La falta de autoestima en los padres hace creer que todo se hace mal con el niño. Y esta percepción, motivada por un nivel demasiado elevado de exigencia, donde el único objetivo es el éxito de los hijos, también puede redundar de forma negativa en la autoestima de los pequeños. Por eso, como se explica a continuación, conviene seguir algunos consejos que ayudan a valorarse más como padres, entre ellos, reconocerse el esfuerzo y los resultados, así como centrarse en los aspectos positivos de la vida cotidiana.
Padres con baja autoestima: la
sensación de hacer las cosas mal. Valorarse poco
como padres tiene consecuencias negativas sobre los hijos
Tener
una buena autoestima es fundamental por varias razones. Como padres o madres,
se destacan dos que, además, están íntimamente relacionadas. La primera tiene
que ver con la propia calidad de vida: una autoestima baja nos hace sentir mal.
Y la segunda es que repercute en los hijos: a menudo, la baja autoestima de los padres redunda
en una baja autoestima en
los niños, de manera que el problema se convierte en una especie de
mal hereditario.
Es
decir, no
se trata de lo que una persona es en realidad, sino de la percepción que tiene
sobre lo que es. Esa apreciación que los adultos tienen de sí
mismos en su rol de padres o madres, en muchos casos, resulta negativa.
Aparecen ideas como "lo hago todo
mal", "no sirvo para esto", "todos los padres lo hacen
mejor que yo", etc. Y esto puede ser el origen de un círculo
vicioso: la baja confianza en uno mismo conlleva realizar peor las cosas. Y
esos deficientes resultados refuerzan la visión negativa que esa persona tiene
de sí misma y de su forma de actuar.
Las expectativas irreales causan una baja autoestima en los padres "En
muchas ocasiones, esa sensación de no hacer nada bien viene determinada por
unas expectativas irreales o inalcanzables", explica Amelia Fuentes
Valenzuela, psicóloga especializada en infancia y coordinadora del Máster de
Psicología Infanto-juvenil de la Asociación Europea de Psicología Clínica
Cognitivo Conductual (AEPCCC).
La
idea de que los hijos tienen que ser perfectos causa estrés en padres y madres
Para
esta experta, son dos los principales motivos que empujan a muchas personas a
sufrir más de lo que disfrutan de la experiencia de ser padres: no ser capaz de armonizar la vida laboral con la
familiar, que supone un esfuerzo físico y emocional considerable,
así como una excesiva
autoexigencia. La idea de que los hijos tienen que "ser
perfectos" en todo lo que emprenden parece haberse extendido. Pero valorar
a los niños (y, por añadidura, a los padres) por sus resultados y logros
obtenidos solo provoca estrés,
decepciones e insatisfacción.
Consejos
para potenciar la autoestima en los padres
Sobre
la primera de estas causas (no ser capaz de armonizar la vida laboral con la
familiar), no hay mucho que se pueda cambiar o, al menos, puede resultar
difícil. En cambio, sí se pueden tomar medidas con relación a la segunda. Enumeramos algunos consejos para potenciar la autoestima de los
padres proporcionados por la psicóloga Amelia Fuentes. .
Valorar el esfuerzo, no los resultados
La
misión principal de un padre o una madre es la de propiciar el aprendizaje y el crecimiento de su hijo
en un entorno seguro, que le brinde posibilidades de experimentar y
que facilite su felicidad. Si los objetivos por los que se mide la valía del
niño están basados en los resultados, existe el riesgo de que la valoración del
pequeño (así como la de sus padres) se vea afectada de forma negativa. Para
sentirse realizados como padres hay que ser consciente de todo lo que se desea
hacer y se hace por los hijos
Resulta
mucho más idóneo destacar el esfuerzo, pues de esa manera se transmite el
valor del trabajo, más allá de que se obtengan éxitos o no. El éxito no se puede
controlar, pero sí el esfuerzo realizado en una tarea,
que, además, es más cercano y medible. Además, el esfuerzo que se estima no es
solo el de los niños sino, también, el de los padres. Lo apropiado es valorar el papel de los padres por las tareas del
día a día que propician que los hijos se desarrollen como
personas felices. Ocuparse cada mañana de que los pequeños desayunen, contarles
un cuento, explicarles por qué algo que han hecho no está bien, etc. El éxito
para sentirse realizados como padres está en ser conscientes de todo lo que se
desea hacer y se hace por sus hijos.
Un
dato importante: los objetivos de los adultos respecto a la crianza deben
incluir no solo obligaciones sino, también, actividades
que les resulten agradables compartir con los hijos. A menudo, se deja de lado
el tiempo de disfrute, que también
son momentos fundamentales para los niños.
Organizar horarios semanales
Es
importante que esta organización incluya actividades conjuntas, sobre todo,
actividades agradables. Las tareas extraescolares son muy importantes, pero se
deben pensar otras actividades, más placenteras, de entretenimiento y, de ser
posible, de ocio activo.
Lo idóneo es que tanto las tareas como los horarios estén pactados entre todos
los miembros de la familia.
Evitar las comparaciones con otros padres
Esto
es imprescindible. Cada persona es única y cada sistema familiar es especial. Por
eso, no es posible compararse como padres con ninguna otra persona. Además, hay
que tener en cuenta que, en situaciones sociales, muchas personas proyectan una
imagen que retrata lo mejor de sí mismas, que esconde los problemas y aspectos
negativos. Si uno se compara con esa imagen, lo más probable es que siempre
salga mal parado.
Centrarse en los aspectos positivos
Una
buena técnica para lograrlo es utilizar
un momento al final del día para conversar sobre las cosas
positivas realizadas -o vividas- por cada miembro de la familia durante la
jornada. Esta actividad fomenta la comunicación y resalta aspectos positivos,
al tiempo que evita centrarse en los problemas, dificultades y fracasos.
Además, posibilita que cada miembro de la familia apoye y se sienta involucrado
con las experiencias de los otros, de una forma natural.
Ser conscientes de lo que se vive en el momento con tu hijo/a
A
veces resulta difícil, pero se disfruta muchísimo más de la paternidad o
maternidad, si se hace el esfuerzo de no
contaminar los momentos compartidos con los niños con
preocupaciones propias de otros ámbitos, en particular del trabajo. Para quien
es capaz de centrar toda su atención en lo que vive en ese momento, el nivel de
satisfacción será muy superior.
Fuente :http://www.consumer.es/web/es/bebe/familia/el-padre/2012/10/19/213774.php
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