domingo, 2 de noviembre de 2014

LA ENERGÍA QUE NECESITA EL SER HUMANO. LAS CALORÍAS.

¿Qué es la energía?
El ser humano necesita materiales con los que reparar el desgaste que sufre su cuerpo constantemente y energía para poder moverse y mantener las funciones vitales. Mediante la función de nutrición el hombre toma del exterior materiales (alimentos) que él se encarga de convertir en sustancias propias.

¿Cómo obtenemos energía?
La energía la obtenemos de los alimentos. Todo proceso vital supone un sistema de intercambio con el medio que nos rodea, del que conseguimos lo necesario para mantenernos con vida, mediante el consumo de alimentos. Los organismos superiores, entre los que se encuentra el hombre, no somos capaces de fabricar por nosotros mismos las sustancias que necesitamos para vivir; de manera que hemos de obtenerlas del exterior; pero no somos capaces de utilizar todas las sustancias nutritivas, sólo podemos usar hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales, vitaminas y agua. Estos materiales forman parte, en mayor o menor proporción, de los alimentos que tomamos en las comidas.

Ciclo de la energía
Los organismos se pueden dividir en dos grupos; aquellos que son capaces de alimentarse por sí mismos (autótrofos) y los que tienen que conseguir la energía del exterior (heterótrofos). En el primer grupo están incluidas las plantas superiores, sobre todo vegetales verdes que usan la clorofila (sustancia que da color verde a las hojas) para conseguir energía mediante la fotosíntesis o función clorofílica. Esta función consiste en aprovechar la luz del sol, el agua y las sustancias minerales contenidas en ella, para fabricar las sustancias necesarias para mantenerse con vida. Aproximadamente la mitad de la energía que obtienen por este medio es consumida por el propio vegetal para su respiración, y el resto es almacenado en sus hojas y queda a disposición de otros seres.

¿Qué es la cadena trófica?
Toda la materia viva de nuestro mundo está organizada en la cadena alimentaria o trófica, ocupando distintos niveles, desde los microorganismos que forman parte del suelo, a los niveles más altos. Según sus hábitos alimentarios, cada ser vivo ocupa un lugar en esta cadena y utiliza para su provecho el nivel trófico inferior; el hombre se incorpora en un punto intermedio con la situación de ventaja que supone su condición de omnívoro (capaz de alimentarse de todo) y que le permite alimentarse de alimentos de origen vegetal y animal.

¿En qué empleamos la energía?
Si comparamos nuestro cuerpo con un coche, la energía liberada al consumir gasolina (alimentos) sirve para que el coche ande (trabajo mecánico), que suene la radio (trabajo eléctrico) o para proporcionar calor o frío, según las necesidades (trabajo térmico).

En el cuerpo humano, la energía liberada por los alimentos puede utilizarse de las siguientes formas:
·                  Como calor para mantener la temperatura corporal.
·                  Como impulsos eléctricos para transmitir mensajes a través del sistema nervioso.
·                  Como energía para mantener el trabajo muscular.
·                  En forma de reserva, cuando consumimos demasiada.

La mayor parte de la energía que consumimos (90 %) la empleamos en el trabajo interno de nuestro organismo; como transportar las sustancias nutritivas a todas las células del cuerpo.

¿A qué llamamos valor energético de los alimentos?
Es la cantidad de calorías que se desprende cuando se quema completamente un gramo de los mismos. Si la reacción se produce en laboratorio se habla de calor de combustión química, y si se produce en vivo se habla de calor de combustión fisiológica (energía metabólica).
La unidad de energía en nutrición es la Kilocaloría (Kcal) que es igual a 1000 calorías (cal) y es la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de 1 litro de agua en 1 grado centígrado (de 14,5º a 15,5º, a 4 atmósferas de presión). Cuando hablamos de la energía contenida en un alimento debemos hablar de Kilocalorías y no de calorías, como solemos hacer.

Los principios inmediatos nos proporcionan la siguiente cantidad de Kcal:
·                  Hidratos de carbono 4 Kcal por gramo.
·                  Proteínas 4 Kcal por gramo.
·                  Grasa 9 Kcal por gramo.

¿Qué son los requerimientos energéticos?
Son la cantidad de energía que una persona necesita para mantener la vida y el nivel de actividad habitual. Está determinado por tres factores: metabolismo basal, actividad física y termogénesis inducida por los alimentos.

Metabolismo basal: El metabolismo basal es la suma de la actividad de todas las células del organismo; supone la cantidad de energía que una persona necesita para mantener las funciones indispensables para la vida, es decir, para que el corazón pueda trabajar, que nuestros pulmones sean capaces de captar el oxígeno del aire y enviarlo a todas las células de nuestro cuerpo, mantener la temperatura corporal, etc.. En mantener el metabolismo basal empleamos las tres cuartas partes del total de la energía que ingerimos. Está influido por factores ambientales como la temperatura. El ser humano es homeotermo, lo cual quiere decir que es capaz de mantener constante la temperatura corporal, y para conseguirlo emplea la mayor parte de la energía que consume. El metabolismo basal del hombre va en sentido inverso a la temperatura ambiente: es más alto en los climas fríos y menor en los trópicos. Las personas mal nutridas pasan más frío y con más intensidad que las personas bien nutridas. También hay factores individuales que influyen como el sexo, la edad o la composición corporal. La parte del cuerpo que más energía consume es la masa muscular que es la masa activa, y es aproximadamente un 20% mayor en el hombre que en la mujer.
Actividad física: Suele suponer el 30% aproximadamente de la energía que consumimos para las personas que llevan una vida sedentaria (estudiantes, amas de casa con ayuda de electrodomésticos, etc.), pero para una actividad moderada (agricultor con ayuda de medios mecánicos, albañiles, industria ligera, etc.) puede aumentar hasta un 60%, y para actividades muy intensas (leñador, minero) hasta un 100%. La práctica de algún deporte, dependiendo de la intensidad, puede aumentar en un tanto por ciento importante el total del gasto energético. Además la actividad física, junto con buena alimentación, contribuye a la salud física y mental, y al mantenimiento de la masa muscular activa. Los ejercicios más recomendables son los aeróbicos que ponen en funcionamiento grandes masas de músculos como andar, nadar, correr, pedalear... Gasto energético en algunas actividades:
Termogénesis inducida por los alimentos: Es la cantidad de energía que empleamos en convertir los alimentos en sustancias que puedan ser aprovechadas por nuestro organismo. Tal como consumimos los alimentos no podemos utilizarlos; para que podamos hacerlo se producen en nuestro cuerpo una serie de reacciones químicas, llamadas metabolismo, mediante las cuales se van degradando los alimentos hasta convertirlos en los nutrientes que los componen, así pueden ser transportados a todas las células del cuerpo para que los aprovechen. En todo este trabajo de digestión, absorción y transporte consumimos aproximadamente el 10% del total de la energía consumida.

La O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) ha elaborado una fórmula sencilla para calcular los requerimientos energéticos según el sexo y el nivel de actividad:
·                  Hombres; actividad ligera (11,6 x peso en kilos + 879) x 1,55
·                  Hombres; actividad moderada (11,6 x peso en kilos + 879) x 1,78
·                  Hombres; actividad intensa (11,6 x peso en kilos + 879) x 2,1
·                  Mujeres; actividad ligera (8,7 x peso en kilos + 829) x 1,56
·                  Mujeres; actividad moderada (8,7 x peso en kilos + 829) x 1,64
·                  Mujeres; actividad intensa (8,7 x peso en kilos + 829) x 1,82

Ejemplo: una mujer de 60 kilos de peso con una actividad moderada tendría el siguiente gasto:
·                  (8,7 x 60 +829) x 1,64 = 2215,6

El ser humano está capacitado para ahorrar energía en situaciones en las que el aporte energético es escaso, como puedan ser guerras o ayunos; en estas circunstancias el cuerpo mantiene un gasto bajo, dirigido a mantener solamente funciones vitales como el trabajo del corazón o la respiración, pero la capacidad de movimientos disminuye y desaparecen funciones que podemos llamar de lujo como la posibilidad de embarazo o la menstruación. Si consumimos más cantidad de energía de la que somos capaces de consumir, ésta se almacenará como reserva (tejido graso) para que pueda ser utilizada en caso de necesidad, si no se usa, veremos aumentar nuestro peso cada vez más.


NVA


No hay comentarios:

Publicar un comentario