La inestabilidad
emocional es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por la variación de
los sentimientos y de los estados emotivos, así como por los altibajos del
ánimo sin motivo o por causas insignificantes. Aunque la famosa aria
de la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi, afirme que “la mujer es voluble” (La Donna è mobile), se trata de
un asunto que afecta también a los hombres.
Una de las características de los inestables es que les cuesta trabajo separar las diferentes parcelas de su vida. Si tienen conflictos familiares, los trasladan a la pareja, el trabajo o los amigos, con lo que se generan nuevos problemas. Suelen ser dependientes e inseguros. Como necesitan apoyarse en muchos pilares, en cuanto uno falla, se ven asaltados por un sentimiento destructivo que irradia hacia otros ámbitos de su vida. Los inestables tienen, por tanto, un bajo umbral de tolerancia a las frustraciones y pocos recursos internos para saber perder.
Las emociones como péndulo
Dicen los expertos, como
el psicólogo Robert Plutchik, profesor emérito del Albert Einstein College of
Medicine (Estados Unidos), que las emociones son como los colores: hay tantos
matices como mezclas de los básicos. Plutchik distingue ocho emociones básicas: Aceptación,
ira, expectación, rechazo, temor, alegría, tristeza y sorpresa.
La aceptación: El proceso de tu desarrollo personal
En la vida nos iremos encontrando con etapas que no serán
como deseamos, la única solución para que nuestro bienestar emocional no se vea
muy alterado, es la de instalar
en nuestra vida la aceptación. Aceptar
lo que no puedes cambiar es de vital importancia para que puedas seguir
adelante y transformar tu vida. ¿Quién no ha deseado alguna vez que la
realidad fuera otra diferente a la que está viviendo?, ¿Quién no ha cometido
algún error?, ¿A quién no le ha molestado la actitud o
forma de vida de otra persona? Ante
cualquier situación que te produzca malestar, analiza si puedes hacer algo para
solucionarlo. De ser así, crea
un plan de acción para mejorar tu vida, pero en el caso de que veas que no
puedes hacer nada para cambiar algo, si quieres seguir adelante tienes que
aceptar la realidad o sufrirás
más de lo necesario. Luchar
en contra de una realidad inamovible, será un gasto de energía inútil y dañina. Sólo desde la aceptación podrás
seguir adelante sin estancarte.
ACEPTAR NO SIGNIFICA CONFORMARSE
Diferencias entre la
conformidad y la aceptación:
La aceptación va encaminada a
tolerar una situación, saber que la vida es así y no todo puede ser bueno, pero inclinándose hacia la acción. Se puede convivir con esa
situación desagradable sin que eso cause un malestar exagerado, pero a pesar de
vivir bajo una circunstancia que no nos gusta, se logra centrar el interés y el
foco de atención hacia otras áreas, se intentan abrir nuevas puertas. Aceptar, es abandonar una lucha
hacia algo que no tiene solución y
buscar otros caminos que nos permitan vivir como nos gustaría. Se tienen
pensamientos del tipo: “Esto es lo que hay y no puedo hacer nada, lo esquivo y
sigo con mi vida para ver si consigo mis propósitos”
La conformidad se produce cuando no
toleramos una situación. Como las cosas no son como queremos, nos cerramos en
banda y tendemos a la falta de
acción y estancamiento. Las emociones negativas aparecen y nos rendimos,
creemos que no podemos mejorar nuestra vida. Se tienen pensamientos del tipo: “No
puedo hacer nada para cambiar mi vida, soy un desgraciado y siempre seré
infeliz”. Se tiende a la lamentación y victimismo, se pierde la esperanza de
poder mejorar en el futuro. La persona no se abre a nuevas posibilidades y tira
la toalla, se conforma con la vida que tiene aunque no le guste, no moverá un
dedo para cambiar su situación, lo que provocará cada vez más frustración.
Acepta la realidad y haz algo para que en el futuro puedas
salir de esa situación que te hace infeliz, no todo puede ser de nuestro agrado, ni
todas las personas que nos rodean pueden ser iguales que nosotros, por ello, la aceptación será tu mejor aliada
para llevar una vida menos estresante. Abre
tu mente a nuevas posibilidades y aunque tu entorno y tu vida no sea ahora como
deseas, si lo podrá ser en un futuro si siembras en el presente. Todos tenemos
el poder de crear y cambiar nuestra vida. Recuerda
que cada pequeño paso, cada pequeña acción continua, se convertirá en algo
grande en el futuro.
La ira, esa emoción que me
controla La
ira es una emoción que
puede varíar en intensidad, desde una leve irritación a una intensa furia. Cuando
la furia es extrema, va
acompañada de cambios fisiológicos y biológicos, como el aumento de la
frecuencia cardiaca y la presión arterial; así como una elevación de los
niveles hormonales de energía.
Como se expresa la ira
La
manera natural de expresar la ira, es responder agresivamente; Es una respuesta ante
las amenazas, o las que creemos amenazas, con agresividad.. No se puede atacar a cada persona que nos
molesta o irrita, porque las normas y el sentido común se imponen. Mostrar los
sentimientos de enojo de manera no agresiva, con asertividad es una forma sana
de expresar el enojo, pero dejando claro cuáles son tus necesidades y cómo
obtenerlas sin perjudicar a los demás.
El objetivo es suprimir
la ira y convertirla en un comportamiento más constructivo, pero para ello no se permite la
expresión externa, por tanto la ira puede volverse hacia el interior de ti
mismo, y dar lugar a hipertensión o depresión u otros problemas, como el
comportamiento pasivo-agresivo, es decir una manera de vengarse de las personas
indirectamente, sin decirles por qué, o mostrar una personalidad hostil.
Hay que resaltar que las
personas que están criticando todo, no han aprendido a expresar su ira de
manera constructiva, por lo que no es probable que tengan éxito en sus
relaciones, y tendrá que controlar tanto su conducta externa, como sus
respuestas internas, como reducir el ritmo
cardíaco y tener calma.
La expectativa y la expectación
Resulta ser el sentimiento de
esperanza o de intensidad en esperar que experimenta un individuo ante la
posibilidad de poder lograr un objetivo o cualquier otro tipo de conquista en
su vida.
Casi siempre, el concepto de expectativa, aparece vinculado
a una situación que es sumamente factible que se produzca, aunque, como la
expectativa implica una certeza mayor que la esperanza, por ejemplo, es que
normalmente la expectativa que se tiene respecto de algo se encontrará basada en otras
situaciones que la convierten en una concreta posibilidad.
Cabe destacar, que la expectativa suele aparecer en
aquellos casos rodeados de incertidumbre en los cuales no se
puede todavía confirmar qué ocurrirá respecto de algo. Entonces, en ese
contexto, la expectativa será entre el abanico de posibilidades a sucederse la
suposición más realista y la que más se ajuste a lo que sucederá finalmente.
Por esta situación, de hallarse asociada a predicciones y suposiciones, es que
a mayor cantidad de certezas, mayores posibilidades existirán de poder
cumplirse las expectativas en cuestión.
Y si la expectativa finalmente no se sucede tal como se
había anticipado o pensado, al individuo que la haya experimentado lo invadirá
la decepción y la insatisfacción. Pero si por el contrario, la realidad termina
superando amplia y positivamente las expectativas que se tenían, primará la
alegría
El
rechazo
La primera novela de Harry
Potter fue rechazada. Y también lo fue Crepúsculo, protagonizada por Bella Swan y Edward
Cullen. Si J. K. Rowling y Stephanie Meyer se hubieran dado por vencidas cada
vez que una editorial rechazaba su libro, todos nos habríamos perdido unas
aventuras magníficas.
La vida consiste en intentar cosas.
Y, cuando lo hacemos, el rechazo siempre es una posibilidad. Sea grande o
pequeño, el rechazo nos afecta a todos No hace falta
que el rechazo sea por cosas importantes, como que no te acepten en tu
universidad preferida, no te seleccionen para el equipo deportivo que más te
interesa, o no tengas pareja para ir al baile de fin de curso. También puedes
sentirte rechazado en situaciones cotidianas, por ejemplo si tu chiste no ha
hecho gracia, si nadie se acuerda de guardarte sitio en la mesa a la hora de
comer o si la persona que te gusta de verdad habla con todo el mundo salvo
contigo.
Sentirse rechazado es lo
contrario a sentirse aceptado. Pero el hecho de que una persona reciba un
rechazo (algo que a todos nos ocurrirá algunas veces) no significa que no la
aprecien, valoren o consideren importante. Solo significa que, una vez, en una
situación y con una persona en concreto, las cosas no han salido bien.
El rechazo duele. Pero
es imposible evitarlo por completo. De hecho, no sería bueno hacerlo: las
personas que tienen demasiado miedo al rechazo pueden no atreverse a intentar
algo que desean. Desde luego, evitan el rechazo, pero también tienen
absolutamente garantizado que nunca conseguirán lo que desean porque no se
atreven a intentarlo.
Cómo afrontar el rechazo
Cuanto mejor aprendemos
a manejar el rechazo, menos nos afecta. Por lo tanto, ¿Cómo puedes desarrollar
la capacidad de afrontar el rechazo? Se sincero, desarrolla tu fortaleza
interior. Tenemos que saber afrontar, sea lo que sea, esto nos dá confianza
para volver a intentarlo.
Afrontar adecuadamente
el rechazo implica trabajar dos cosas: Cómo te sientes y qué piensas. Si te sientes rechazado, reconócelo ante ti mismo.
No trates de ignorar el dolor o fingir que no te duele. En vez de pensar
"No debería sentirme así", piensa que es normal sentirse como tú,
dada tu situación. Percibe la intensidad de tus
sentimientos.
Si lo deseas, explica a
alguien qué ha sucedido y cómo te sientes. Elige a una persona que te escuche y
te apoye. Contárselo a alguien puede ayudarte por dos motivos:
1. Es posible que te
tranquilice saber que alguien comprende por lo que estás pasando y cómo te
sientes.
2. Te obliga a poner tus
sentimientos en palabras.
La diferencia entre las
personas estables y las inestables es la facilidad con que estas últimas
oscilan entre la alegría y la tristeza, el temor y la expectación, la aceptación
y el rechazo, la sorpresa y la ira. Los cambios de ánimo pueden ser radicales,
lo que provoca un efecto de retroalimentación: la fluctuación continua les
conduce a la ansiedad, por lo que huyen de lo que les perturba.
FALTA DE
ECUANIMIDAD
(Trabajaremos en ella próximamente)
Factores de desequilibrio emocional
Plutchik señala tres que son también causa de que las
personas no maduran con la edad.
·
Una Educación poco acertada: La sobreprotección familiar
predispone a la inestabilidad. Un niño acostumbrado a llamar la atención y
conseguir lo que quiere y cuando lo quiere, tiene garantizada una tendencia a
exagerar sus reacciones. La subproteccion familiar también predispone a la inestabilidad.
·
El tránsito traumático hacia la madurez personal: La
adolescencia es un capítulo difícil en la vida de todo ser humano. Tener que
afrontar las responsabilidades de la vida adulta, con sus éxitos y fracasos,
hace que muchos se queden anclados en la inmadurez.
·
La búsqueda constante del ideal: A menudo se da de
manera inconsciente y suele derivar de una educación basada en perseguir el
perfeccionamiento y la excelencia en todo. Una infancia colmada de críticas es
uno de los grandes fallos.
http://teenshealth.org/teen/en_espanol/mente/rejection_esp.html#
NVA
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