domingo, 19 de octubre de 2014

¿SE PRODUCE LA REGENERACIÓN DEL CUERPO CADA 7/10 AÑOS?

Tras un artículo en el New York Times en 2005, se comenzó a difundir la idea de que nuestro cuerpo se renovaba de manera completa cada siete años. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?




Uno de los mitos más repetidos es que nuestro organismo se renueva cada cierto período de tiempo. En particular, la creencia popular habla de que pasados 7 años, la regeneración del cuerpo se completa. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?
No fue un periódico cualquiera el que lanzó el bombazo informativo a modo de titular. En concreto, en agosto de 2005, el reconocido New York Times publicó un artículo titulado Your body is younger than you think.

En aquella noticia, hablando de la regeneración del cuerpo, el diario aludía a una investigación realizada por el sueco Jonas Frisen, por la que se comprobaba que la edad media de las células del organismo debía rondar los mas/ menos  7 años.

Pero si echamos un vistazo a la página web oficial del científico, un reconocido investigador del Instituto Karolinska de Suecia, quizás nos decepcionemos. Aunque su línea de trabajo sí se centra en la regeneración celular, lo cierto es que su grupo desmiente el titular del New York Times.

En la página de presentación de Frisen, se explica lo siguiente: "According to a modern myth, all the cells in the body are replaced every seven years, but in actual fact even today we know very little about how often cells are replenished."
Traduccion por, http://servicios.elpais.com/traductor/?sl=es&tl=en: “Según un mito moderno, todas las células en el cuerpo son reemplazadas cada siete años, pero en realidad incluso hoy en día sabemos muy poco acerca de cómo a menudo se reponen las células”.

En otras palabras, no es cierto que la regeneración del cuerpo ocurra cada 7 años. Pero entonces, ¿qué sabemos acerca de la renovación de nuestro organismo? ¿Llega acaso a ocurrir? Precisamente el grupo de investigación de Frisen ha dado algunas de las claves en los últimos años, pues su trabajo se centra en estudiar la regeneración celular utilizando la datación mediante el carbono-14. Además, el equipo de I+D también analiza el comportamiento de las células madre dentro de la renovación de nuestro cuerpo.

 

El hígado: la regeneración increíble de un órgano.

 

Actualmente, sabemos que la regeneración celular se produce de manera continua en tejidos como la piel, el epitelio intestinal o la médula ósea. La renovación que se produce en algunos órganos, con excepciones, es, sin embargo, limitada. Se sabe por ejemplo que la extirpación de un riñón produce en el restante un fenómeno de hipertrofia (es decir, aumenta de tamaño). Además, se ve también hiperplasia en los conductos proximales del segundo riñón. Pero si hay un órgano que nos sorprende en cuanto a capacidad regenerativa es, sin lugar a dudas, el hígado. Si extirpamos un trozo de este órgano, correspondiente al 40-60% de su tamaño, se inicia un proceso de proliferación y renovación celular, por el cual el donante vivo del hígado ve como éste se recupera de la anterior operación.
Aunque la regeneración de tejidos y órganos es bastante atípica, lo cierto es que los ejemplos del riñón y el hígado nos asombran lo suficiente, como para que pensemos en las increíbles salamandras y su capacidad regenerativa, en comparación con nuestro propio organismo.

 

Regeneración celular: ¿Un mito?

 

Recordando la afirmación del investigador sueco en su web, aún es poco lo que conocemos realmente sobre la regeneración celular. En los últimos tiempos, sin embargo, el grupo de Frisen ha realizado avances importantes en la renovación de neuronas y células cardíacas. Ambas investigaciones, publicadas en 2013, ahondan un poco más en la diferente velocidad de renovación celular, y en los factores asociados que influyen en estos procesos.
Por ejemplo, en el caso de nuestro corazón, resulta muy lenta la renovación de los cardiomiocitos. Sin embargo, el hallazgo de microRNAs específicos podría acelerar el proceso de regeneración cardíaca, utilizando también todo el potencial de las células madre, de las que ya hemos hablado en otras ocasiones.

Otro caso muy particular de regeneración celular es el que ocurre en nuestro cerebro. Y es que durante años, se creyó que si se morían neuronas, no íbamos a ser capaces de renovarlas. La ciencia se encargó de desmentir categóricamente esto. De hecho, si existen problemas en la neurogénesis (el proceso por el que se crean nuevas neuronas), podemos estar ante desórdenes patológicos importantes.

Como vemos, nuestro organismo está renovándose de manera continua. Parece como si necesitara esa evolución constante. ¿Ocurre cada siete años? Como hemos visto, no. Cada parte de nosotros mismos está condicionada según el tipo de células que la formen, de manera que la regeneración del cuerpo varía de unas zonas a otras, de unos tejidos a otros, en función de los tipos celulares específicos.
La magia de la biología, de entender la vida, reside en afrontar cuán complejos somos, y lo mucho que nos queda por aprender sobre los organismos vivos. La propia regeneración del cuerpo es una buena muestra de todo lo que queda por saber e investigar en el futuro.


 

El artículo publicado en EL Pais en septiembre de 2005, donde se hacia eco  del articulo publicado en el periódico The New York Times y escrito por NICHOLAS WADE,  titulado:

 

El cuerpo humano sólo tiene 10 años.

 

Es el siguiente:


Los científicos datan las células, en constante renovación, de los diferentes tejidos del organismo. Cada tejido tiene su tiempo de renovación Los glóbulos rojos sólo viven unos 120 días, las células que recubren el estómago y las de la epidermis un par de semanas. Cada tejido tiene su tiempo de renovación y un científico sueco ha ideado una técnica para datar las células del organismo humano. Sólo las neuronas de la corteza cerebral, y pocas más, parece que duran hasta la muerte.

Tenga uno la edad que tenga, su cuerpo es muchos años más joven. De hecho, aunque se haya entrado en la mediana edad, puede que la mayoría de la gente tenga 10 años o menos.

Esta alentadora verdad, que emana del hecho de que muchos de los tejidos corporales están sometidos a una constante renovación, se ha visto subrayada por un nuevo método para calcular la edad de las células humanas. Su inventor, Jonas Frisen, cree que la edad media de todas las células de un cuerpo adulto puede ser de sólo unos 7 o 10 años. Pero Frisen, biólogo de células madre del Instituto Karolinska de Estocolmo, también ha descubierto un hecho que explica por qué la gente se comporta según su edad natural y no la de la edad física de sus células: algunos tipos de células duran desde el nacimiento hasta la muerte sin renovarse, y esta minoría especial incluye alguna o todas las células de la corteza cerebral.

Las epiteliales que recubren la superficie del intestino sólo duran cinco días. Algunos tipos duran desde el nacimiento hasta la muerte sin renovarse

Fue una disputa sobre si la corteza fabrica nuevas células la que llevó a Frisen a buscar una nueva forma de averiguar la edad real de las células humanas. Las técnicas existentes dependen del etiquetaje del ADN con componentes químicos, pero no son, ni mucho menos, perfectas. Al preguntarse si podría existir ya alguna etiqueta natural, Frisen recordó que las armas nucleares probadas al aire libre hasta 1963 habían inyectado un pulso de carbono 14 radiactivo a la atmósfera. El carbono 14, que respiran las plantas y comen los animales y las personas en todo el mundo, se incorpora al ADN de las células cada vez que éstas se dividen, y el ADN se duplica. La mayoría de las moléculas de una célula se reemplazan constantemente, pero el ADN no. Todo el carbono 14 del ADN de una célula se adquiere en la fecha de nacimiento de la célula, el día en que su célula madre se dividió. De ahí que pueda utilizarse el alcance del enriquecimiento del carbono 14 para averiguar la edad de la célula, conjetura Frisen. En la práctica, el método debe aplicarse con tejidos, no con células individuales, ya que no penetra suficiente carbono 14 en una única célula como para indicar su edad. Entonces Frisen ideó una escala para convertir el enriquecimiento del carbono 14 en fechas del calendario calculando el carbono 14 incorporado en anillos de troncos de pinos suecos.

Después de validar el método mediante diversas pruebas, él y sus colegas han presentado en la revista Cell los resultados de sus primeros ensayos con unos cuantos tejidos corporales.

Las células de los músculos de las costillas, tomadas en personas cercanas a los 40 años, presentan un promedio de edad de 15,1 años. Las células epiteliales que recubren la superficie del intestino tienen una vida difícil y se sabe por otros métodos que sólo duran cinco días. Frisen ha descubierto que, si se obvian estas células superficiales, el promedio de edad de las que pertenecen al cuerpo principal del intestino es de 15,9 años. El equipo de Karolinska pasó luego al cerebro, cuya renovación celular ha sido motivo de mucha discrepancia.
En general, la idea que prevalece es que el cerebro no genera nuevas neuronas una vez que su estructura se ha completado, excepto en dos regiones concretas: el bulbo olfativo, que media el sentido del olfato, y el hipocampo, donde se depositan los recuerdos iniciales de rostros y lugares. Este consenso fue cuestionado hace algunos años por Elizabeth Gould (Universidad de Princeton), que dijo haber hallado nuevas neuronas en la corteza cerebral; además sugirió la idea de que los recuerdos diarios podrían quedar registrados en las neuronas creadas ese día.

El método de Frisen permitirá fechar todas las regiones del cerebro para ver si se genera alguna neurona nueva. Hasta el momento, sólo ha probado hacerlo con las células de la corteza visual y considera que tienen exactamente la misma edad que las individuales, lo cual demuestra que no se producen neuronas nuevas después del nacimiento en esta región de la corteza cerebral, o al menos no en cifras significativas.

Las células del cerebelo son algo más jóvenes que las de la corteza, lo que concuerda con la idea de que el cerebelo sigue desarrollándose tras el nacimiento. Otro aspecto discutido es si el corazón fabrica nuevas células musculares después del nacimiento. La idea convencional de que no lo hace ha sido cuestionada por Piero Anversa (New York Medical College de Valhalla). Frisen ha descubierto que todo el corazón produce células nuevas, pero todavía no ha calculado su índice de renovación.

Si el cuerpo renueva sus tejidos, ¿por qué no continúa para siempre la regeneración? Algunos expertos consideran que la causa principal es que el ADN acumula mutaciones y su información se degrada de forma paulatina. Otros culpan al ADN de las mitocondrias, que carecen de los mecanismos de reparación de que disponen los cromosomas. Una tercera teoría es que las células madre -fuente de nuevas células en todos los tejidos- acaban debilitándose con la edad.

"La idea de que las propias células madre envejecen y son menos capaces de generar progenie está ganando cada vez más adeptos", dice Frisen. Él quiere ver si el índice de regeneración de un tejido se ralentiza a medida que envejece la persona, lo cual podría señalar a las células madre como el equivalente al talón de Aquiles, el único impedimento para la inmortalidad.





Fuentes:
http://alt1040.com/2013/06/regeneracion-del-cuerpo-cada-7-anos

NVA

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