viernes, 13 de febrero de 2015

ENCARNACIÓN Y REENCARNACIÓN.

Si tu mente puede existir sin el cuerpo, entonces ¿dónde estaba la mente antes de que nacieras? ¿Y qué le ocurre a la mente tras la muerte del cuerpo? Mira, la vida es como un sueño en el que nacer es como quedarse dormido y morir es como despertar de nuevo. En el intervalo, tu mente piensa, siente y vive a través de un personaje temporal, tal como la harías en un sueño.


Haber nacido es similar a como un actor interpreta un papel temporal para una película. El mismo actor interpreta diferentes papeles en diferentes películas, de la misma manera que la mente ha nacido en diferentes cuerpos durante diferentes vidas.

Cuando una persona muere, su espíritu finalmente regresa a la dimensión de la que vino. Allí el espíritu sopesa la vida acabada de vivir, y tras marcar algunos objetivos de lo que toca hacer la próxima vez, encuentra el cuerpo correcto y el tiempo correcto para nacer de nuevo.

Esto es denominado reencarnación. Es como ir a una tienda de juegos, dar una vuelta, encontrar la máquina que te gusta, jugar un rato, y cuando acaba el juego mirar a tu alrededor para jugar un juego diferente.

Pero incluso mientras estás jugando, estás también fuera del juego, es sólo una parte de tu mente la que por el momento está absorta en controlar el personaje del juego.

De igual manera, aunque estemos en esta dimensión física, hay una gran parte de nosotros mismos por ahí arriba, en una dimensión más elevada que sumerge sólo una pequeña parte de nosotros mismos en nuestro cuerpo. Esta pequeña parte es con lo que pensamos y sentimos justo ahora. Llamemos a la parte grande el yo superior y a la parte pequeña, el yo inferior. El yo superior es quien tú eres cuando estás plenamente despierto fuera de este sueño llamado vida. El yo inferior es quien eres dentro del sueño.

Sería por tanto más correcto decir que la reencarnación es simplemente el yo superior que extiende partes de sí mismo en diferentes cuerpos, en diferentes tiempos, a través del nacer, y recuperando esas partes a través del morir. Somos como marionetas de dedo, la marioneta es quien somos nosotros para los demás en esta vida, el dedo que mueve la marioneta es nuestro yo inferior, y la mano es nuestro yo superior.

¿Por qué la gente elige nacer en este mundo?

Existen tantas respuestas como personas. Algunos están aquí para hacer algo, para experimentar algo, para aprender cosas que no podrían hacer fuera de este mundo. Es la misma razón por la que la gente juega juegos o mira películas, obtienen la experimentación de cosas que no podrían de otra manera.

Estar vivo en la Tierra, en un cuerpo físico, puede resultar difícil. La vida es como una carrera de obstáculos, un programa de pesas, o un recorrido rápido por un tema penoso.

Además de la diversión y de la alegría de estar vivo, también hay el enfado, el miedo y el sufrimiento. Pero todo el paquete negativo es lo que hace al juego estimulante y único. La vida es como trabajar esculpiendo los músculos del alma, y los retos que enfrentamos en la vida son las pesas que moldean nuestros músculos espirituales, si tenemos la fortaleza para manejarlos.

Otra razón por la que alguien pudiera venir aquí es para ayudar a otros a despertar. Piensa en un estudiante universitario que regresa a la escuela para ayudar a otros estudiantes en el aprendizaje de cosas que él ya domina. El problema es que nacer borra la memoria de dónde vienes y de quién eres realmente, y es como si el universitario entrara en la escuela habiendo olvidado que ya se graduó. Los temas pueden parecer le extrañamente familiares y fáciles para él, y de esta manera todavía puede ayudar a los demás.

Pero si se dejara absorber por las evasiones que suelen encontrarse en una escuela, podría olvidar incluso lo que aprendió en la universidad, y quizá incluso suspender

Es el riesgo que estas almas ayudantes enfrentan cuando se encarnan en la Tierra. Podrían distraerse tanto con la vida que nunca descubrieran el gran conocimiento que hay en su interior, fracasando en aquello que vinieron a hacer, que es utilizar ese conocimiento para ayudar a los demás.

Quizá tú eres una alma ayudante. Si disfrutas imaginando cosas, reflexionando en los misterios del universo, y te sientes feliz cuando otras personas encuentran maneras de mejorar sus vidas y a sí mismos, lo más probable es que seas una alma ayudante. Por ello es muy importante que le dediques algo de tiempo a pensar, leer, aprendiendo acerca de las grandes verdades para familiarizarte tú mismo con quién eres realmente y con lo que realmente sabes.

En el fondo, ya sabes estas verdades, pero las has olvidado. Es difícil recordar porque comparado con tu yo superior, el yo inferior está increíblemente dormido y distraído, por lo que recuperar lo que muy en el fondo ya sabes es parecido a aprenderlo por primera vez. La diferencia es que si alguna verdad está ya en tu interior, aprenderla de nuevo se hace más rápido y
con un apasionante sentido de reconocimiento.

Sentirás algo especial cuando acabes comprendiendo lo que ya sabías en tu interior más profundo. Lleva el sello de la verdad. En lugar de un "... bueno, vale...”como cuando aprendes algo mundano, será un..."¡Bien! ¡Esto tiene realmente sentido! ¡Sorprendente! , o un...¡OH! ¡Ahora lo comprendo! Así es como reconoces la verdad, no sólo tendrá sentido sino que sentirás que es correcta.

Cuando tanto la cabeza como el corazón están de acuerdo con una idea, presta atención.


Fuente: Bibliotecapleyades.org/ascension
NVA

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