Sé optimista. La
mayoría de la gente exitosa es optimista. Winston Churchill dijo que el éxito
es la habilidad de ir de fallo en fallo sin perder tu entusiasmo.
Sé positivo.
Anima a la gente. Normalmente a la gente no le gusta escuchar quejarse a otros.
No vayas criticando o soltando rumores. ¿Te gusta que la gente te critique?
Interésate de verdad por las
otras personas. Piensa en tus amigos. Una de las razones por
las que sois amigos es porque os mostráis un interés genuino. La gente que
siente que no te preocupas por ellos no te ayudará.
Sonríe y desarrolla el sentido
del humor. Una sonrisa muestra interés y aprecio.
“Sonríe y el mundo sonreirá contigo; llora y llorarás sólo”. Aprende a reírte
de ti mismo. No te tomes todo demasiado a pecho.
Llama a la gente por su nombre. Así
muestras interés por la otra persona y le haces sentir importantes.
Escucha a la gente.
Aprendemos más al escuchar que al hablar. Para escuchar de verdad debemos ver
el tema desde el punto de vista de la otra persona. No digas que el otro está
equivocado, aunque esté equivocado. Confrontaciones tan directas provocan
posiciones defensivas. En cambio, cuando te has equivocado admítelo
inmediatamente. Será visto como una fortaleza.
Ayuda a otros. Las
relaciones honestas en las que la gente se ayuda para cumplir los objetivos son
normalmente las mejores.
Piensa antes de actuar.
Siente tus emociones pero controla tu comportamiento. Cuida tu lenguaje, no
ofendas a las personas. No siempre es lo que dices, si no como lo dices; lo que
tiene un impacto negativo en las relaciones humanas.
Crea relaciones Win-Win. El
objetivo de las relaciones humanas es crear este tipo de situaciones en las que
ambos ganan. La mejor manera de conseguir lo que quieres es ayudar a otros a
conseguir su objetivo y viceversa.
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