lunes, 29 de septiembre de 2014

FORMAS DE ELEVAR LA SEROTONINA DE UN MODO NATURAL

De AFIBROSE, Asociación de Fibromialgia de Sevilla os he encontrado esta información que espero os sea útil. De todas formas tenéis como siempre, la fuente y el link abajo a vuestra disposición.

Formas de elevar la Serotonina de un modo natural:
• La respiración abdominal, tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
• Algunos alimentos como los carbohidratos (pasta, arroz, mijo…) actúan sobre la producción de Serotonina, elevándola de un modo natural. El triptófano es un aminoácido, existente en los alimentos, capaz de atravesar rápidamente la barrera cerebral, favoreciendo la síntesis de serotonina y, potenciando nuestro estado de bienestar. Fuentes de triptófano son: las carnes ( en especial el pollo, el pavo), determinadas frutas (kiwi, plátano, frutos secos), quesos, huevos… Si los incorporamos a la dieta junto con hidratos de carbono, se facilita una llegada más rápida del triptófano al cerebro.
• Al parecer, el chocolate aumenta los niveles de serotonina (se le conoce como el antidepresivo natural) y de endorfinas en el cerebro (neurotansmisor semejante a la morfina), y por ello puede provocar cierta sensación de bienestar. Eso hace que muchas personas recurran a él como estimulante para aumentar los niveles de energía. Tiene un gran poder nutritivo; el chocolate amargo es una buena fuente de hierro y magnesio y de potasio. No obstante, es muy rico en grasas, con lo cual lo mejor, es elegir un cacao desgrasado, y, como además tiene compuestos estimulantes, que pueden ocasionar, en personas especialmente sensibles reacciones adversas, tales como migrañas, lo mejor es comerlo con mucha moderación.
• Por otro lado, hay productos en el mercado, que contienen Griffonia Simplicifolia, que es rica en el precursor de serotonina, 5-hidroxitriptófano. Y también, hay un fruto, llamado Noni, que es rico en triptófano, y parece que ayuda a mejorar la fibromialgia. Eso sí, ambos dos, tienen glúcidos, por lo que yo, en caso de candidiasis, lo dejaría más para la recuperación posterior. Pero el rooibos, que sí se puede tomar en estos casos, ayuda a elevar los niveles de serotonina (de ahí su efecto relajante). Y, no obstante, se puede tomar un suplemento de 5HTP, en el que sea este su único componente. Lo cual ayudaría además a curar la candidiasis.
• Hacer ejercicio de forma vigorosa durante, al menos, quince minutos diarios.
• Un cambio de aires, hacer algo novedoso y aprender algo son prácticas sencillas que favorecen el flujo de Serotonina en el organismo.
• Practicar alguna técnica de relajación (meditación, yoga, hipnoterapia, hemi-sync).
• Darse algún masaje.
• También es muy útil la vida al aire libre, las buenas relaciones de amistad, entre otras.
• Diversos estudios han relacionado el consumo de ácidos grasos esenciales, especialmente el omega-3, con la mejora del estado cerebral y han determinado que en los países en que se consumen mayores cantidades de aceite de pescado tienen menos casos de depresión que en los que su consumo es menor. La presencia de omega-3 en la sangre, se ha relacionado con una mayor producción de serotonina. Se encuentra en los pescados azules, sobretodo los de aguas más frías, como la caballa, el arenque, el atún, el salmón, las sardinas y las anchoas.
La serotonina además es descrita como una sustancia sedante y antidepresiva, que surge en el cerebro cuando cae la noche, induce nuestros sueños y permanece elevada hasta que amanece, cuando comienza a descender. Pero esta debe mantenerse trabajando adecuadamente para que la persona pueda dormir bien, ya que es la responsable de que la fisiología de la persona sea la adecuada para el sueño. Si esta no hace su trabajo adecuadamente la persona no podrá dormir bien a pesar de cualquier esfuerzo.
Otro papel importante que lleva a cabo la serotonina es actuar como el reloj interno de nuestro cuerpo, lo que a su vez determina nuestros ciclos de sueño y vigilia. Nuestro reloj interno viene a ser entonces nuestro "coordinador" fisiológico compuesto por la temperatura corporal, la hormona combatiente del estrés y los ciclos de sueño. Estos 3 elementos deben ser coordinados adecuadamente por el reloj interno para poder dormir profundamente y despertar descansados.
Los especialistas afirman que la mujer produce una menor cantidad de serotonina, lo que parece explicar en parte el porqué la proporción de personas con fibromialgia es abrumadoramente mayor entre las mujeres. Según una investigación de la Universidad de McGill de Canada en el cerebro del hombre hay 53% más de serotonina. La mujer siente el dolor con más agudeza porque los estrógenos actúan sobre los neurotransmisores que permiten a las células del cerebro comunicarse entre sí. Sin embargo, como las mujeres son más sensibles a los cambios en niveles de serotonina, reaccionan mejor a los medicamentos que influyen sobre la misma (por ejemplo, los antidepresivos tricíclicos).
Finalmente, cuando la persona tiene mucho estrés enfrentará muchos problemas para dormir, despertará con mucha frecuencia y en la mañana estará muy cansada. Luego es lógico que sienta dolores de espalda, cabeza, cuello y hombros, así como malestar o dolor general. Y por si fuera poco el famoso "fibrofog" o dificultades en concentración y memoria al que se refieren las personas con fibromialgia también se debe en gran parte a la serotonina, ya que este es el principal neurotransmisor involucrado en la memoria humana. Aumentando los niveles de serotonina, aumenta la memoria.
 Fuente: http://afibrose.org/index.php?option=com_content&view=article&id=155:formas-de-elevar-la-serotonina-de-forma-natural&catid=3:noticias&Itemid=131




COMO AYUDAR A ALGUIEN QUE ESTA DEPRIMIDO

Más de tres millones de personas entre ellos una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres se ven afectadas por la depresión. La depresión es algo muy difícil no solo para la persona que está deprimida pero también para los seres queridos que saben que una persona allegada está pasando por un período de depresión.
Muchos se preguntan cual es la actitud correcta que se debe adoptar para ayudar a su ser querido. He aquí presentamos algunos consejos para entender mejor a la persona que sufre del mal, tan popular hoy día, la depresión.

Algunas de las causas

La depresión llega a cualquier edad, sin importar raza o clase social. Personas con estilos de vida muy diferentes se deprimen por igual. La psicología y la psiquiatría le prestan una atención especial a esta enfermedad psíquica.
Generalmente el mal se asocia a fracasos profesionales o sentimentales que perturban el auto estima produciendo una gran tristeza, ansiedad, cansancio y sentimientos de culpa.
La persona deprimida no desea ver a nadie y pierde el interés por actividades que antes le gustaba realizar. La depresión es curable. Una vez se identifican las causas de la depresión la crisis se puede detener.
La falta de seratonina y endorfinas produce la depresión.
En el proceso de la curación los terapeutas le dan ánimo al paciente para aceptar su enfermedad.
La familia por otra parte debe darle apoyo y cariño al ser querido. Esta persona debe ser consolada pero no se le deben decir frases como “no te preocupes, ya pasará”.
Al escuchar palabras como esas, la persona se sentirá incomprendida, se aislará y no buscará ayuda ni apoyo en otros o tampoco en un medico.

Escuchar es la clave

La persona deprimida no necesita ser criticada, todo lo contrario, necesita que las personas entiendan las razones de su enfermedad.
No se le debe culpar ni juzgarlo tampoco. Los reproches y frases tales como “tienes que estar agradecido con tu vida, hay mucha gente que sufre mucho en el mundo”.
Tampoco se les debe dar consejos que ellos no estan pidiendo ni sobre lo que deben hacer para retomar las riendas de su vida.
Escuchar a la persona que se encuentra deprimida, es una de las mejores ayudas para consolarlo.

Enfocarse en lo positivo

A la persona deprimida le puede ayudar a reanimarse el oír buenas noticias sobre otras personas.
Envolverse en eventos positivos que les suceden a sus seres queridos los ayudará a conservar la esperanza de que todo va a cambiar e irá mejor con respecto a su vida personal.

Vida social

Para que la persona no se aisle totalmente y destierre su vida social, se le debe invitar a salir, proponer paseos, ir al cine, salir a cenar son algunas de las opciones.
No se debe insistir mucho con una gran autoridad sin embargo todo esto se debe hacer sin presiones pero si con cierta firmeza.
Aunque la persona deprimida rehúse a salir al principio,  mas tarde se dará cuenta que se siente mejor saliendo con algún ser querido que quedándose en la casa

Apoyo y protección

El ayudar a una persona deprimida significa gastar energía propia y puede llegar a ser algo que te desgaste.
Por tanto es muy importante protegerse a si mismo. La persona deprimida tiende a apropiarse de la actitud positiva del que la consuela, y eso hace que esa persona se desgaste psíquicamente. Es muy importante aprender a protegerse de ese contagio. Hay que escuchar la persona deprimida pero no retener ninguno de los pensamientos negativos en la mente.

Fortalecerse emocionalmente

Lo más importante es fortalecerse emocionalmente y no dudar de la capacidad de escuchar para poder ayudar a la persona.
Esta persona podría utilizar al que lo aconseja como su chivo expiatorio.
Si esta persona sabe que el que lo está escuchando establecerá límites de protección, la persona deprimida se sentirá más responsable para ayudarse a si mismo.
Ayudar a una persona deprimida es algo muy agotador a nivel moral
y psíquico.

Fuente: http://www.psicologicamentehablando.com/como-ayudar-a-alguien-que-esta-deprimido/

CINCO COSAS PARA HACER MUY TEMPRANO.

Con estas cinco cosas deberíamos empezar cada día. ANIMO
1. Hacer ejercicio: No es un lugar común decir que para rendir más en el día hay que comenzar por una rutina de ejercicio. No necesariamente tienes que pagar una fortuna en el gimnasio, siempre puedes dedicarle media hora a una sesión de yoga o a una caminata. Incluso 15 minutos de estiramientos funcionan para activar el cuerpo.


2. Planificar actividades: Saca tu agenda y traza el plan del día, así como tus prioridades y objetivos. La mañana es un buen momento para ello porque tendrás un espacio de tranquilidad y podrás reflexionar con mayor claridad sobre las cosas importantes. No olvides planear los tiempos de descanso.

3. Desayunar saludablemente: Nada peor que intentar rendir en un día de trabajo si no has desayunado. Esta es la comida más importante del mundo y te permitirá poder concentrarte sin pensar en tu estómago. Desayuna con tu familia o aprovecha para, de vez en cuando, organizar reuniones-desayunos y mata dos pájaros de un tiro.

4. Visualizar: El bienestar del que hay que ocuparse primero que todo es de la salud mental. Las horas de la mañana son el momento perfecto para meditar y visualizar el día por delante, observar los retos y metalizar una actitud positiva. Esto cambiará tu día de manera impresionante.

5. Hacer un “Top Heavy”: Hay una frase popular que dice que en el día hay que empezar por comerse los sapos más feos. Esto significa que si tenemos un pendiente que nos causa agobio o estrés, hay que comenzar por resolverlo y después pasar a las siguientes tareas. No demores en resolver aquellas actividades urgentes o que no te agradan tanto. El día se volverá más ligero después de esto.

¿Quieres “tips” para poder despertar temprano?
1. Comienza poco a poco a instaurar una rutina. Elige una meta para despertarte y ve aumentando 5 minutos gradualmente.
2. Nunca uses el “snooze”. Si debes levantarte a una hora, evita el famoso “5 minutos más”.
3. Elige bien el sonido que pondrás a tu alarma y cámbialo con frecuencia; cada mes, por ejemplo. Esto evitará que tu organismo se acostumbre a un único sonido.


Fuente: ceo.com e imagen de shutterstock

http://www.merca20.com/5-cosas-que-las-personas-exitosas-deben-hacer-antes-de-las-800-am/

viernes, 26 de septiembre de 2014

23 COSAS QUE TODA MUJER DEBE DEJAR DE HACER

Suele decirse que las peores enemigas de las mujeres somos nosotras mismas y, aunque la idea sea un tópico, es bastante cierta. Tendemos a volvernos locas de tanto buscar la perfección en nuestras experiencias, relaciones y personas, y, la verdad, es agotador. Por eso, en HuffPost Women, hemos decidido plantearnos un reto: dejar de hacer 23 cosas (por supuesto, una cosa es decirlo y otra hacerlo, pero, para recurrir a otro cliché, si a la primera no lo conseguimos, no hay que darse por vencidas).

1. Pedir perdón todo el tiempo. Múltiples estudios demuestran que las mujeres dicen "perdón" mucho más que los hombres. Nos parece muy bien asumir la responsabilidad de un error que hemos cometido, pero decir "lo siento" sin parar, por pedir al camarero que divida la cuenta, decir a un chico que mejor preferimos salir otra noche o contarle a una amiga nuestros problemas, no sirve de nada, sino todo lo contrario. No hace falta explicar todo lo que hacemos. Tenemos derecho a nuestras propias preferencias y decisiones.

2. Decir que sí a todo el mundo. Sí, puedo quedar contigo a tomar un café a pesar de que estoy agotada y lo único que me apetece es irme a casa y meterme en la cama. Sí, puedo leerme tu currículum aunque estoy desbordada de trabajo. Sí, podemos salir con esa especie de novio que tienes y su horrible amigo que está de paso por aquí. Dejemos de decir "sí" cuando no queremos decirlo. La gente respeta más a las personas que fijan unos límites.

3. Decirnos "no" a nosotras mismas. Muchas mujeres pasan una barbaridad de tiempo decidiendo lo que no pueden hacer, o no deben hacer, o no son capaces de hacer. No permitamos que nuestras inseguridades y nuestras angustias decidan por nosotras porque lo único que conseguiremos es perdernos un montón de experiencias que merecen la pena. Lo que hay que hacer es hablar con ese grupo de gente con el que creemos no encajar, trasnochar de vez en cuando aunque nos parezca que no deberíamos y permitirnos un festín ocasional aunque no nos haga falta.

4. Pensar que la comida es nuestro enemigo. A las mujeres se nos suele dar a entender que lo que más debe preocuparnos es nuestro aspecto. Debemos llevar el cabello suave o con unos rizos perfectos, maquillaje a todas horas -pero un maquillaje que parezca natural- y unos cuerpos fantásticos (es decir, delgados). En nuestra lucha para cumplir estos criterios imposibles, es fácil que acabemos pensando que la comida es algo con lo que hay luchar, no de lo que hay que disfrutar. Hay que ser conscientes de lo que nos metemos en el cuerpo -al fin y al cabo, es el único que tenemos-, pero no caigamos en lo de sentirnos culpables. Debemos saborear esos ñoquis con gorgonzola o ese helado de chocolate o esos tomates recién cogidos. La comida no debe ir acompañada de ningún arrepentimiento. Como escribió Nora Ephron: "He cometido muchos errores en el amor, y me he arrepentido de la mayoría de ellos, pero nunca de las patatas que les acompañaban como guarnición".

5. Criticar nuestro físico, tanto en voz alta como mentalmente. Debemos dejar de pensar que estamos horribles, punto. No sirve para nada, a no ser que estemos tratando precisamente de resolver problemas de ese tipo con nuestro psicólogo.

6. Sentirnos como unas impostoras cuando tenemos algún triunfo profesional. Los hombres no suelen hacerlo, pero sí las mujeres, que solemos dudar si merecemos nuestros éxitos. Debemos empezar a valorar nuestros logros sin más. Ese nuevo trabajo, ese ascenso, ese título, ese reconocimiento público, nos lo hemos ganado.

7. Quitar nuestro nombre a todas las fotos "desfavorecedoras" de nosotras que están en internet. Es normal no querer que la foto en la que aparecemos parpadeando sea nuestra foto de perfil en Facebook, pero nos angustiamos innecesariamente cuando nos empeñamos en eliminar todas las fotos que no nos muestran con una luz maravillosa y haciendo algo estupendo. No solo es una forma más de obsesión por nuestro aspecto -al fin y al cabo, cada uno cuelga lo que quiere y no podemos controlarlo-, es que además los álbumes de fotos en la red han sustituido en gran parte a los tradicionales, y es posible que ahora no queramos recordar el extraño gesto que hicimos en la fiesta de graduación de nuestro hermano, pero a lo mejor más adelante nos gustaría revivirlo.

8. Comparar nuestra vida real con la vida virtual de otra persona. Pasar todo el tiempo obsesionadas con nuestra vida en la red puede ser angustioso, pero también lo es obsesionarnos con las vidas virtuales de otros. Los estudios demuestran que la adicción a Facebook tiene una correlación con la baja autoestima. ¿Cómo no va a sentirse mal alguien que dedica el lunes por la noche a recorrer las fotos de vacaciones de su expareja o a leer los comentarios entusiastas de esa amiga que trabaja en el sector de la moda durante una fiesta llena de famosos? En vez de compararnos sin cesar, cosa que las investigaciones muestran que puede multiplicar los sentimientos de depresión, lo que debemos hacer es apagar el ordenador y disfrutar nuestro momento. Que, por lo menos, es real.

9. Aferrarse a los sentimientos de arrepentimiento y de culpa. "Estoy en contra del arrepentimiento", dijo Lena Dunham en el New Yorker Festival de 2012. Estas dos emociones no suelen servir más que para atormentar a la persona que las siente. Debemos ser conscientes de ellas y después seguir adelante lo mejor que podamos.

10. Llevar zapatos de tacón a diario. Procurar no condenar a nuestros pobres pies a los tacones de manera constante. A todas nos encanta un precioso par de zapatos de salón, pero ir cómodas (la mayor parte del tiempo) no solo hará que sea mucho más agradable ir al trabajo, sino que hará que nuestros pies sean mucho más felices durante años. Y hay muchos zapatos planos la mar de elegantes.

11. Opinar sobre la vida sexual de otras mujeres. Ninguna mujer merece ser criticada porque se acuesta con tal persona, porque se acuesta con muchas personas ni por cómo expresa su sexualidad. La próxima vez que estemos a punto de llamar a una mujer "mojigata" o "putón", más vale que nos callemos. No debemos llamar zorra a nadie, ni siquiera a Miley Cyrus con su baile obsceno. 

12. Opinar sobre nuestra propia vida sexual. Nadie tiene por qué saber lo que nos gusta. Y, para ser sinceros, eso de que nuestra rica (o inexistente) vida sexual indica en parte cómo somos es algo que nos importa mucho más a nosotras mismas que a los demás.

13. Tratar de ser "zen". Quizá haya alguna mujer que es una persona verdaderamente relajada, que se conforma con beber unas cervezas y ver una película en televisión. Pero, para las que no tenemos ese gen "zen", lo mejor es que dejemos de intentarlo. Ir siempre de conformistas nos impide dar a conocer lo que necesitamos, lo que deseamos y lo que opinamos.

14. Tener miedo a que nos llamen "locas". La mejor forma de desacreditar las opiniones o los sentimientos de una mujer es acusarla de ser demasiado emocional. "No creo que esta idea de que las mujeres están 'locas' sea producto de una especie de gran conspiración", escribió el autor Yashar Ali en un blog para The Huffington Posten 2011. "Creo que tiene que ver con los lentos pero persistentes desprecios y sabotajes a los que se ven sometidas las mujeres a diario". Tener miedo a que nos planten la etiqueta de "locas" hace que las mujeres nos callemos más de la cuenta. Y, al fin y al cabo, todo el mundo tiene una pizca de locura en su interior, independientemente del sexo.

15. Buscar soluciones médicas en internet para todo. Llevar una semana con las glándulas inflamadas no quiere decir automáticamente que tengamos un enorme tumor en el cuello. Debemos apartarnos del doctor internet y, si de verdad estamos preocupadas, ir a ver a uno real.

16. Preocuparnos porque nuestra vida no es como un tablero de Pinterest. No todo el mundo es Martha Stewart. Lo más probable es que nunca seamos capaces de hacer esa estantería flotante que tanto nos ha gustado. Y nuestro aperitivo de huevo y aguacate nunca tendrá un aspecto tan delicioso como nos gustaría.

17. Tener miedo a la soledad. Hay algunas cosas que podemos controlar -como intentar salir lo más posible, conocer a gente nueva- y otras que no, y encontrar una pareja para toda la vida (o para un tiempo) es una de ellas. No podemos decidir cuándo ni dónde vamos a conocer a alguien con quien acabaremos pasando la vida, así que más vale dejar de obsesionarse pensando que nunca nos va a pasar. Y hay cosas peores que la estar solas. "La relación más profunda que vamos a tener en nuestra vida es con nosotros mismos", dijo en una ocasión Shirley MacLaine. Totalmente de acuerdo.

18. Estar con alguien solo porque necesitamos estar con alguien. Si tenemos terror a estar solas, lo peor que podemos hacer es mantener una relación sin quererlo de verdad. Atarse a una persona que no es la que nos conviene solo porque necesitamos emparejarnos es terrible. Como escribió Nora Ephron cuando inicióHuffPost Divorce: "Los matrimonios pasan, pero el divorcio es para siempre".
19. No aprovechar los días de vacaciones. En Estados Unidos es cada vez más corriente que la gente renuncie a sus (ya escasos) días de vacaciones, a pesar de que se sabe que la gente que descansa de vez en cuando tiene más probabilidades de estar sana y feliz y ser más productiva. En serio, nadie va a morirse porque apaguemos de vez en cuando el móvil y nos vayamos a pasar el fin de semana a la sierra.

20. Aferrarse a amistades dañinas. Hay que eliminar a los malos amigos de nuestras vidas cuanto antes. La vida es demasiado corta para malgastarla con personas que nos humillan.

21. Pasar tiempo con ciertas personas por obligación. El hecho de que en el colegio estuviéramos constantemente con una persona no quiere decir que esa persona tenga ahora nada en común con nosotras. No hay ninguna necesidad de ver a cada viejo amigo y cada primo segundo que está de paso por la ciudad. Hay que tener claro con quién queremos estar y dejar que algunas relaciones se acaben de forma natural.

22. Estar avergonzadas de lo que nos gusta. "Quiero ser feminista, joder, y al mismo tiempo llevar un cuello Peter Pan en la blusa. ¿Qué pasa?", declaraba Zooey Deschanel en el número de febrero de 2013 de la revista Glamour. Hagamos como la actriz, tenemos que dejar de preocuparnos por las cosas que "deben" interesarnos o gustarnos. Si nos gustan las cosas muy femeninas, pues muy bien. Si no, pues no pasa nada. Hay que asumir que no sabemos nada de música, que nos apasiona el hockey y que nos encantan tanto Breaking Bad como el reality show más cutre de todos. Y si hay un tema del que no sabemos nada pero conocemos a alguien que sí, aprovechemos la oportunidad para preguntarle.

23. Fijarse plazos para los grandes acontecimientos de nuestra vida. No hay que tratar de planear de forma meticulosa cuándo vamos a enamorarnos, a tener hijos, a conseguir el trabajo de nuestros sueños ni a comprar esa casa tan estupenda. Debemos disfrutar de las incertidumbres de la vida y alegrarnos cada vez que cumplimos una de esas etapas e incluso sorprendernos agradablemente cuando nos damos cuenta de que pasamos de una o varias de ellas.

Fuente:Emma Gray
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

 http://www.huffingtonpost.es/emma-gray/23-cosas-que-toda-mujer-d_b_3934911.html

jueves, 25 de septiembre de 2014

LA ESPIRITUALIDAD ES UN NEGOCIO.

Todo hombre y mujer de negocio tienen claro que una de las claves para formar y hacer aumentar la riqueza, es poner atención y estar atento a los acontecimientos, a las oportunidades y a los vaivenes económicos. De este modo, estarán alerta para interpretar de la manera más precisa los diferentes fenómenos y sucesos económicos, políticos y sociales, con el fin de poder tomar las decisiones más acertadas, para proteger sus recursos económicos y financieros. Intentaran de esta manera incrementar su patrimonio.


De este modo por ejemplo, sabrán donde invertir, en qué momento retirarse, cuando comprar, cuando vender, cuando inyectar capital, cuándo y cuánto apalancarse, cuánto y en qué gastar, minimizando los costos, y por ende aumentando los márgenes de ganancia, haciendo así, generar un círculo virtuoso de riqueza.

Una característica vital en el empresario o empresaria exitosos, es su capacidad de autogestión. entre ellos, tenemos el caso de Dee Hock, fundador de Visa International Inc., quien remarcaba que todo ejecutivo debería destinar el 50% de su tiempo a auto-gestionarse, haciéndose responsable de lo que hace o no hace, de lo que emprende o no emprende, transformándose en un protagonista, y no en una víctima de los acontecimientos.

La clave entonces, para generar y aumentar la riqueza financiera y económica, es administrar eficientemente los recursos, estar atentos y alertas a las diferentes circunstancias, y tener una gran capacidad de auto-gestión. 



De manera similar, la espiritualidad también es un negocio, el negocio de hacer crecer la riqueza del ser. Y, ¿cuál es la riqueza del ser? así como la riqueza del empresario/a se mide en dinero, la riqueza del empresario espiritual se mide en paz y felicidad, de aquí la importancia del Autoconocimiento.



Los recursos que administra el empresario espiritual, son sus pensamientos, por medio de conquistar su mente. El buen empresario espiritual, así como el hombre o mujer de negocios que invierte donde ve ganancias, éste invierte su tiempo en crear pensamientos positivos y creativos, generadores de posibilidades, por lo que al igual que empresario de negocios está atento y alerta a las circunstancias, el espiritual está atento a la calidad de sus pensamientos. 



Si ve que alguno es desechable, le pone un punto final, tal como el de negocios vende sus acciones cuando van a la baja, además, está constantemente concentrado en todo lo que hace, poniendo autentica atención, para no tener pensamientos inservibles pues estos pueden hacer disminuir su patrimonio de paz y felicidad.

La manera de aumentar su riqueza de paz y felicidad, es trabajar el desapego. El empresario espiritual tiene claro que el apego, es la semilla de todo sufrimiento. Él elimina el concepto de “mío”, pues entiendo que es el aliado número uno del apego, ya que tiene claro que el que sufre y tiene apego, es su ego, no su Ser. Sabe que su patrimonio de paz y felicidad disminuiría drásticamente al comenzar a crear pensamientos inútiles, y al caer en la misma energía y/o sintonía de quienes no aprecian estos conceptos.



Su negocio lo lleva a tomar conciencia que él no es solo un cuerpo físico, sino que éste es un instrumento para expresarse y comunicarse en este plano físico, por lo que tampoco se apega a las emociones, sino que las observa y responde a partir de ellas para ganar riqueza espiritual; en este sentido, no reacciona, ya que al reaccionar, pierde paz y felicidad, es decir, se vuelve más pobre espiritualmente, y entiende así, que por medio de sus pensamientos, tiene el poder de crear un paraíso terrenal, y que para eso, solo requiere determinación, pues su estado emocional, es la confianza, la cual nace de la gratitud que siente de poder experimentar en este plano físico.



El empresario espiritual, aun más que el de negocios, tiene absoluta certeza de la importancia de la auto-gestión. 



Entiende la importancia y tiempo que dedica a la meditación o a la Atención Plena, y la entiende no como un mecanismo de relajación, sino una vía para recargarse energéticamente para poder seguir ejerciendo su espiritualidad, entre más experto se vuelve, más transparente y automático se le hace todo.


Fuente:http://lideranzgoefectivo.bligoo.com/content/view/1707969/La-Espiritualidad-es-un-Negocio.html#.VAjdWcJ_tFY
Adaptación: NVA AvanCe





¿POR QUÉ LOS NIÑOS SON EGOÍSTAS?

Por naturaleza, los seres humanos somos egoístas. Los científicos dicen que desde tiempos remotos, nacemos con el gen del egoísmo para poder autoprotegernos y sobrevivir en un mundo tan competitivo.
Por eso, como padres debemos saber que los chicos no son generosos desde que salen del vientre; el don del altruismo se va aprendiendo con el tiempo y tiene que ver, no sólo con lo que enseña al niño cada familia sino también, con lo que los hijos absorben en su propio entorno. Esto quiere decir que por más que les repitamos una y otra vez que deben compartir con sus padres, si no lo demostramos con el ejemplo es muy probable que terminen por aprender lo contrario.

Es verdad que todos tenemos ciertos rasgos egoístas que varían y están relacionados con nuestra historia de vida. Algunos son celosos de sus afectos, otros escatiman algún objeto que tiene una carga afectiva, hay personas para las que el dinero es sagrado… En fin, cada individuo tiene su costado sórdido pero nadie desea que esa se vuelva una característica predominante y menos en nuestros hijos. ¿Cómo trasmitirles, entonces, lo bueno que es dar?
Para entenderlos un poco:
A partir de los 18 meses, los niños comienzan a sentir que pueden apoderarse de cada cosa que los rodea, por eso todo comienza a ser “suyo”. El famoso psicólogo suizo Jean Piaget denominaba este período del desarrollo del niño como “etapa del egocentrismo infantil”, porque el único punto de vista que tiene es a partir de sí mismo. No hay que preocuparse, ya que se trata de un momento pasajero que dura hasta alrededor de los 4 o 5 años. Más tarde, empiezan a desarrollar habilidades sociales y comprenden que compartir es una buena acción que termina por beneficiarlos también a ellos. De todas maneras, como padres debemos guiarlos desde la etapa más temprana para que se vayan acostumbrando de a poco. Aqui te contamos algunos consejos:
- Sumar en vez de restar: puedes decirle al niño que cuando comparte tiene más posibilidades de enriquecerse. Por ejemplo, “Si le prestas el coche a Juan, él te dará el suyo y tendrán dos coches. Además, podrán jugar juntos y eso será más divertido”.
-Cada cual a su turno: si tienen un solo objeto para dos o más niños es bueno organizarlos, explicándoles que pueden tenerlo un ratito cada uno para que nadie se pierda la posibilidad de jugar.
-Divertirse entre todos: es bueno que los chicos jueguen solos, pero también es conveniente que los incentivemos a estar en grupo. Cuanto antes puedan socializar, ya sea en el jardín o en alguna actividad extra escolar, se acostumbrarán más rápido a las normas. También es bueno que inviten algunos amiguitos a su casa donde tengan la posibilidad de compartir los chiches.
-Cuenta cuentos: existen muchos cuentos relacionados al tema que les encantará escuchar.
-Alentarlos: felicítalos cada vez que surge una actitud generosa por iniciativa propia.
-Distinguir: entre qué cosas son suyas, cuáles no y cuáles son para todos. A veces los chicos se preocupan porque piensan que prestar es lo mismo que regalar. Por eso, es bueno explicarles que, aquello que prestaron luego volverá a ser suyo.
-No castigarlos si no quieren prestar: lo mejor es tratar de que reflexionen con los adultos los beneficios de ser generoso.
-Enséñales a regalar: incentívalos a dar aquellos objetos que ya no usan para que otros niños puedan aprovecharlos.
-El mandón: no promuevas su conducta déspota. Explícale lo tristes o enojados que se sienten los demás cuando él actúa de esa manera.
-Demuéstralo: como decimos siempre, lo mejor es enseñar con el ejemplo. Debemos pensar si nuestras actitudes frente a los demás son las que queremos que los niños imiten algún día.
De todas maneras, hay que saber que las cosas no se aprenden de la noche a la mañana. Es un largo proceso en el que habrá avances y retrocesos, pero puedes estar segura de que si has hecho un trabajo conciente algún día dará sus frutos.


NVA

¿ POR QUÉ SOMOS EGOÍSTAS?

Usamos y abusamos del calificativo egoísta, en muchas ocasiones simplemente porque los otros no se pliegan a nuestros deseos. Y es que esta actitud se caracteriza por “mantener una relación exclusiva con uno mismo, preocupándose por las propias necesidades, sin interesarse por las de los demás”, explica Pedro de Torres, psicólogo clínico del Centro Vallejo-Nágera de Madrid.
Por su parte, el pensador Bertrand Russell, en su tratado La conquista de la felicidad, afirma que “el interés por uno mismo no conduce a ninguna actividad de progreso” y señala a los políticos de éxito como las personas que más fácilmente pueden cambiar su actitud de defensa de los intereses de la comunidad por los suyos propios o por el afán de poder. Sin embargo, no hay que ser político para ser un auténtico artista en la defensa del ego. “En determinadas circunstancias todos lo somos, lo hemos sido o podemos llegar a serlo”, afirma la psiquiatra María Dueñas.

Esta actitud se nota en personas con comportamientos muy variados. Por ejemplo, en aquéllas que, en nombre del amor auténtico, buscan que su pareja se adapte a sus deseos. También detrás de unos padres amantísimos que requieren de sus hijos grandes dosis de atención e incluso en individuos con comportamientos generosos y altruistas que, en realidad, lo único que pretenden es conseguir prestigio y reconocimiento social. Tan egoísta puede ser el que no comparte con los compañeros de trabajo una información útil para ascender como la persona que siempre perturba los planes de sus amigos porque nunca da su brazo a torcer.

¿Pura biología?
En todo caso, existen distintas teorías que intentan explicar el origen de este rasgo en el ser humano, desglosadas en dos bloques:
Información genética. Los genetistas constatan que este defecto es tan viejo como el ser humano y que somos así por naturaleza. Richard Dawkins, profesor de Etología de la Universidad de Oxford (Reino Unido), formuló en los años setenta la teoría del gen egoísta. Según ésta, cualquier ser que haya evolucionado por selección natural posee esta característica. En El gen egoísta justifica su existencia como un instinto de supervivencia y de autoprotección: “nuestros genes han sobrevivido, en algunos casos durante millones de años, en un mundo altamente competitivo. Una cualidad predominante que podemos esperar que se encuentre en un gen próspero será el egoísmo despiadado”. Por su parte, Pere Puigdo Menech, profesor de investigación del Instituto de Biología Molecular de Barcelona, asegura que “esta interpretación se basa en el hecho de que, en el fondo, los instintos están determinados por los genes, que tienden a reproducirse para sobrevivir. A partir de este impulso se podría explicar la evolución y el comportamiento de las especies”.
Conducta aprendida. Desde el punto de vista de la psicología y la psiquiatría, este comportamiento también es el resultado de una serie de variables emocionales y conductuales que se adquieren a lo largo de la vida. Algo que apoya el propio Richard Dawkins al señalar que “aunque los genes nos ordenen ser egoístas, no estamos obligados a obedecerles durante toda la vida. Hay rasgos modificables”.
Para la psiquiatra María Dueñas, éste “es un comportamiento aprendido o mimetizado desde la infancia o la adolescencia a partir del entorno”. Según los especialistas, es frecuente que una educación poco acertada en la infancia dé lugar a adultos con grandes dosis de egoísmo. Así, como explica Pedro de Torres, “si un niño ve censuradas constantemente sus muestras naturales de vivacidad y no se siente apoyado en sus sentimientos, llegará a la lógica conclusión de que todo cuanto desee ha de conseguirlo por sí mismo, sin poder esperar nada de nadie. Progresivamente, irá integrando en su conciencia la idea de que las personas que lo rodean son sólo medios para conseguir sus fines y preferirá utilizar a los demás antes de que ellos tengan la oportunidad de hacerlo con él”.

Sentimiento de inferioridad
De todos modos, los psicólogos han constatado que las personas con esta actitud suelen tener una mentalidad infantil, grandes dosis de debilidad y un sentimiento de inferioridad. Según mantiene María Dueñas, “también se puede dar el caso de egoísmos parciales. Ante circunstancias adversas podemos desarrollarlo en distintas facetas de nuestra vida. Por ejemplo, en el plano afectivo, por un problema de abandono de pareja o en el laboral, por haber sufrido situaciones de estrés o de competitividad.
Sin embargo, quien mantiene este comportamiento suele hacerlo en lo trivial y en lo fundamental; a corto y largo plazo y en todas las dimensiones vitales”.


El peso de la sociedad
Por otra parte, hay quien piensa que la sociedad actual fomenta esta conducta. Sin embargo, para Inés Alberdi, catedrática de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, “ahora existen en nuestro país sistemas más generosos  desde el punto de vista social –el sanitario, educativo, de pensiones…– que antes de los años sesenta. Y, en cuanto a las relaciones sociales, que primen los solteros o las parejas sin hijos no quiere decir que manden los intereses personales. Al contrario, puede responder a una actitud más responsable y seria ante las circunstancias que rodean a los jóvenes, mientras que tener hijos para cubrir una dimensión afectiva podría resultar un tanto egoísta. Además, ha cambiado la forma de búsqueda de la felicidad: antes se hacía a través del matrimonio y ahora se valora más la independencia”. 
Fuente:Yolanda Colías -

NVA

miércoles, 24 de septiembre de 2014

EL IMPACTO DE LA ANSIEDAD EN CADA ÓRGANO DE TU CUERPO.

 “La ansiedad es una respuesta fisiológica y emocional frente a un evento que interpretamos como amenaza y vendría a estar en la línea de lo conocemos por miedo”, define la psicóloga Betania Cohen.

Explica, que es una respuesta de sobrevivencia que activa nuestro sistema hormonal y nervioso para poder escapar o hacer frente a una situación que es leída como una “amenaza”.

El problema está en que nuestro sistema nervioso ni nosotros dejamos de diferenciar las situaciones reales de las imaginarias, generando ansiedad crónica o patológica y ejemplifica diciendo que nos podemos poner tan ansiosos conversando con nuestro jefe, tal y como si estuviéramos en una guerra. 


Por otro lado, la doctora Nelly Baeza, del programa de Salud Pública de la Universidad Central afirma que una persona con ansiedad, le invadirá una sensación de irrealidad, se sienten fuera de la situación, teme perder el control, conocimiento o enloquecer. Es decir, lo que sucede es que desencadena fuertes estados de estrés y éste a su vez, generan depresión o bien, se provocan síntomas y enfermedades fisiológicas. 

Aunque también es frecuente que induzca el vicio por la comida. Así de problemática es la ansiedad y lo peor, es que no se reconoce como una enfermedad ni como una reacción inadecuada.

¿Qué pasa en nuestro cuerpo? 

“Los síntomas clásicos son manos sudorosas, aumenta la velocidad de las palpitaciones del corazón y se produce un estado generalizado de alerta, respiración agitada y en algunos casos mareos y temblores”, enseña la psicóloga. 

Pero además, la ansiedad puede afectar gravemente nuestro cuerpo. ¿Qué ocurre realmente? Toma nota:

1. Garganta: La voz se vuelve ronca, pero también se produce tensión y rigidez, que resecan la garganta y dificultan el tragar. 

2. Hígado: El sistema suprarrenal producirá en exceso cortisol, que a su vez, causará que el hígado genere más glucosa, generalmente se puede absorber esa cantidad extra de azúcar, pero para quienes tienen riesgo de sufrir diabetes, es grave. 

3. Piel: Como respuestas al estrés se produce un cambio de flujo sanguíneo y aparece sudor frío o las mejillas se enrojecen. Además, el sistema nervioso simpático envía más sangre a los músculos, acelerando el envejecimiento de la piel, eccemas, aumenta la transpiración y la histamina, dando paso a inflamaciones, entre otras reacciones. 

4. Bazo: Para distribuir más oxígeno al cuerpo y para enfrentar la ansiedad, el bazo libera glóbulos rojos y blancos adicionales y se incrementa el flujo sanguíneo entre un 300 y un 400% durante este proceso. 

5. Músculos: El cuerpo se tensa creando presión en los grupos musculares grandes. Pero también, si la ansiedad es crónica la tensión provoca dolores de cabeza, rigidez en los hombros, dolor de cuello, incluso se corre el riesgo de trastornos osteomusculares crónicos.

6. Corazón: Aumenta las probabilidades de sufrir problemas cardiovasculares dado el aumento constante del ritmo cardíaco, la elevada presión sanguínea y la sobreproducción de cortisol. Como consecuencia, puede ser causante de hipertensión, arritmia, derrames y ataques al corazón. 

7. Pulmones: Existe evidencia que hay una relación entre la ansiedad y el asma, ya que las personas con asma tienen más probabilidades de experimentar ataques de pánico. 

8. Cerebro: Se afectan las áreas del cerebro que influyen en la memoria a largo y corto plazo y en la elaboración de sustancias químicas que pueden dar lugar a un desequilibrio. Además, puede activar de forma constante el sistema nervioso, que a su vez puede afectar a otros sistemas del cuerpo, generando reacciones físicas, como fatiga y desgaste, entre otras.

9. Sistema inmunitario: Es el que más sufre debilitándose sus funciones, dando paso a gripes y ser más susceptible a infecciones e inflamaciones. 

10. Estómago: La digestión se desregula pudiendo tener efecto a largo plazo problemas en los intestinos y en la absorción de nutrientes, produciendo ardores, hinchazón, colitis y a veces, pérdida del control de esfínteres. 

11. Metabolismo: Se desequilibra y puede causar sobrepeso y obesidad. Esto por la liberación constante de cortisol en el flujo sanguíneo que hace reducir la sensibilidad a la insulina. Además, de generar úlceras

La doctora Nelly Baeza propone comenzar desde la infancia y que como padres nos hagamos responsables de la ansiedad de los hijos y enseñarles que la vida es más que responsabilidades y éxitos.

“Debemos aprender a manejar el estrés, ya que a las personas ansiosas les paraliza, las llena de temores, pensamientos y no les permite actuar”, aconseja. 

Para la psicóloga Betania Cohen lo importante es empezar a diferenciar situaciones reales de las imaginadas y poner acción frente a los problemas, en vez de quedarse en un estado de paralización, en la que a veces sólo deja ansiedad y miedo.

“También sirve aprender ejercicios de respiración, que contribuyen a inducir tranquilidad y mantener hábitos saludables, como hacer ejercicio, dormir entre 6 a 8 horas diarias, alimentarse de manera correcta, suplementarse naturalmente en caso de que exista ya un desgaste del organismo”, recomienda. 

Esto es, porque de lo contrario se inducirá un círculo vicioso, donde si el organismo está descuidado, habrá cansancio u otra enfermedad lo que hará que no se podrá enfrentar de manera óptima los desafíos de la vida y eso generará más ansiedad. 

“La clave está en tomar conciencia y despertar del automatismo en el cual la mayoría estamos, porque eso nos enferma y a la larga trae sufrimiento”, señala la psicóloga. 

Por lo tanto, el tener conciencia de todos los daños que se producen en nuestro cuerpo a causa de la ansiedad y el estrés se puede tratar de elegir otro camino, lo que no quiere decir que sea más fácil, pero valdrá la pena vivir sin esos ataques de ansiedad que paralizan y enferman.




NVA