución de problemas
Otro importante aspecto en el que se han basado las
investigaciones de la psicología cognitiva es la solución de problemas.
Podríamos decir que un problema es un obstáculo que se interpone de una u otra
forma ante nosotros, impidiéndonos ver lo que hay detrás. Lo cierto es que no
hay consenso entre los psicólogos sobre lo que es exactamente un problema, y
por tanto difícilmente puede haberlo en lo que supone una conducta de solución
de problemas. Algunos autores han intentado precisar estos términos. Gagné, por
ejemplo, definió la solución de problemas como "una conducta ejercida en
situaciones en las que un sujeto debe conseguir una meta, haciendo uso de un
principio o regla conceptual". En términos restringidos, se entiende por
solución de problemas, cualquier tarea que exija procesos de razonamiento
relativamente complejos y no una mera actividad asociativa.
Se considera que habitualmente cualquier persona pasa por tres
fases a la hora de solucionar un problema y se las denomina: preparación, producción y enjuiciamiento.
En la fase de preparación
es cuando se hace un análisis e interpretación de los datos que tenemos. Muchas
veces si el problema es muy complejo se subdivide en problemas más elementales
para facilitar la tarea.
En la fase de producción
intervienen distintos aspectos entre los que hay que destacar la memoria, que
se utiliza para recuperar todos los recursos que estén a nuestro alcance y que
nos sirvan para llegar a una solución eventual.
En la última fase de
enjuiciamiento, lo que se hace es evaluar la solución generada
anteriormente, contrastándola con nuestra experiencia, para finalmente darla
como buena o no.
Comprender el lenguaje de la mente es una labor difícil. Es
necesario por un lado, conocer toda la fisiología neuronal, cambios
bioquímicos, etc., y por otro, es necesario conocer ciertos aspectos
psicológicos, entre los que se encuentran, los pensamientos, sentimientos,
experiencias, etc. Otra dificultad a la hora de comprender el lenguaje de la
mente, es la cantidad de especialidades distintas que se ven implicadas en el
estudio de la mente, tales como la anatomía, fisiología, genética, psicología,
psiquiatría, bioquímica, etc., haciendo cada una de ellas interpretaciones de
la mente y el cerebro desde ángulos completamente distintos. Conseguir la
integración de todos estos enfoques contribuiría de manera fundamental para
resolver tantos misterios sobre la mente humana, que todavía quedan por resolver.
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