Debajo de
tu piel existe una bulliciosa metrópolis de 50 billones de células, cada una
biológicamente y funcionalmente equivalente a un humano en miniatura. La
opinión popular actual sostiene que el destino y la conducta de nuestros
ciudadanos celulares internos son pre-programados en sus genes.
La idea de
que nuestro destino está indeleblemente inscripto en nuestros genes es un
derivado del anticuado concepto científico conocido como “determinismo
genético”.
Desde
que Watson y Crick descubrieron el
código genético, el público ha sido programado con la creencia convencional de
que el DNA “controla” los atributos pasados a través de la herencia familiar,
incluyendo enfermedades disfuncionales como el cáncer, Alzheimer, diabetes y
depresión entre muchas otras. Como “víctimas” de la herencia, nos percibimos
naturalmente sin poder en relación a lo que nos pasa en nuestras vidas.
Desafortunadamente,
la asunción de no tener poder es el camino a la irresponsabilidad personal: “Como
no puedo hacer nada sobre esto… ¿por qué me debería importar?”.
Destrozando
Ilusiones
Tan pronto
como el Proyecto del Genoma Humano arrancó al final de 1980, los
científicos comenzaron a adquirir una nueva forma de ver cómo funciona la vida.
Su revolucionaria investigación se convirtió en la fundación de una nueva rama
científica conocida como control
epigenético, la cual ha sacudido los cimientos de la biología y la
medicina. Revela que nosotros no
somos “víctimas”, sino “amos” de nuestros genes.
La versión convencional de herencia que todavía se enseña en las escuelas, enfatiza el control genético, o “control por genes”.
La versión convencional de herencia que todavía se enseña en las escuelas, enfatiza el control genético, o “control por genes”.
Sin
embargo, los nuevos mecanismos revelados del control genético proveen una
visión profundamente diferente de cómo se maneja la vida. El prefijo derivado
del Griego epi- significa
“por encima”. Consecuentemente, la traducción literal de control epigenético, es “control por encima
de los genes”.
Los genes
no controlan la vida, la vida está controlada por algo “por encima” de los
genes. Este conocimiento de cómo la vida funciona nos provee el elemento más
importante en nuestra búsqueda por el poder propio.
La nueva
ciencia de epigenetica reconoce que las señales del medio ambiente son
los reguladores primarios de la actividad de los genes. Las células leen las
condiciones de su medio ambiente y responden a las mismas usando los
interruptores de las percepciones de la membrana de la proteína.
Los
interruptores activados envían señales para controlar la conducta y regular la
actividad de los genes - las huellas hereditarias usadas para crear el cuerpo.
Asombrosamente, la información
epigenética puede modificar o editar la lectura de la huella de un
gen para crear 30,000 diferentes variaciones de proteínas - los bloques
moleculares que construyen la célula - desde el mismo gen.
Este
proceso de edición puede proveernos productos de proteínas normales o
disfuncionales desde el mismo gen. Uno puede haber nacido con genes sanos, y a
través de procesos epigenéticos, expresar comportamientos mutantes, tales como el cáncer.
Asimismo, uno puede haber nacido con genes mutantes defectuosos y por medio de
mecanismos epigenéticos crear proteínas y funciones normales saludables.
Se ha comprobado la falsedad de la creencia convencional de que el genoma representa al equivalente de una computadora con programas que se pueden “leer solamente”.
Se ha comprobado la falsedad de la creencia convencional de que el genoma representa al equivalente de una computadora con programas que se pueden “leer solamente”.
Los mecanismos de la epigenética modifican
la lectura del código genético lo que significa que los genes en realidad
representan programas que se pueden “leer-escribir”, en donde las experiencias
de la vida redefinen activamente la expresión genética de un individuo.
¡La “nueva”
biología está basada en el hecho de que la percepción controla el
comportamiento y la actividad del gen!
Esta
versión revisada de la ciencia, enfatiza la realidad de que nosotros
controlamos activamente
nuestra expresión genética momento a momento a través de nuestras vidas. En
lugar de vernos como víctimas de
nuestros genes, debemos asumir la
responsabilidad de que nuestras percepciones están moldeando
dinámicamente nuestra biología y comportamiento.
Cuando los
organismos experimentan el medio ambiente, sus mecanismos de percepción afinan
la expresión genética para aumentar las oportunidades de supervivencia. La
expresión de una biología sana o enferma está directamente influenciada por la
exactitud de la interpretación o percepción que tiene un individuo en relación
a su medio ambiente.
Las
percepciones incorrectas re-escriben la información genética tan efectivamente
como las percepciones acertadas, pero con consecuencias mucho más graves y
hasta quizás peligrosas para la vida.
Del Microcosmos de
Durante los
primeros tres mil quinientos millones de años de vida en este planeta, la biosfera
consistía en una población masiva de organismos unicelulares individuales,
tales como bacterias, fermentos, algas y protozoos.
Hace
alrededor de 700 millones de años, las células individuales comenzaron a
juntarse en colonias multicelulares. La conciencia colectiva adquirida en una
comunidad de células era mucho mayor que la conciencia de una célula
individual. Como la conciencia es un factor primario en la supervivencia de los
organismos, la experiencia comunitaria ofrecía a sus ciudadanos muchas más
oportunidades de estar vivas y reproducirse.
Las
primeras comunidades de células, al igual que las primeras comunidades humanas,
eran clanes básicos de cazadores en los cuales cada miembro de la sociedad
ofrecía los mismos servicios para apoyar la supervivencia de la comunidad. Sin
embargo, cuando las densidades de ambas comunidades, celular y humana,
alcanzaban números más grandes, ya no era más eficiente o efectivo que todos
los individuos hicieran el mismo trabajo. En ambos tipos de comunidades, la
evolución llevó a los individuos a asumir funciones especializadas.
Por
ejemplo, en comunidades humanas, algunos miembros se enfocaban en cazar, otros
en las tareas domésticas o en la crianza de un niño. En comunidades celulares,
la especialización significaba que algunas células empezaban a diferenciarse de
las otras como en el caso de las células del sistema digestivo, las células del
corazón, y otras como las células de los músculos.
La mayoría
de los billones de células que
forman cuerpos tales como los nuestros, no tienen percepción directa del medio
ambiente externo. Las células del hígado “ven” lo que sucede en el hígado, pero
no saben directamente que es lo que sucede en el mundo fuera de la piel.
La función
del cerebro y el sistema nervioso es interpretar los estímulos del medio
ambiente y enviar señales a las células que integran y regulan las funciones
vitales de los sistemas de los órganos del cuerpo.
La naturaleza exitosa de las comunidades multicelulares permitió a los cerebros en evolución dedicarles un vasto número de células para catalogar, memorizar e integrar percepciones complejas. La habilidad de recordar y seleccionar entre los millones de experiencias percibidas de la vida provee al cerebro con una base de datos creativa muy poderosa desde la cual puede crear complejos repertorios de comportamiento.
La naturaleza exitosa de las comunidades multicelulares permitió a los cerebros en evolución dedicarles un vasto número de células para catalogar, memorizar e integrar percepciones complejas. La habilidad de recordar y seleccionar entre los millones de experiencias percibidas de la vida provee al cerebro con una base de datos creativa muy poderosa desde la cual puede crear complejos repertorios de comportamiento.
Cuando se
ponen en juego, estos programas de comportamiento dotan al organismo con el
rasgo característico de la conciencia: el estado de estar despierto y
consciente de lo que está sucediendo alrededor suyo.
Algunos
científicos prefieren pensar sobre la conciencia en términos de una cualidad
digital: un organismo lo tiene o no. Sin embargo, una evaluación de la
evolución de las propiedades biológicas sugiere que la conciencia, como cualquier otra
cualidad, evoluciona con el tiempo. Consecuentemente, el carácter de la
conciencia se expresaría a sí mismo en forma de diferentes grados de conciencia
que van desde sus raíces más simples en organismos primitivos, al carácter
único de la conciencia de sí mismo manifestado en los humanos y otros
vertebrados más elevados.
La
expresión de la conciencia de sí mismo está específicamente asociada a una
pequeña adaptación evolutiva en el cerebro conocida como la corteza
pre-frontal. Esta es la plataforma neurológica que nos permite darnos cuenta de
nuestra identidad personal y experimentar la cualidad de “pensar”. Los monos y
organismos menores no expresan conciencia de sí mismos.
Cuando se
miran a un espejo, los monos nunca se darán cuenta de que se están mirando a sí
mismos; siempre percibirán que la imagen es de otro mono. Por el contrario,
chimpancés neurológicamente más avanzados, cuando se miran a un espejo perciben
la reflexión del espejo como la imagen de ellos mismos.
Una diferencia importante entre la conciencia del cerebro y la conciencia de sí mismo, de la corteza pre-frontal, es que la conciencia permite que un organismo mida y responda a condiciones inmediatas de su medio ambiente que son importantes en ese momento. Por otro lado, la conciencia de sí mismo permite que el individuo mida las consecuencias de sus acciones con respecto no sólo a como impactan en el momento presente sino también como influirán el futuro. La conciencia de sí mismo es un complemento evolucionario de la conciencia ya que provee otra plataforma para crear comportamiento: el rol de “sí mismo” en el proceso de tomar decisiones.
Una diferencia importante entre la conciencia del cerebro y la conciencia de sí mismo, de la corteza pre-frontal, es que la conciencia permite que un organismo mida y responda a condiciones inmediatas de su medio ambiente que son importantes en ese momento. Por otro lado, la conciencia de sí mismo permite que el individuo mida las consecuencias de sus acciones con respecto no sólo a como impactan en el momento presente sino también como influirán el futuro. La conciencia de sí mismo es un complemento evolucionario de la conciencia ya que provee otra plataforma para crear comportamiento: el rol de “sí mismo” en el proceso de tomar decisiones.
Mientras
que la conciencia les permite a los organismos participar en la dinámica del
“juego” de la vida, la calidad de la conciencia de sí mismo ofrece una
oportunidad para ser simultáneamente un observador desde la “audiencia.”
Desde esta
perspectiva, la conciencia de sí mismo provee al individuo la opción de la
auto-reflexión, revisar y editar la actuación de su personaje. Nos podemos referir
a las funciones conscientes y conscientes de sí mismo del cerebro en forma
colectiva como la mente.
En lenguaje
convencional, nos referimos al mecanismo consciente del cerebro asociado a
comportamientos de estimulo-respuesta automatizado como la mente subconsciente
o inconsciente, en razón de que sus funciones no requieren ni observación ni
atención de la mente consciente de sí misma. Las funciones de la mente
subconsciente se desarrollaron mucho antes que la corteza pre-frontal;
consecuentemente, puede operar exitosamente un cuerpo y su comportamiento sin
ninguna contribución de la mente consciente de sí misma más desarrollada.
La mente
subconsciente es un procesador de información asombrosamente poderoso que puede
grabar y reproducir experiencias perceptuales (programas). Curiosamente, mucha
gente sólo toma consciencia de los comportamientos programados automatizados de
la mente subconsciente cuando se dan cuenta de que están involucrados en un
comportamiento no deseado como consecuencia de una situación que no es de su
agrado.
El poder de la mente subconsciente se basa en su habilidad de procesar cantidades masivas de información, adquirida de las experiencias de aprendizaje directas e indirectas, a una velocidad extraordinaria. Se ha estimado que la masa del cerebro que provee la función subconsciente tiene la habilidad de interpretar y responder a más de 40 millones de impulsos nerviosos por segundo.
El poder de la mente subconsciente se basa en su habilidad de procesar cantidades masivas de información, adquirida de las experiencias de aprendizaje directas e indirectas, a una velocidad extraordinaria. Se ha estimado que la masa del cerebro que provee la función subconsciente tiene la habilidad de interpretar y responder a más de 40 millones de impulsos nerviosos por segundo.
Por el
contrario, se estima que la diminuta corteza pre-frontal de la mente consciente de sí misma sólo
puede procesar alrededor de 40 impulsos nerviosos por segundo.
Como
procesador de información, la
mente subconsciente es un millón de veces más poderosa que la mente consciente
de sí misma. Como compensación por la gran capacidad de procesamiento,
la mente subconsciente expresa sólo una habilidad creativa marginal -una que
puede ser comparada a la de un niño precoz de 5 años. En contraste con el libre
albedrío ofrecido por la mente consciente, la mente subconsciente expresa
primeramente “hábitos” de estímulo-respuesta pregrabados como caminar, vestirse
o manejar un automóvil. Aunque la habilidad de la corteza pre-frontal para
cumplir tareas múltiples está físicamente limitada, la mente consciente de sí
misma puede enfocarse en cualquier función en el cuerpo humano y controlarla.
Hubo un
tiempo en que se pensó que algunas de las funciones del cuerpo - como la
regulación de los latidos del corazón, la presión sanguínea y la temperatura
del cuerpo - estaban más allá del control de la mente consciente de sí misma.
Actualmente
está reconocido que los yoghis y otros practicantes que entrenan la mente
consciente, pueden controlar completamente las funciones que anteriormente eran
definidas como comportamiento involuntario.
Los componentes de la mente subconsciente y consciente de sí misma funcionan en conjunto, siendo el subconsciente el que controla cada comportamiento que no es atendido por la mente consciente de sí misma. Rara vez las mentes conscientes de sí mismas de la mayoría de la gente están enfocadas en el momento presente ya que el procesamiento mental salta continuamente de un pensamiento a otro.
Los componentes de la mente subconsciente y consciente de sí misma funcionan en conjunto, siendo el subconsciente el que controla cada comportamiento que no es atendido por la mente consciente de sí misma. Rara vez las mentes conscientes de sí mismas de la mayoría de la gente están enfocadas en el momento presente ya que el procesamiento mental salta continuamente de un pensamiento a otro.
La mente
consciente de sí misma está tan preocupada con pensamientos sobre el futuro, el
pasado, o resolviendo algún problema imaginario, que la mayor parte de nuestras
vidas estamos controlados por
programas de la mente subconsciente.
Discernimientos Simples, Consecuencias Profundas
Los neuro
científicos cognoscitivos concluyeron que la mente consciente de sí misma
proporciona solamente alrededor de un 5 por ciento de la actividad cognitiva.
Consecuentemente, el 95 por ciento de nuestras decisiones, acciones, emociones
y conductas son derivadas del procesamiento desapercibido de la mente
subconsciente.
Esta información
revela que nuestras vidas no están controladas por nuestras intensiones y
deseos personales como solíamos creer. ¡Haz la cuenta! Nuestro destino está bajo el control de las
experiencias pre-programadas manejadas por la mente subconsciente.
Los programas más poderosos y de mayor influencia en la mente subconsciente se originaron durante el periodo formativo entre la gestación y los 6 años de edad. Y aquí está el problema - estos programas subconscientes que dan forma a nuestras vidas han sido grabados directamente a partir de la observación de nuestros primeros maestros: nuestros padres, parientes, miembros de la comunidad.
Desafortunadamente,
como psiquíatras, psicólogos y consejeros, somos profundamente conscientes de
que muchas de las percepciones adquiridas sobre nosotros mismos en el período
de formación son expresadas como creencias limitadoras y auto saboteadoras.
Sin que los padres lo sepan, sus palabras y acciones han sido grabadas continuamente en las mentes de sus hijos. Como el rol de la mente es encontrar una coherencia entre sus programas y la vida real, el cerebro genera respuestas de comportamiento apropiadas a los estímulos de la vida para asegurar la “verdad” de las percepciones programadas.
Vamos a aplicar este concepto en un comportamiento de la vida real: imagínate que eres un niño de 5 años haciendo un berrinche generado por el deseo de tener un juguete en particular.
Tratando de
parar la situación, tu padre te grita, “No te mereces nada.” Ahora eres un
adulto y en tu mente consciente de sí misma estas considerando la idea de que
tienes las cualidades y el poder para asumir una posición de liderazgo en tu
trabajo.
Mientras
estás teniendo esta idea positiva en la mente consciente de sí misma, todos tus
comportamientos están manejados automáticamente por los programas que están en
la poderosa mente subconsciente. Como tus programas fundamentales de conducta
son aquellos derivados de tus años de formación, la advertencia de tu padre que
dice que “tú no mereces nada” se puede convertir en la directiva automática de
tu mente subconsciente.
Así que
mientras tienes pensamientos maravillosos de un futuro positivo y no estás
prestando atención, tu mente subconsciente automáticamente se dedica a crear
una conducta auto saboteadora para asegurar que tu realidad coincida con tu
programa de “no merecer.” Y aquí está la trampa: la conducta está
controlada automáticamente por los programas de la mente subconsciente cuando
la mente consciente de sí misma no está enfocada en el momento presente. Cuando la mente
consciente de sí misma reflexiva está preocupada con algún pensamiento y no
está prestando atención, no observa las conductas automáticas derivadas de la
mente subconsciente.
Como el 95
por ciento o más de nuestra conducta proviene de la mente subconsciente… ¡entonces
la mayoría de nuestras conductas son invisibles para nosotros! Por ejemplo,
considera que conoces a alguien íntimamente y que también conoces a sus padres.
Desde tu perspectiva ves que la conducta de tu amiga se parece mucho a la de su
madre. Y entonces un día muy casualmente le comentas a tu amiga, “¿Sabes qué
María? Eres igual a tu madre.” “¡Sal de aquí!” Incrédulamente y tal vez
conmocionada, es muy probable que María responda. “¿Cómo puedes decir eso?” El
chiste cósmico es que todo el mundo puede ver que la conducta de María se
parece a la de su madre excepto María.
¿Por qué?
Simplemente porque cuando María está enganchada en los programas de conducta
subconsciente que ha grabado en su juventud mientras observaba a su madre, su
mente consciente de sí misma no está prestando atención. En esos momentos, sus
programas subconscientes automáticos operan sin ser observados.
Consecuentemente, cuando la vida no funciona como fue planeada, raramente reconocemos que nosotros hemos contribuido a nuestras propias decepciones.
Como
generalmente no estamos conscientes de la influencia de nuestras propias
conductas subconscientes, naturalmente nos percibimos como víctimas de fuerzas
externas. Desafortunadamente, al asumir el papel de víctimas estamos aceptando
que no tenemos el poder de manifestar nuestras intenciones. ¡Nada está más
lejos de la verdad!
El
principal determinante en la formación del destino de nuestras vidas es el banco de información de percepciones y
creencias pre-programadas en nuestras mentes.
¿De Dónde Viene Nuestro Comportamiento?
Existen
tres fuentes de percepciones que controlan nuestra biología y comportamiento. Las
percepciones más primitivas son las que adquirimos por nuestro genoma. Dentro
de nuestros genes existen programas que proveen conductas de reflejos
fundamentales denominados instintos. Retirar la mano del fuego es un
comportamiento derivado de la genética que no tiene que ser aprendido. Instintos
más complejos incluyen la habilidad de los bebes recién nacidos de nadar como
delfines o la activación de
mecanismos de curación innatos para reparar el sistema dañado o eliminar un
bulto cancerígeno. Los instintos genéticamente heredados son percepciones
adquiridas de la naturaleza.
La segunda
fuente de percepciones que controlan nuestras vidas está representada por las
memorias derivadas de las experiencias de vida grabadas en la mente
subconsciente. Estas percepciones aprendidas, profundamente poderosas,
representan la contribución de la crianza. Entre las percepciones de vida más
tempranas que se grabarán, figuran las emociones y sensaciones experimentadas
por la madre al responder a su mundo. La nutrición, la química emocional, las
hormonas y el factor de estrés que controlan las respuestas de la madre a las
experiencias de vida, cruzan la barrera de la placenta e influyen la fisiología
fetal y su desarrollo. Cuando la madre está feliz, también lo está el feto.
Cuando la madre tiene miedo, el feto también. Cuando la madre “rechaza” al feto
como una amenaza potencial a la supervivencia familiar, el sistema nervioso del
feto queda pre-programado con la emoción de haber sido rechazado.
El valioso
libro de Sue Gearhardt “Why Love Matters” ("Por qué
Importa el Amor") revela que el sistema nervioso del feto graba memorias
de experiencias intrauterinas. En el momento que el bebé nace, la información
emocional grabada de las experiencias de vida intrauterina ya ha formado la
mitad de la personalidad de ese individuo. Sin embargo, la programación
perceptual más influyente de la mente subconsciente ocurre en el período que va
desde el nacimiento hasta los primeros seis años de vida. Durante este tiempo
el cerebro del niño está grabando todas las experiencias sensoriales además de
estar aprendiendo complejos programas motores para hablar, y para aprender
primero cómo gatear, luego a pararse, y finalmente a correr y saltar.
Simultáneamente,
la mente subconsciente adquiere percepciones relacionadas a los padres, quiénes
son ellos y qué hacen. Luego, observando los patrones de conducta de la gente
de su medio ambiente inmediato, el niño aprende a percibir conductas sociales
aceptables e inaceptables que se convierten en los programas subconscientes que
establecen las “reglas” de vida. La
naturaleza facilita el proceso de enculturación aumentando la habilidad de la
mente subconsciente para adquirir cantidades masivas de información.
Los resultados
de EGG (electroencéfalogramas) de cerebros de adultos revelan que la actividad
eléctrica neural está relacionada con al menos 5 estados de conciencia
diferentes, cada uno asociado con un nivel de frecuencia diferente:
Durante el procesamiento normal del cerebro en los adultos, las vibraciones del
EEG cambian continuamente de un estado a otro, abarcando el rango completo de
frecuencias.
Sin
embargo, con el tiempo, el índice de vibraciones del EEG y sus correspondientes
estados evolucionan en etapas incrementales. La actividad predominante del cerebro
durante los primeros 2 años de vida del niño es delta, la frecuencia más baja del EEG. En un cerebro
adulto, delta está
asociada con el dormir o el inconsciente.
Entre los dos y seis años de edad, la actividad del cerebro del niño se acrecienta y opera fundamentalmente en el rango de theta. En el adulto, la actividad theta está asociada con estados de ensueño o imaginación. Mientras están en el estado theta, los niños pasan la mayor parte del tiempo mezclando el mundo imaginario con el mundo real.
Entre los dos y seis años de edad, la actividad del cerebro del niño se acrecienta y opera fundamentalmente en el rango de theta. En el adulto, la actividad theta está asociada con estados de ensueño o imaginación. Mientras están en el estado theta, los niños pasan la mayor parte del tiempo mezclando el mundo imaginario con el mundo real.
Únicamente
después de los seis años de edad, la consciencia calma asociada con la
actividad alpha se
convierte en un estado predominante del cerebro. A los doce años, el cerebro
expresa todos los rangos de frecuencia, aunque su actividad principal está en
el estado beta de
consciencia enfocada. Los niños dejan la escuela primaria atrás a esta edad y
entran a los programas académicos más intensos de la escuela secundaria.
Un hecho profundamente importante en la evolución descrita más arriba y que puede haber escapado a su atención, es que los niños no expresan las frecuencias alpha del procesamiento consciente como un estado predominante del cerebro hasta después de los seis años de edad. La actividad predominante delta y theta en niños de menos de seis años significa que sus cerebros están operando a niveles por debajo del consciente.
Un hecho profundamente importante en la evolución descrita más arriba y que puede haber escapado a su atención, es que los niños no expresan las frecuencias alpha del procesamiento consciente como un estado predominante del cerebro hasta después de los seis años de edad. La actividad predominante delta y theta en niños de menos de seis años significa que sus cerebros están operando a niveles por debajo del consciente.
Las
frecuencias del cerebro delta y theta definen un estado cerebral conocido como
trance hypnogógico, el mismo estado neural que los hipnoterapeutas usan para
cargar nuevas conductas directamente en la mente subconsciente de sus clientes.
El niño vive los primeros seis/siete años de su vida en un trance hipnótico.
Durante
este tiempo, sus percepciones del mundo son grabadas directamente en el
subconsciente, sin la discriminación de la mente consciente de sí misma, la
cual se encuentra latente. En consecuencia, aprendemos nuestras percepciones
fundamentales sobre la vida antes de que expresemos la capacidad de elegir o
rechazar esas creencias.
Simplemente
somos “programados.”
Los
Jesuitas eran conscientes de este estado de programación y se jactaban
orgullosamente:
“Dennos a un niño hasta
que cumpla seis o siete años de edad y pertenecerá a la iglesia de por vida.”
Ellos
sabían que una vez que el Dogma de la Iglesia era implantado en la mente subconsciente
de un niño, esa información influenciaría inevitablemente el 95 por ciento de
la conducta de ese individuo por el resto de su vida.
La
inhibición del procesamiento consciente (actividad alpha del EEG) y el
compromiso simultáneo de un trance hipnogógico durante las etapas formativas de
la vida de un niño son una necesidad lógica. Los procesos del pensamiento
asociados con la mente consciente de sí misma no pueden operar desde una
pizarra en blanco. La conducta consciente de sí misma requiere de una base de
datos operativa de las percepciones aprendidas.
En
consecuencia, antes de que la conciencia de sí misma sea expresada, la función
primaria del cerebro es adquirir una conciencia del mundo operativa, grabando
experiencias y observaciones directamente en la mente subconsciente. Sin
embargo, el adquirir consciencia de esta forma tiene un lado negativo muy
serio. La consecuencia es tan profunda que no sólo afecta la vida del
individuo, sino que también puede alterar a una civilización entera.
El tema
está relacionado con el hecho de que nosotros grabamos nuestras percepciones y
creencias sobre la vida mucho antes de adquirir la habilidad del pensamiento
crítico.
Nuestras
primeras percepciones están literalmente escritas en piedra como verdades
inequívocas en la mente subconsciente, donde habitualmente operan de por vida,
a menos que hagamos un esfuerzo activo para re-programarlas. Cuando siendo
pequeños grabamos creencias limitadoras y saboteadoras sobre nosotros mismos,
estas percepciones se convierten en nuestras verdades, y nuestro procesamiento
subconsciente generará inadvertidamente conductas que son coherentes con esas
verdades.
Las percepciones
adquiridas en la mente subconsciente pueden hasta anular los instintos dotados genéticamente.
Por
ejemplo, cada ser humano puede nadar instintivamente como un delfín en el
momento que sale del canal de parto. Entonces, ¿Por qué tenemos que esforzarnos
tanto para enseñarles a nadar a nuestros hijos? La respuesta reside en el hecho
de que cada vez que la criatura se encuentra frente al agua, como ser en una
piscina, un río o en la tina de baño llena, los padres se desesperan
preocupados por la seguridad de su hijo.
En la mente
del bebé, la conducta de los padres hace que el niño identifique al agua como
algo que tiene que temer. La percepción adquirida del agua como algo peligroso
y amenazante, invalida la habilidad instintiva de nadar y convierte al niño,
anteriormente capacitado, en alguien susceptible a ahogarse.
A través de
nuestras experiencias de desarrollo, adquirimos la percepción de que somos
organismos frágiles y vulnerables, a merced de gérmenes y enfermedades
contagiosas. La creencia de que somos
frágiles realmente nos hace frágiles, ya que esta percepción limitada
inhibe la habilidad innata del cuerpo de curarse a sí mismo.
Esta
influencia de la mente en los procesos curativos es el foco de la
psiconeuroinmunología, el campo que describe el mecanismo por el cual nuestros
pensamientos cambian la química del cerebro, la cual a su vez regula la función
del sistema inmunológico. Mientras las creencias negativas pueden provocar
enfermedades el EFECTO NOCEBO, la enfermedad resultante se puede aliviar a
través de los efectos curativos de los pensamientos positivos, EFECTO PLACEBO.
Finalmente,
la tercera fuente de percepciones que da forma a nuestras vidas deriva de la
mente consciente de sí misma. A diferencia del programa reflexivo de la mente
subconsciente, la mente consciente de sí misma es una plataforma creativa que
nos permite mezclar la gran variedad de reflexiones con la infusión de la
imaginación, un proceso que genera un número ilimitado de creencias y
variaciones de conducta. La calidad de la mente consciente de sí misma dota a
los organismos de una de las fuerzas más poderosas del universo, la oportunidad
de expresar el libre albedrío.
Tomando Responsabilidad Personal
Todos
nosotros hemos sido encadenados emocionalmente debido a conductas
disfuncionales programadas por las historias del pasado. Sin embargo, la
próxima vez que estén “hablándose a sí mismos” con la esperanza de cambiar los
programas subconscientes de sabotaje, es importante tomar en cuenta la
siguiente información. Usar la razón para comunicarse con el subconsciente con
el propósito de cambiar la conducta es el equivalente a tratar de cambiar el
programa de un cassette hablándole al grabador.
En ninguno
de ambos casos existe una entidad dentro del mecanismo que responderá a nuestro
diálogo.
Los programas subconscientes no son conductas fijas e inalterables. Tenemos la habilidad de re-escribir nuestras creencias limitadoras y en el proceso, retomar el control de nuestras vidas. Sin embargo, cambiar programas subconscientes requiere la activación de un proceso que va más allá de un simple diálogo con la mente subconsciente.
Los programas subconscientes no son conductas fijas e inalterables. Tenemos la habilidad de re-escribir nuestras creencias limitadoras y en el proceso, retomar el control de nuestras vidas. Sin embargo, cambiar programas subconscientes requiere la activación de un proceso que va más allá de un simple diálogo con la mente subconsciente.
Hay una
gran variedad de procesos efectivos para re-programar las creencias
limitadoras, incluyendo hypnoterapia
clínica, conciencia
Buddhista y una cantidad de modalidades nuevas y muy poderosas referidas
colectivamente como psicología energética.
Aprender cómo aprovechar nuestras mentes para promover el crecimiento es el secreto de la vida, y es por lo cual me refiero a esta nueva ciencia como
Al
volvernos más conscientes y depender menos de los programas automáticos
subconscientes, nos transformamos en los dueños de nuestro destino en lugar de
las “víctimas” de nuestros programas.
De esta
forma podemos re-escribir viejas percepciones limitadoras y transformar activamente
el carácter de nuestras vidas para que estén llenas de amor, salud y
prosperidad, los cuales son nuestro derecho de nacimiento.
Fuente: La
inteligencia de las celulas
Autor Bruce
Lipton
The Biology of Belief - Unleashing
the Power of Consciousness, Matter and Miracles ("La Biología de la Creencia - Liberando el
Poder de la Consciencia ,
Materia y Milagros"),
Traducion
Jorge y Silvia patrono
Originalmente publicado en,
Peak Vitality: Raising the
Threshold of Abundance in Our Material. Spiritual and Emotional Lives (2008)
Editor: J. M. House,
Elite Books, Santa Rosa, CA
BBPleyades.org
NVA
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